Cuando leí "Patas arriba: La escuela del mundo al revés", de Eduardo Galeano, me enteré de que la familia del famoso líder
terrorista Osama Bin Laden había sido socio en el negocio del petróleo con la
familia del presidente norteamericano George Bush y que el entrenamiento
militar de Osama para liderar la lucha contra la URSS, en Afganistán, había sido
realizado, nada menos, que por la CIA.
Estas revelaciones escandalosas e increíbles, son las que
están detrás de la caricatura con que la prensa oficial nos vende las razones
de los conflictos internacionales. Es el caso de la estigmatización del mundo musulmán,
especialmente luego del terrible atentado contra el diario satírico “Chalie
Hebdo” y el avance, aparentemente, incontenible del Estado Islámico o Isis,
como se le conoce.
André Vltchek novelista, filósofo, periodista de
investigación, cineasta, fotógrafo y autor teatral nos da su enterada visión de
lo que viene ocurriendo desde hace décadas para destruir la cultura musulmana e
impedir cualquier viso de orientación progresista en el manejo de sus pueblos. Léanlo dos y tres veces, no es una novela; una vez más la realidad supera a la fantasía.
(Jesús Hubert)
Occidente, una fábrica de monstruos musulmanes
¿Quién es el culpable del terrorismo musulmán?
André Vltchek
Hace cien años, hubiera sido inimaginable ver a un par de
musulmanes entrar en una cafetería o subir a un vehículo de transporte público
y luego volarse, matando a decenas de personas. ¡O masacrar al personal de una
revista satírica en París! Cosas así simplemente no ocurrían.
Al leer las memorias de Edward Said, o si hablas con hombres
y mujeres ya de edad en el este de Jerusalén, se ve claramente que la sociedad
palestina era mayoritariamente laica y moderada. Se preocupaban de la vida, la
cultura, e incluso la moda, más que de los dogmas religiosos.
Lo mismo podría decirse de muchas otras sociedades
musulmanas, por ejemplo las de Siria, Irak, Irán, Egipto e Indonesia. Las fotos
antiguas hablan por sí solas. Por eso es tan importante mirar cuidadosamente,
una y otra vez, las viejas imágenes.
El Islam no es sólo una religión; también es una gran
cultura, una de las más extendidas de la Tierra, que ha enriquecido a nuestra
humanidad con algunos de los logros científicos y arquitectónicos más importantes
y un sinnúmero de descubrimientos en el campo de la medicina. Los musulmanes
han escrito una poesía exquisita, y compuesto una música hermosísima. Pero,
sobre todo, han desarrollado algunas de las primeras estructuras sociales en el
mundo, que incluían grandes hospitales públicos y algunas de las primeras
universidades, como la Universidad de Qarawiyyin en Fez, Marruecos.
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La idea de lo "social" era natural para muchos
políticos musulmanes, y si el Occidente no hubiera interferido tan brutalmente
al derrocar a los gobiernos de izquierda y poner en el trono a aliados
fascistas de Londres, Washington y París, casi todos los países musulmanes,
entre ellos Irán, Egipto e Indonesia, probablemente serían hoy socialistas,
guiados por un grupo de dirigentes moderados en su mayoría laicos.
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En el pasado, un sinnúmero de líderes musulmanes se
levantaron contra el control occidental del mundo, y eminentes figuras, como el
presidente de Indonesia, Sukarno Ahmet, eran cercanas a los Partidos Comunistas
y sus ideologías. Sukarno incluso forjó un movimiento antiimperialista mundial,
el movimiento de No Alineados, que fue públicamente definido en la Conferencia
de Bandung en Indonesia, en 1955.
Esto, en marcado contraste con las élites conservadoras
orientales cristianas, que en su mayoría se sentían muy a gusto con los
gobernantes fascistas y colonialistas, con las monarquías, los comerciantes y
los grandes oligarcas empresariales.
Para el Imperio, la existencia y la popularidad de los
gobernantes musulmanes progresistas, marxistas, que gobernaban en países del
Medio Oriente o ricos en recursos como Indonesia, era algo claramente
inaceptable. Si decidían utilizar las riquezas naturales para mejorar la vida
de sus pueblos, ¿qué iba a quedar para el Imperio y sus empresas? Había que
pararlos por todos los medios. El Islam fue dividido e infiltrado de radicales
y cuadros anticomunistas a los que no les importaba el bienestar de su pueblo.
***
Casi todos los movimientos radicales en el Islam de hoy, en
cualquier parte del mundo, están vinculados con el wahabismo, una secta
ultra-conservadora y reaccionaria del Islam controlada por las políticas de
Arabia Saudita, Qatar y otros aliados incondicionales de Occidente en el Golfo.
Citamos al Dr. Abdullah Mohammad Sindi:
"Está demostrado históricamente que sin la ayuda
británica ni el wahabismo ni la Casa de los Saud existirían hoy. El wahabismo
es un movimiento fundamentalista-británico inspirado en el Islam. A través de
su defensa por parte de la Casa de Saud, EE.UU. también apoya el wahabismo,
directa e indirectamente, independientemente de los ataques terroristas del 11
de septiembre de 2001. El wahabismo es violento, derechista, ultra-conservador
y rígido, extremista, reaccionario, sexista e intolerante... "
Occidente dio todo su apoyo a los wahabíes en la década de
1980. Ellos fueron manejados, financiados y armados, después de que la Unión
Soviética fuera barrida de Afganistán en una amarga guerra que duró de 1979 a
1989. Como resultado de esta guerra, la Unión Soviética se derrumbó, exhausta,
tanto económica como psicológicamente.
Los muyahidines que combatían a los soviéticos, así como al
gobierno de izquierda de Kabul, fueron alentados y financiados por Occidente y
sus aliados. Venían de todos los rincones del mundo musulmán, para luchar en
una 'guerra santa' contra los infieles comunistas.
Según los archivos del Departamento de Estado de Estados
Unidos:
"Contingentes de los llamados árabes afganos y
combatientes extranjeros deseaban emprender la yihad contra los comunistas
ateos. Destacaba entre ellos un joven saudí llamado Osama bin Laden, cuyo grupo
árabe finalmente se convirtió en al-Qaeda”.
Grupos radicales musulmanes creados y repartidos por varios
países musulmanes por parte de Occidente forman parte de al-Qaeda y, más
recientemente, de ISIS (grupo también conocido como ISIL). ISIS es un ejército
extremista que nació en los "campos de refugiados" en las fronteras
sirio /turca y sirio/jordana, y que fue financiado por la OTAN y Occidente para
luchar contra el (laico) gobierno sirio de Bashar al-Assad.
Estos grupos radicales implantados han estado sirviendo a
varios fines. Occidente los utiliza como cipayos en las guerras que está
librando contra sus enemigos, que son los países que todavía se enfrentan a la
dominación absoluta del Imperio en el mundo. Más tarde, cuando estos ejércitos
extremistas 'acaban totalmente fuera de control' (y siempre lo estarán…),
podrán servir como espantajos y como justificación de la "guerra contra el
terror" o, como cuando ISIS tomó Mosul, como excusa para la renovación del
reenganche de las tropas occidentales en Irak.
Historias sobre los grupos musulmanes radicales han
desfilado constantemente por las primeras páginas de los periódicos y revistas,
por las pantallas de la televisión, recordando a los lectores “lo peligroso que
está realmente el mundo ", " la importancia de la participación
occidental " y, en consecuencia, cómo es importante la vigilancia, cuán
indispensables son las medidas de seguridad, así como los tremendos
presupuestos para las guerras de 'defensa' contra tantos estados canallas.
***
De ser una civilización pacífica y creativa, que propendía
hacia el socialismo, las naciones musulmanas y el propio Islam, se encuentran
de repente como descarriladas, engañadas, manipuladas, infiltradas por
penetraciones religiosas e ideológicas extrañas, y transformadas por los
ideólogos y propagandistas occidentales en una 'tremenda amenaza ";
transformadas en el culmen y el símbolo del terrorismo y la intolerancia.
La situación se ha vuelto completamente grotesca, pero la
cosa no está para bromas; ¡demasiadas personas han muerto como resultado;
muchas cosas se han destruido!
Indonesia es uno de los ejemplos históricos más llamativos
de cómo funcionan realmente estos mecanismos de destrucción de los valores
musulmanes progresistas.
En la década de los 50 y comienzos de los 60, EE.UU,
Australia y Occidente en general, estaban cada vez más «preocupados» por la
posición antiimperialista e internacionalista progresista del presidente
Sukarno, y por la creciente popularidad del Partido Comunista de Indonesia
(PKI). Pero aun más lo estaban, por el cariz progresista, socialista y moderado
del Islam indonesio, que se fue aliando claramente con los ideales comunistas.
Ideólogos cristianos anti-comunistas y
"planificadores", entre ellos el famoso jesuita Joop Beek, se
infiltraron en Indonesia. Crearon organizaciones clandestinas, algunas de
ideología paramilitar, lo que ayudó a Occidente a planificar el golpe de Estado
de 1965 que costó la vida de entre 1 y 3 millones de personas.
Elaborada en Occidente, la propaganda anti-comunista y
anti-intelectual extremadamente eficaz difundida por Joop Beek y sus cohortes,
también ayudó a lavar el cerebro de muchos miembros de grandes organizaciones
musulmanas, impulsándolos a unirse a la eliminación de izquierdistas,
inmediatamente después del golpe. Pocos sabían que el Islam, no sólo el
comunismo, había sido elegido como el principal objetivo de la “quinta columna”
pro-occidental y cristiana en el interior de Indonesia; más precisamente, el
objetivo era el de tendencia izquierdista, liberal del Islam.
Después del golpe de 1965, el dictador fascista patrocinado
por Occidente, el general Suharto, recurre a Joop Beek como su asesor
principal. También se ayudó ideológicamente de "discípulos" de Beek.
Económicamente, el propio régimen se relacionó con magnates de negocios,
principalmente cristianos, entre otros, Liem Bian Kie.
En el país musulmán más poblado del mundo, Indonesia, los
musulmanes fueron dejados de lado, sus partidos políticos 'no fiables',
prohibidos durante la dictadura, y tanto la política (encubiertamente) como la
economía (abiertamente) cayeron bajo el control estricto de la minoría
pro-occidental cristiana. A día de hoy, esta minoría controla una compleja y
venenosa red de guerreros anti-comunistas, los cárteles y mafias empresariales
estrechamente unidas, los medios de comunicación y educativos, "incluidas
escuelas religiosas privadas, así como los propagandistas religiosos corruptos
(muchos jugaron un papel importante en la masacre de 1965) y otros
colaboradores tanto del régimen local como del global.
El Islam en Indonesia se ha reducido a una mayoría
silenciosa, la mayor parte pobres y sin influencia significativa alguna. Sólo
aparece en los titulares internacionales cuando sus frustrados militantes
vestidos de blanco van a destrozar bares, o cuando sus extremistas, muchos
relacionados con los muyahidín y la guerra afgano-soviética, atentan contra
clubes nocturnos, hoteles o restaurantes en Bali y Yakarta.
Pero ¿son ellos en realidad los que hacen todo esto?
El ex presidente de Indonesia y clérigo musulmán
progresista, Abderramán Wahid (expulsado de su cargo por las élites), me dijo
una vez: "Yo sé quién voló el Hotel Marriott de Yakarta. No fue un ataque
de los islamistas; fueron los servicios secretos de Indonesia, con el fin de justificar
su existencia y el presupuesto, y para complacer a Occidente”.
***
"Yo diría que el imperialismo occidental no sólo es que
haya forjado una alianza con estas facciones radicales, simplemente las
creó", me dijo en Londres un amigo mío, el líder intelectual musulmán
progresista, Ziauddin Sardar.
Y continuó: "Tenemos que darnos cuenta de que el
colonialismo hizo mucho más que daño a las naciones y las culturas musulmanas.
Jugó un papel importante en la represión y la eventual desaparición del conocimiento
y el aprendizaje, del pensamiento y la creatividad, de las culturas musulmanas.
El encuentro colonial comenzó por apropiarse del conocimiento y el aprendizaje
del Islam, que se convirtió en la base del 'Renacimiento europeo" y la
"Ilustración" y terminó por erradicar este conocimiento y el
aprendizaje de las sociedades musulmanas y de su propia historia. Lo hizo tanto
mediante la eliminación física -la destrucción y el cierre de las instituciones
de enseñanza, la prohibición de ciertos tipos de conocimientos indígenas,
matando a pensadores y eruditos locales- como reescribiendo la historia como
historia de la civilización occidental en el que se subsumen todas las
historias secundarias de otra civilización".
¡Desde las esperanzas de los años de la II Guerra Mundial,
hasta la oscuridad total actual, ha mediado un largo y terrible viaje!
El mundo musulmán está herido, humillado y confundido, casi
siempre a la defensiva.
Mal comprendido por los extranjeros y muchas veces ni
siquiera por su propio pueblo, se ve obligado con frecuencia a confiar en las
opiniones occidentales y cristianas del mundo.
Lo que solía hacer a la cultura del Islam tan atractiva - la
tolerancia, el aprendizaje, la preocupación por el bienestar de la gente - ha
sido cercenado del reino musulmán, destruido desde el extranjero. Lo que quedó
fue sólo la religión.
Ahora la mayoría de los países musulmanes están gobernados
por déspotas, por camarillas militares o por corruptos. Todos ellos
estrechamente vinculados con Occidente, con su sistema e intereses.
Igual que lo hicieron en otras grandes naciones e imperios
de Sudamérica y Centroamérica, así como de África, los invasores y
colonizadores occidentales lograron aniquilar totalmente las grandes culturas
musulmanas.
Lo que lo reemplazó no fue sino la codicia, la corrupción y
la brutalidad.
Parece como que todo lo que se basa en fundamentos distintos
a los cristianos lo está reduciendo a polvo el Imperio. Sólo las culturas más
grandes y más resistentes siguen sobreviviendo.
Cada vez que un país musulmán intenta volver a su esencia,
para vivir a su manera, socialista o de orientación social - ya sea Irán,
Egipto, Indonesia, o mucho más recientemente, Irak, Libia o Siria -, es feroz y
salvajemente reprimido y destruido.
La voluntad de sus pueblos es destrozada sin
contemplaciones, y las elecciones democráticamente expresadas son derrocadas.
Durante décadas, a Palestina se le ha negado la libertad,
así como sus derechos humanos básicos. Tanto Israel como el Imperio escupen
sobre su derecho a la libre determinación. El Pueblo palestino está encerrado
en un gueto, humillado y asesinado. La religión es todo lo que a algunos de
ellos les queda.
La "primavera árabe" se desvió y terminó casi en
todas partes, desde Egipto a Bahrein, con los viejos regímenes y con la vuelta
al poder de los militares.
Al igual que los africanos, los musulmanes están pagando un
precio terrible por haber nacido en países ricos en recursos naturales. Pero
también son tratados brutalmente por tener, junto con China, la civilización
más grande en la historia, que eclipsó todas las culturas de Occidente.
***
El Cristianismo ha saqueado y brutalizado al mundo. El
Islam, con sus grandes sultanes como Saladino, se levantó contra de los
invasores y por la defensa de las grandes ciudades de Alepo y Damasco, El Cairo
y Jerusalén. Pero en general, estaba más interesado en la construcción de una
gran civilización, que en el saqueo y las guerras.
Ahora casi nadie en Occidente sabe nada de Saladino ni de
los grandes logros científicos, artísticos o sociales del mundo musulmán. Ahora
sí, todo el mundo está "bien informado" sobre ISIS. Por supuesto que
saben del ISIS sólo como un 'grupo extremista islámico ", no como una de
las principales herramientas occidentales utilizadas para desestabilizar el
Oriente Medio.
'Francia está de luto' por la muerte de los periodistas en
las oficinas de la revista satírica, Charlie Hebdo (¡sin duda un crimen
terrible!). En toda Europa, es de nuevo el Islam el que está siendo
representado como brutal y militante, y no Occidente con su post-Cruzada, con
sus doctrinas fundamentalistas cristianas que siguen derrocando y masacrando a
todos los gobiernos y sistemas moderados, laicos y progresistas del mundo
musulmán, dejando a los musulmanes a merced de fanáticos desquiciados.
***
En las últimas cinco décadas, alrededor de 10 millones de
musulmanes han sido asesinados debido a que sus países o no se someten al Imperio,
o no lo sirven de manera incondicional, o simplemente estaban en el camino. Las
víctimas eran indonesios, iraquíes, argelinos, afganos, paquistaníes, iraníes,
yemeníes, sirios, libaneses, egipcios, o ciudadanos de Malí, Somalia, Bahréin y
de otros muchos países.
Occidente creó los más horribles monstruos, invirtió miles
de millones de dólares en ellos, los armó, les dio entrenamiento militar
avanzado, y luego los dejó sueltos.
Los países que están produciendo terrorismo, Arabia Saudita
y Qatar, son algunos de los más cercanos aliados de Occidente, y nunca han sido
castigados por la exportación de terror en todo el mundo musulmán.
Grandes movimientos musulmanes sociales como Hezbollah, que
participa actualmente en un combate a muerte contra el ISIS, pero que también
se ofrece para galvanizar el Líbano en su lucha contra la invasión israelí,
están en la "lista de terroristas", elaborada por Occidente. Eso
explica muchas cosas, si se está dispuesto a prestar atención.
Visto desde el Medio Oriente, parece que Occidente, al igual
que durante las cruzadas, tiene como objetivo la destrucción absoluta de los
países musulmanes y la cultura musulmana.
En cuanto a la religión musulmana, el Imperio sólo acepta
sus aspectos más vergonzantes - aquellos que aceptan el capitalismo extremo y
la posición global dominante de Occidente. El único cliché tolerable del Islam
es el fabricado por el propio Occidente y por sus aliados en el Golfo,
destinado a luchar contra el progreso y la justicia social; el que está
devorando a su propio pueblo.
(*) André Vltchek es novelista, cineasta y periodista de
investigación. Cubrió guerras y conflictos en decenas de países. El resultado
es su último libro: "La lucha contra el imperialismo occidental".
'Pluto' publicó su diálogo con Noam Chomsky: El Terrorismo Occidental. Su
famosa novela política Point of No Return ha sido reeditada. Oceanía es
su libro sobre el imperialismo occidental en el Pacífico Sur. Su provocador
libro sobre la época post-Suharto en Indonesia y el modelo fundamentalista de
mercado se llama "Indonesia - El archipiélago de miedo". Su
documental "Ruanda Gambit" trata de la historia de Ruanda y el saqueo
de la RD del Congo. Después de vivir durante muchos años en América Latina y
Oceanía, Vltchek actualmente reside y trabaja en el Este de Asia y África. Está
accesible a través de su página web o su Twitter.
Traducción: Red Roja
Reproducido por la web REBELIÓN:
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