Audio del momento mismo en que los disparos interrumpen la consagración y la vida de Monseñor Arnulfo Romero.
"He tratado durante estos domingos de Cuaresma de ir descubriendo en la revelación divina, en la Palabra que se lee aquí en la misa el proyecto de Dios para salvar a los pueblos y a los hombres; porque hoy, cuando surgen diversos proyectos históricos para nuestro pueblo podemos asegurar: tendrá la victoria aquel que refleja mejor el proyecto de Dios. Y esta es la misión de la Iglesia. Por eso, a la luz de la Palabra divina que revela el proyecto de Dios para la felicidad de los pueblos tenemos el deber, queridos hermanos, de señalar también las realidades; ver como se va reflejando entre nosotros o se está despreciando entre nosotros, el proyecto de Dios. Nadie tome a mal que a la luz de las palabras divinas que se leen en nuestra misa iluminemos las realidades sociales, políticas, económicas, porque de no hacerlo así, no sería un cristianismo para nosotros. Y es así como Cristo ha querido encarnarse para que sea luz que él trae del Padre, se haga vida de los hombres y de los pueblos.
Ya se que hay muchos que se escandalizan de estas palabras y quieren acusarla de que ha dejado la predicación del evangelio para meterse en política, pero no acepto yo esta acusación, sino que hago un esfuerzo para que todo lo que nos ha querido impulsar el Concilio Vaticano II, la Reunión de Medellín y de Puebla, no sólo lo tengamos en las páginas y lo estudiemos teóricamente sino que lo vivamos y lo traduzcamos en esta conflictiva realidad de predicar como se debe el Evangelio... para nuestro pueblo. Por eso le pido al Señor, durante toda la semana, mientras voy recogiendo el clamor del pueblo y el dolor de tanto crimen, la ignominia de tanta violencia, que me de la palabra oportuna para consolar, para denunciar, para llamar al arrepentimiento, y aunque siga siendo una voz que clama en el desierto se que la Iglesia está haciendo el esfuerzo por cumplir con su misión."
Fragmento de la Homilia de Monseñor Arnulfo Romero la víspera de su asesinato
Entre el 32 aniversario del asesinato de Monseñor Romero y la Semana Santa, el Papa Benedicto
XVI, llegó a Cuba.
Un preámbulo que nos llama a reflexionar sobre la palabra: “El
verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Alusión directa del evangelio al sentido
de Jesús, la palabra misma, hecha vida.
Por las noticias deben haberse dado cuenta que el lenguaje
papal da para todo. Desde condenar la supuesta falta de libertades en Cuba hasta
abogar por el fin del bloqueo económico a la isla. La ambigüedad del lenguaje
eclesial sirve para todos los gustos…e intereses.
Pero cuando se habla claro, no hay reflectores, bienvenidas y banda de músicos, hay balas, como las que interrumpieron, pero no lograron silenciar, la palabra viva de Monseñor Arnulfo Romero, Arzobispo de El Salvador.
Pero cuando se habla claro, no hay reflectores, bienvenidas y banda de músicos, hay balas, como las que interrumpieron, pero no lograron silenciar, la palabra viva de Monseñor Arnulfo Romero, Arzobispo de El Salvador.
Así lo recuerda, un niño de entonces. (Jesús Hubert)
23 de marzo de 2012
Era
un cipote de 8vo. Grado cuando mataron a Monseñor. Recuerdo que la noticia de
su asesinato corrió por la radio, la televisión y medios escritos, “de forma
viral”, como decimos hoy en la era de las redes sociales que para nada se
imaginaban en aquel entonces. La gente comentaba conmovida; al siguiente día
estaba yo, en el salón de clases, en la segunda planta del Colegio García
Flamenco, cuando al entrar “el profesor Campos”, expreso su consternación de
tal manera que sus palabras quedaron marcadas en mi memoria. ¡Que mala noticia!
Por Sura’s Way
Monseñor, era la voz que no faltaba cada domingo en casa de
mi Madre. Recuerdo que ella, no perdía de sintonizar sus homilías, estando con
mis hermanos, tal vez ellos ni lo recordaran, pero yo siempre “de clavado”, me
conmovía a cada momento de escuchar aquel hombre valiente y desafiante, que
insistía en clamar por justicia en una época para nada tolerante. No recuerdo
si en algún momento dudé de quien o quienes pudieron haberle asesinado, pero
desde un inicio fue obvio que en esos tiempos de represión, sólo pudieron haber
sido los que ya identificábamos como escuadrones de la muerte, aquellos mismos
que asesinaron a tantos en la
Colonia Santa Lucia, donde me crié.
En ese entonces los represores no tuvieron respeto pero ni
en su funeral. Todavía viajan en mi mente las imágenes mostradas en la
televisión, de los disparos, de gente corriendo despavorida y dejando una
enorme cantidad de zapatos abandonados; Dios mío, cuanta irracionalidad, cómo
fue posible que no hayan tenido piedad de un sacerdote en plena comunión, cómo
fue que se atrevieron. A esa edad, jamás me pude imaginar de la trascendencia
del asesinato de ese hombre tan valiente para decir las cosas,
que fácilmente puede ser la inspiración de todo bloguero.
Ah sí Monseñor Romero hubiese vivido para ver lo que su mensaje significó y la
indignación que despertó en aquellos que a partir su asesinato, se
enmontañaron.
(Para seguir leyendo, presione: Más información)
Mientras que las calles de mi Colonia me enseñaban a
sobrevivir, mi Colegio me brindaba educación, y mi Madre se fajaba trabajando
de Maestra, tres turnos, mañana, tarde y noche; Monseñor se encargaba de
despertar mi conciencia. En realidad es poco lo que puedo recordar, por
supuesto que hoy conozco mucho más, pero lo que conocí entonces y lo que viví,
es esto; poco pero muy significativo; tanto así, que todavía me acompaña y me
acompañará hasta mi muerte, si Dios quiere. Dame mi bendición tú, Monseñor
Óscar Arnulfo Romero, hoy que El Salvador y el mundo, te conmemoramos y que no
pienso arruinar este momento arremetiendo contra aquellos que terminaron con tu
vida terrenal, por el contrario, porque contrariaría tu mensaje y sé que tú, hace
mucho tiempo les perdonaste.
Este es en breve mi recuerdo, cada quien recordará a
Monseñor, a su manera, y espero, que podamos pasar nuestras experiencias, por
muy pequeñas que las consideremos, a las nuevas generaciones, es necesario,
aunque sin rencor. De todas maneras los que fueron se escaparon de
esta justicia terrenal tan injusta. Son los detalles pequeños los que
hicieron grande a nuestro Obispo Mártir, compartámoslo.
“Que este Cuerpo inmolado y esta Sangre sacrificada por los
hombres, nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al
sufrimiento y al dolor, como Cristo, no para sí, sino para dar conceptos de
justicia y de paz a nuestro pueblo." Fueron las últimas palabras del
Monseñor antes de ser asesinado aquel 24 de marzo de 1980, hace 32 años.
Su vida de fe inspiró
a Rubén Blades a escribir El Padre Antonio y el Monaguillo Andrés, cuya
melodía cuenta la historia del cura español Antonio Tejeira que dejó su tierra
rumbo a un “pueblito en medio de la nada”.
En este lugar, donde Antonio acostumbra a predicar en su
sermón la «condena a la violencia», es acompañado por el jovencito Andrés Eloy
Pérez de diez años quien logra convertirse en su monaguillo. De manera trágica,
ambos son asesinados por un desconocido mientras el sacerdote oficiaba la
comunión un «domingo de misa» y en medio de la guerra.
Tomado de: http://surasway.blogspot.com/2012/03/el-monsenor-que-yo-recuerdo.html
EL PADRE ANTONIO Y SU MONAGUILLO ANDRES
Rubén Blades
El Padre Antonio Tejeira vino de España buscando nuevas
promesas en estas tierras.
Llego a la selva sin la esperanza de ser obispo,
y entre el calor y en entre los mosquitos hablo Cristo.
El padre no funcionaba en el Vaticano,
entre papeles y sueños de aire acondicionado;
y se fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermon cada semana pa' los que busquen la salvacion
El niño Andres Eloy Perez tiene diez años
Estudia en la elementaria "Simon Bolivar".
Todavia no sabe decir el Credo correctamente;
le gusta el rio, jugar al futbol y estar ausente.
Le han dado el puesto en la iglesia de monaguillo
a ver si la conexion compone al chiquillo;
y su familia esta muy orgullosa, porque a su vez se cree
que con Dios conectando a uno, conecta a diez.
Suenan la campanas un, dos, tres,
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
Suenan la campanas otra ves
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
El padre condena la violencia.
Sabe por experiencia que no es la solucion
Les habla de amor y de justicia,
de Dios da la noticia vibrando en su sermon
suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo AndreS
Suenan la campanas otra ves
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
Al padre lo hallo la guerra un domingo de misa,
dando la comunion en mangas de camisa.
En medio del padre nuestro entro matador
y sin confesar su culpa le disparo
Antonio cayo, ostia en mano y sin saber por que Andres se murio su lado sin conocer a Pelé y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo clavado a la pared.
Y nunca se supo el criminal quien fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
Pero suenan las campanas otra ves,
por el Padre Antonio y su monaguillo Andres
Porque en Latinoamerica matan a la gente, pero no matan a la idea
Suenan las campanas
tierra va a temblar
suenan las campanas
por america
suenan las campanas
oh; virgen señora
quien nos salva ahora
suenan las campanas
de antonio y andres
suenan las campanas
ven y oyela otra ves
suena la campana
centroamericana
suena la campana
por mi tierra hermana
mira y tu veras
suena la campana
el mundo va a cambiar
Llego a la selva sin la esperanza de ser obispo,
y entre el calor y en entre los mosquitos hablo Cristo.
El padre no funcionaba en el Vaticano,
entre papeles y sueños de aire acondicionado;
y se fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermon cada semana pa' los que busquen la salvacion
El niño Andres Eloy Perez tiene diez años
Estudia en la elementaria "Simon Bolivar".
Todavia no sabe decir el Credo correctamente;
le gusta el rio, jugar al futbol y estar ausente.
Le han dado el puesto en la iglesia de monaguillo
a ver si la conexion compone al chiquillo;
y su familia esta muy orgullosa, porque a su vez se cree
que con Dios conectando a uno, conecta a diez.
Suenan la campanas un, dos, tres,
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
Suenan la campanas otra ves
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
El padre condena la violencia.
Sabe por experiencia que no es la solucion
Les habla de amor y de justicia,
de Dios da la noticia vibrando en su sermon
suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo AndreS
Suenan la campanas otra ves
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
Al padre lo hallo la guerra un domingo de misa,
dando la comunion en mangas de camisa.
En medio del padre nuestro entro matador
y sin confesar su culpa le disparo
Antonio cayo, ostia en mano y sin saber por que Andres se murio su lado sin conocer a Pelé y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo clavado a la pared.
Y nunca se supo el criminal quien fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andres
Pero suenan las campanas otra ves,
por el Padre Antonio y su monaguillo Andres
Porque en Latinoamerica matan a la gente, pero no matan a la idea
Suenan las campanas
tierra va a temblar
suenan las campanas
por america
suenan las campanas
oh; virgen señora
quien nos salva ahora
suenan las campanas
de antonio y andres
suenan las campanas
ven y oyela otra ves
suena la campana
centroamericana
suena la campana
por mi tierra hermana
mira y tu veras
suena la campana
el mundo va a cambiar
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