Utiliza la respiración como una herramienta de conciencia de vida y muerte, simultáneamente.
La espiración está asociada con la muerte. La inspiración con la vida. Con cada espiración mueres, y con cada inspiración renaces. Vida y muerte no son dos cosas -separadas, divididas-, sino una sola. Y ambas están presentes en cada momento.
Así que recuerda lo siguiente: cuando espires, siéntete como si murieras. No temas. Si tienes miedo, la respiración se verá turbada. Acéptala: la espiración es muerte. Y la muerte es bella; es relajante.
Siempre que te relajes di: «Aah», y espira. Siente una profunda relajación con cada espiración. Cuando inspires, siente: «¡Aah! La vida entra»; renaces. Conviértelo en un ciclo: vida y muerte. Métete en él y sé consciente de él. Se trata de un proceso de limpieza. Muere con cada espiración, renace con cada inspiración. La espiración es muerte. Así que muere, siéntete como si murieses. La inspiración es vida. Siéntete como si renacieses. Recuérdalo durante todo el día, durante las veinticuatro horas, siempre que seas consciente. Cambiará totalmente la calidad de tu mente.
Si la espiración se convierte en muerte, y estás muriendo a cada instante, ¿qué es lo que sucede? Esa muerte significa que estás muriendo al pasado; el hombre viejo ya no está. Y si has de morir a cada momento, entonces no hay futuro. El momento siguiente es muerte, y por lo tanto no puedes proyectarte en el futuro. Sólo este momento, este momento solitario y atómico está en ti. Pero incluso en este mismo momento deberás morir y renacer.
Piensa en el concepto de reencarnación no en términos de vida, sino de respiración. Te renovarás a cada momento, orientándote y refrescándote... volviendo a ser un niño, sin la carga del pasado ni ansiedad por el futuro. El momento presente carece de ansiedad. La ansiedad sólo está causada por el pasado o el futuro.
Recuérdalo. Y no sólo lo recuerdes: practícalo.
OSHO: EL LIBRO DE LA VIDA Y LA MUERTE
La espiración está asociada con la muerte. La inspiración con la vida. Con cada espiración mueres, y con cada inspiración renaces. Vida y muerte no son dos cosas -separadas, divididas-, sino una sola. Y ambas están presentes en cada momento.
Así que recuerda lo siguiente: cuando espires, siéntete como si murieras. No temas. Si tienes miedo, la respiración se verá turbada. Acéptala: la espiración es muerte. Y la muerte es bella; es relajante.
Siempre que te relajes di: «Aah», y espira. Siente una profunda relajación con cada espiración. Cuando inspires, siente: «¡Aah! La vida entra»; renaces. Conviértelo en un ciclo: vida y muerte. Métete en él y sé consciente de él. Se trata de un proceso de limpieza. Muere con cada espiración, renace con cada inspiración. La espiración es muerte. Así que muere, siéntete como si murieses. La inspiración es vida. Siéntete como si renacieses. Recuérdalo durante todo el día, durante las veinticuatro horas, siempre que seas consciente. Cambiará totalmente la calidad de tu mente.
Si la espiración se convierte en muerte, y estás muriendo a cada instante, ¿qué es lo que sucede? Esa muerte significa que estás muriendo al pasado; el hombre viejo ya no está. Y si has de morir a cada momento, entonces no hay futuro. El momento siguiente es muerte, y por lo tanto no puedes proyectarte en el futuro. Sólo este momento, este momento solitario y atómico está en ti. Pero incluso en este mismo momento deberás morir y renacer.
Piensa en el concepto de reencarnación no en términos de vida, sino de respiración. Te renovarás a cada momento, orientándote y refrescándote... volviendo a ser un niño, sin la carga del pasado ni ansiedad por el futuro. El momento presente carece de ansiedad. La ansiedad sólo está causada por el pasado o el futuro.
Recuérdalo. Y no sólo lo recuerdes: practícalo.
OSHO: EL LIBRO DE LA VIDA Y LA MUERTE
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