Dónde están los músicos, los artistas, las antenas del mundo. Dónde están las masas de jóvenes que en los años 60 ayudaron a terminar con la guerra de Viet-Nam.
Han pasado 40 años del concierto de organizado por George Harrison y Ravi Shankar por Bangladesh que sucumbía al hambre. Y hoy miles de migrantes agonizan a la deriva en precarias embarcaciones en los mares del mundo.
Los persiguen las guerras, la discriminación de diverso signo y las inundaciones causadas por el calentamiento global. Nadie los quiere recibir.
Como dijo Pepe Mujica, los países centrales no pueden seguir viendo a los migrantes como extraterrestres, son ciudadanos de este mismo planeta y los ingentes recursos que se malgastan en la producción para el consumismo irracional y la locura de las fortunas con muchos ceros, tiene que terminar.
La irracionalidad de la sociedad humana exige de cada uno de nosotros una reacción instintiva. La humanidad se está muriendo y nosotros con ella. Y aun no nos hemos dado cuenta. (Jesús Hubert)
Hace unas décadas algunos usaban el brillo de su prestigio para sensibilizar a la humanidad
La “crisis rohingya” no es una tragedia aislada: es un
anuncio del futuro
Tahmima Anam · · · · ·
24/05/15
Con el aumento de los niveles del mar en todo el mundo, los
refugiados a la deriva en el mar de Andamán son los heraldos de una nueva era
de migraciones.
En 1971 Ravi Shankar y George Harrison organizaron un
concierto en el Madison Square Gardens de Nueva York [1] para financiar la
ayuda humanitaria a un Bangladesh devastado por la guerra. El álbum contó con
la imagen de un niño hambriento en la portada, que se convirtió en un símbolo
de un país empobrecido que emergía de los escombros de la guerra. Cuarenta y
cuatro años después, otra imagen se asocia ahora con Bangladesh: la de los
refugiados abandonados que flotan en el mar de Andamán, sin esperanza de
rescate [2].
Todos hemos visto las fotografías de estos refugiados [3].
Hemos visto como sus miembros descarnados colgaban de las barcas. Hemos visto
sus cicatrices en la espalda, consecuencia de las peleas por unos alimentos y
un agua escasas. Hemos leído sus historias desgarradoras, abandonados al mar,
rechazados por un gobierno tras otro.
Se estima que hasta 8.000 refugiados están varados en el mar
entre Bangladesh y Malasia. La mayoría de ellos vienen del estado de Rakhine
(Arakán), en Myanmar, donde, como miembros de la comunidad rohingya, se les
niega los derechos fundamentales de ciudadanía. El resto son inmigrantes
económicos procedentes de Bangladesh.
Recuerdo cuando los refugiados rohingya comenzaron a llegar
a Bangladesh. Fue en 1982, después de que los rohingya fueran desprovistos de
sus derechos [4] por una ley birmana que no los reconocía como una de las 135
"razas nacionales" del país. Condenados a la persecución del Estado,
comenzaron a huir a través de la frontera.
Desde entonces, han sido desalojados de sus tierras,
víctimas de impuestos arbitrarios y trabajo forzoso, y tienen prohibido viajar
o casarse sin permiso. Es ilegal incluso tienen tener más de dos hijos. En una
cruel ironía, el gobierno birmano califica a los rohingya como
"bangladesíes ilegales", aunque han vivido en Birmania durante
generaciones.
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Necesitamos una visión global sobre los emigrantes
En la actualidad hay 30.000 refugiados rohingya registrados
en Bangladesh, pero el ACNUR estima que otros 200.000 más viven en los pueblos
a lo largo de la frontera entre Bangladesh y Birmania [5]. Bangladesh alega
falta de recursos: como país pobre, simplemente no tenemos los medios para
acoger esta avalancha de refugiados. Pero podríamos hacer mucho más para ayudar
a nuestros vecinos. Es más, los gobiernos occidentales están tan cautivado con
Aung San Su Kyi, que han ignorado su postura vergonzosa en relación con esta
comunidad minoritaria. Las autoridades birmanas se niegan a asistir a cualquier
evento en el que se pronuncie la palabra "rohingya". Por su parte,
las autoridades de Malasia y Tailandia no quieren acoger a ningún refugiado,
poniendo en cuestión toda noción de una comunidad compartida de los países del
sudeste asiático.
Ha llegado el momento de tener una visión global sobre los
emigrantes. Hay más personas desplazadas hoy en el mundo que en cualquier otro
momento desde la Segunda Guerra Mundial [6]. Las personas que huyen de la
persecución, la pobreza y los conflictos están arriesgando sus vidas para
encontrar refugio. Los refugiados rohingya, 25.000 de los cuales se han lanzado
al mar este año, dicen que prefieren arriesgar sus vidas con traficantes de
personas que permanecer en Birmania y enfrentar una muerte segura.
Los refugiados flotantes nos están ofreciendo una visión de
nuestro futuro colectivo. En ese futuro, quizás sean países desafortunados,
como Bangladesh, las primeras víctimas. Pero pronto hasta los países ricos
empezarán a sufrir las condiciones climáticas extremas y el aumento del nivel
del mar. Todavía no sabemos exactamente cómo el cambio climático afectará a
cada uno de nuestros países. Ante esta incertidumbre, tenemos que tener un
enfoque radicalmente nuevo de los recursos que compartimos.
Puedo soñar con ese futuro, pero sé que no llegará
fácilmente. Muchos miles de refugiados del mar tendrán que perecer antes de que
hagamos cambios radicales, transnacionales, de la manera en que abordamos el
problema y ayudamos a los refugiados.
Estamos mal preparados para lo que se nos viene encima. No tenemos ni la voluntad política ni el coraje moral, ni la noción imprescindible de un destino colectivo para hacer frente a los retos del futuro. Que las imágenes de estas personas a la deriva en el mar sea una llamada de atención.
Estamos mal preparados para lo que se nos viene encima. No tenemos ni la voluntad política ni el coraje moral, ni la noción imprescindible de un destino colectivo para hacer frente a los retos del futuro. Que las imágenes de estas personas a la deriva en el mar sea una llamada de atención.
Notas:
[1] https://www.youtube.com/watch?v=4EJvizCVEyc
[2]
http://www.theguardian.com/world/2015/may/12/fears-up-to-6000-south-east-asian-boat-people-are-abandoned-at-sea
[3] http://www.theguardian.com/world/gallery/2015/may/18/rohingya-refugees-recover-in-indonesian-camp-in-pictures
[4] http://www.hrw.org/reports/2000/burma/burm005-02.htm
[5] Refugees: The Rohingya ethnic minority of
Burma and Bangladesh’ Silent Crisis.
[6]
http://www.theguardian.com/world/2014/jun/20/global-refugee-figure-passes-50-million-unhcr-report
Tahmima Anam es una reconocida escritora bangladeshí, cuya
ultima novela es A Golden Age.
Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique
García
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