1.
Camilo, viviste y estudiaste en la URSS, ¿cuáles fueron los momentos
y experiencias que más te marcaron durante esa estadía?
El
primer encuentro con Moscú fue muy especial, nunca se me ha borrado, y
mira que tengo mala memoria. También fue el primer viaje fuera de mi
país, estaba un poco eufórico, aunque creo que no se notaba.
Lo
que conocía hasta entonces de la Unión Soviética era por medio del
testimonio de otros y la información obtenida en los medios, sumado a
algo de la literatura soviética y pre soviética, principalmente rusa, y
muchos filmes y documentales. Incluso, llegué a tener profesoras de
ruso cuando estudiaba en los Camilitos. Todo esto era como un reflejo,
algo etéreo. Nunca había estado en Rusia, y realmente tenía una imagen
muy edulcorada e irreal de ese gran país.
Llegué
a Moscú en septiembre del 81, con apenas diecinueve años. Tú sabes lo
que eso implica. Estaba lleno de aspiraciones, algunas mundanas, otras
más elevadas. Esa noche fue fresca, casi fría, y al respirar el aire de
Moscú tuve una rarísima sensación. Tenía una idea cercana de cómo debían
ser las cosas, esas que se pueden tocar y ver, pero me faltaba probar
los olores, respirar el aire, sentir las estaciones. La llegada de
nuestro grupo no fue para nada interesante. Más bien pasamos
inadvertidos, sin bombos, ni platillos. Sin embargo para mí fue, como ya
dije antes, muy especial.
Después
tuve momentos muy gratos que recuerdo con calidez. Vivencias que marcan
mucho. Un sinfín de cosas que si no las hubiera vivido seguro sería hoy
otra persona.
Siento
un gran afecto por aquel pueblo que fue tan hospitalario, solidario y
cariñoso con los cubanos. Su historia, su literatura, su arte me son
caros. Siento como míos sus fracasos y victorias. Los llegue a querer
como a los propios.
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2.
La restauración del capitalismo en los países de la ex Unión
Soviética ha sido una sorpresa para toda mi generación. No sabíamos que,
ya a principios de los 60, el Che advertía sobre este riesgo. ¿Ha sido
una sorpresa para ti lo que pasó?
Sí,
porque los pronósticos, por muy bien fundados que estén, dependen del
resultado de un millón de factores. Estamos hablando de una gran nación
que desarrolló una revolución autóctona y épica contra viento y marea.
Que venció a las hordas nazi fascistas a costa del sacrificio de su
pueblo, haciéndole un favor impagable a la humanidad. Los soviéticos
realizaron hazañas de diversa índole y en infinidad de campos. Soy de
los que creen que ni los críticos o enemigos más objetivos o viscerales
de la URSS se esperaban algo así. Siempre tuve la convicción de que no
había fuerza capaz de destruir tan enorme obra. Subestimé la burocracia
política, la acumulación de errores y la influencia capitalista en la
mentalidad de algunos dirigentes.
Se
precipitó una avalancha que estuvo acumulando energía por mucho tiempo.
El descredito creciente del proyecto socialista soviético y de un
aletargado partido comunista, alimentó el escepticismo reinante y
trajo, como consecuencia, una desidia suicida. Pienso, aunque no sirva
de mucho, que en este caso en particular hubieran podido solucionarse
ciertas cosas yendo por un camino diferente. Todo esto queda en la
especulación. Aun así soy de la opinión de que, efectivamente, se podía y
se debía transformar, pero sin caer en el caos.
El
Che lo que advertía era que en la URSS ya se estaba conviviendo con el
capitalismo. Ante todo, trataba de prevenir a los revolucionarios de
esta situación, porque veía que ese estado de cosas podía hacer
reversible el intento de crear una sociedad más justa y humana.
Entendía el daño que esto podía traer para las fuerzas progresistas a
nivel mundial. Al fin y al cabo, la Unión Soviética fue el gran
referente ideológico para muchos por mucho tiempo.
3.
¿Cuáles crees que fueron las principales debilidades o
contradicciones del socialismo soviético que posibilitaron su derrumbe?
Dentro de la izquierda postsoviética se suele reducir la cuestión a la
discusión entre el trotskismo, el estalinismo y la critica a éste
último, pero, ¿existirá algo más de fondo?
Yo
creo que todavía hay que hacer un análisis lo más científico posible.
Es decir, despojado de cualquier atisbo de sentimentalismo o afinidad
ideológica para llegar a un resultado más o menos preciso. No abogo por
que se aborde este tema sin perspectivas militantes o de clase, eso es
imposible, solo pido que se vea como una experiencia que se debe
desnudar, radiografiar, auscultar hasta el último e insignificante
pedacito para descubrir las raíces de lo que estuvo mal o bien, porque
esa experiencia es, quizás, en una versión mejorada, la única forma que
existe de salvarnos como especie.
¿A
quién le toca esa responsabilidad? Simple, a los que están convencidos
de que el capitalismo es barbarie y que es un momento histórico que se
debe superar.
Muchos
pensaron que el socialismo era la solución pero, ¿cuál socialismo? No
es el mismo el que empezaron los bolcheviques con Lenin, que el de los
soviéticos con Stalin. O el vietnamita, el chino o el cubano. El
socialismo se ha adaptado a las características de cada lugar ora
mostrando deslumbrantes avances, ora desalentadores retrocesos, por
tanto puedes encontrarte una gama muy amplia de opciones, tanto que
sería licito preguntarse, si alguno o, tal vez, todos, nunca han llegado
a ser tal, sino un pálido reflejo de lo que se pudiera obtener. Por lo
tanto, encuentras una gama muy amplia de opciones que, probablemente,
apenas constituyan un formidable esfuerzo que no llegó a florecer en su
totalidad. Es decir, hay que depurar cada experiencia, sin temor.
Deberíamos discernir que estuvo bien y que no, teniendo como base al
humanismo revolucionario y los valores que nos hacen nobles. Tenemos el
deber de convertir las nuevas experiencias en algo cien por ciento
positivo, que es como podrían funcionar y perdurar en el tiempo.
Si
todo se redujera a una simple discusión entre trotskistas y
estalinistas, hallar la solución sería relativamente fácil. Me temo que
el asunto es mucho más complejo. Pasa por solucionar un cúmulo inmenso
de interrogantes económicas, psicosociales, políticas, en fin, de todo
tipo, que amenazan el normal funcionamiento de una nueva sociedad, que
para colmo, en sus profusos intentos de formación nunca pudo dormir en
un colchón de pétalos, sino más bien de espinas, asediadas de un aluvión
de dificultades y urgencias de muy compleja salida. Así y todo, de las
experiencias en cuestión, hay mucho de lo que se puede estar orgulloso.
No
obstante los evidentes reveses, debo decirte que no hemos sido testigos
del fin. Se desarticularon ciertas experiencias porque se alejaron de
la esencia. Pero se darán nuevas revoluciones. Algunas repetirán
errores, otras serán mejores. Así, poco a poco, llegaran las verdaderas.
Creo, sinceramente, que las respuestas pueden encontrarse por
diferentes caminos, porque cada caso será peculiar, aunque deberán
cumplir algunos parámetros imprescindibles, como ser alternativa al
capitalismo, tener espíritu de comunidad, ser profundamente humano, ser
solidario, noble y justo, ser racionales, etc.
4.
La ultraderecha nacionalista ucraniana, que tomó el poder en Kiev,
en múltiples publicaciones y en su discurso oficial ha asegurado que el
Che fue un admirador de la guerrilla anticomunista del Ejercito
Insurgente Ucraniano (UPA), aprendió de ellos la táctica, en la batalla
por Santa Clara fue asesorado por ellos y hasta invitó a su líder Stepán
Bandera para participar en la lucha contra Batista. Creo que sería
importante que lo comentaras.
Eso
es absolutamente improbable y burdo. Claro que no es ingenuo. Se trata
de utilizar el poder de convocatoria del símbolo que representa el Che
en beneficio para la reacción. Lamentablemente hay mucha gente credula
dispuesta a creer cualquier estupidez sin detenerse ni un segundo a
pensar. Esto lo saben muy bien los reaccionarios y se aprovechan de
ello.
Esto
no es casual ni aislado. Me contaron una vez que en una manifestación
neo fascista, en Italia, aparecieron pancartas con la imagen del Che.
Yo, creyendo que era cosa de la izquierda para enfrentar dicha
manifestación, le pregunté a mi interlocutor "Se formó tremenda bronca,
¿no?" Él me sacó del error diciéndome que los fascistas habían llevado
las pancartas como parte de su identidad, de su liturgia. Eso en parte
es fruto del constante intento de separar la historia y el pensamiento
del Che de su imagen, la que ha tenido una divulgación muy peculiar y
universal.
Es
frecuente este tipo de maniobra táctica. Confundir es una herramienta
muy eficaz para acercar a su orilla a las masas, que son las que
determinan el curso de los acontecimientos. Suelen ser inescrupulosos y
burdos, el fin justifica los medios. Con el pasar del tiempo es posible,
logren o no sus objetivos, que aclaren cínicamente que la mentira era
necesaria por un bien mayor. Y probablemente ese bien mayor y común
termine esclavo en las manos, como es costumbre, del pequeño grupo de
privilegiados.
No
critico el sentimiento genuino de alguien por su tierra. Es algo que, a
ésta altura del desarrollo de la civilización, es natural. Los cubanos
conocemos muy bien esto. También hemos visto "patriotas" que, con tal de
enfrentar el supuesto mal que acecha a la patria, se entregan en cuerpo
y alma al primero que les prometa villas y castillas. Y, de ser
necesario, entregan a la patria también
Siempre
hemos sido muy celosos de nuestra soberanía e independencia. Son cosas
sagradas por la que murieron muchos cubanos a través de los siglos. Esto
nos hace ser lo que somos hoy. Un insigne del siglo XIX fue el querido
General mambí Antonio Maceo, conocido como el Titán de Bronce. Lo traigo
a colación porque imagino que su entereza y sapiencia pueden ser útiles
para los ucranianos, a pesar de las grandes diferencias que nos
separan. Maceo dijo, ante la posibilidad de que Estados Unidos nos
"ayudara" en la lucha contra la Metrópoli española, que era contra quien
combatían los cubanos en aquellos momentos: "todo debemos fiarlo a
nuestros esfuerzos, mejor es subir o caer sin su ayuda, que contraer
deudas de gratitud con un vecino tan poderoso". A la OTAN no le importan
la independencia ucraniana ni los ucranianos. Están expectantes porque
necesitan esa plaza por sus riquezas y posición geográfica, y si se las
dejan en las manos, verán qué difícil será sacarlos de allí. O saldrán
cuando la dejen en tan mal estado que sea imposible reconstruirla en
corto plazo, lo que traería muchos males al pueblo ucraniano. Ojalá
aprendan de Irak, Libia y Siria.
5.
Me impresiona y conmueve el cariño que todavía, y a pesar de la
traición de los lideres de la Perestroika, tienen los cubanos hacia
nuestros pueblos, que para Uds. siguen siendo el pueblo soviético.
¿Como ves los últimos acontecimientos y la actual guerra en Ucrania?
¿Cómo ha sido posible?
Siento
a veces una gran impotencia viendo como se manipulan los sentimientos
de una nación en beneficio de los imperios. Es evidente que la guerra en
Ucrania es contra Rusia. Puede ser muy molesto para un patriota verlo o
que otros lo vean así, pero es la verdad. Al menos es como yo lo
percibo.
Toda
esa zona que ahora puede estar dividida por fronteras fue la cuna de
las tres naciones eslavas que, en su época, se unieron a las repúblicas
soviéticas. Sus relaciones datan de mucho antes de constituir, según el
caso, un imperio o un país. Sus sangres y culturas están mezcladas. Han
sido mucho más tiempo aliados, hermanos, que oponentes o adversarios.
Por esto y otros factores políticos e históricos, no puedo entender como
permiten que intereses foráneos los contrapongan.
Hubo
un instante post soviético donde existió un equilibrio frágil, pero
equilibrio al fin, entre fuerzas que veían la solución a sus problemas
en puntos cardinales opuestos. Haciendo una labor de zapa, el occidente,
llamémosle así, aunque no es exacto el epíteto, fue confabulándose con
sus acólitos regionales para cambiar el estado de cosas y dar un golpe
de estado. Inmediatamente empezaron a intentar aplastar la posible
reacción con terror, con propaganda nacionalista, racista, campañas al
estilo fascista. Como resultado estalló la caldera, y con ello se dieron
las diferentes propuestas de las poblaciones en estos territorios en
pugna. Incluso se proclamó la independencia de algunos.
El
llamado nacionalismo es un extremismo dañino que alimenta las más bajas
pasiones. No es casual que fueran aliados de los alemanes en la Segunda
Guerra mundial, ni que sus discursos y propagandas sean tan
retrógradas. No tienen nada que aportar a los valores positivos que han
sido reconocidos universalmente.
Rosa
Luxemburgo, pienso que injustamente, culpaba a Lenin por haber creado
el nacionalismo ucraniano. Es evidente que llegaron a constituir
gobierno por la independencia que le llegó a Ucrania, dada la expresa
voluntad de los revolucionarios bolcheviques encabezados por Lenin.
Ella, una voz autorizada por ser polaca, revolucionaria y una muy lúcida
intelectual (vivió y fue asesinada en Alemania), decía, en otras
palabras, que los ucranianos nunca habían tenido un estado propio y que
era innecesario crearlo artificialmente. Mejor era aprovechar la
circunstancia para sumar ese territorio, en el que convivía una nación
de origen étnico e idiosincrasia eslava, a Rusia que, como se sabe,
estaba en revolución. Lenin no aceptó la idea porque una revolución no
puede pasar por alto la voluntad de un pueblo, de una nación. Si esto
sucedía tenía que ser notoriamente democrático. Y fíjate que Ucrania era
tan importante para los revolucionarios rusos que Lenin aseguraba que
no podían crearse las condiciones propicias para fundar el socialismo
sin la cuenca de Donetsk, y se conoce bien el papel estratégico que
jugaba toda Ucrania en las guerras desatadas contra Rusia. Aun así
decidieron darle la independencia.
Más
allá de cualquier otro análisis, el hecho cierto es que hoy son un
estado por aquella circunstancia, y no se ve la menor señal de que los
rusos puedan cambiarlo o de que estén interesados. De lo que menos
precisan los rusos es de tierras. Sí seguridad, y eso se resuelve con
pactos, con buena voluntad. Por lo tanto, no entiendo como un verdadero
patriota puede apoyar este conflicto torpe que, además, puede generar
incalculables consecuencias para toda la zona. ¿No sería más beneficioso
tratar de llegar a acuerdos sensatos, con el fin de distender los
ánimos? Estoy seguro que toda la comunidad internacional, la rusa y gran
parte de la nación ucraniana lo verían con buenos ojos. Me refiero,
sustancialmente, a los pueblos, ya que es conocido el interés de ciertos
poderes y de sus representantes locales por acercar la guerra a las
fronteras rusas.
Este
tipo de problemas no se resuelven fácilmente. Se necesitan tino y
paciencia. Hay que llamar a la cordura. Hay que estar dispuesto a
abrazar con las manos limpias, sin dagas escondidas. Cuando se desatan
las pasiones más insanas se cometen tantos errores y crímenes que
importará poco quién tuvo o no la razón. El daño ya estará hecho, y las
principales víctimas serán el pueblo ucraniano y el ruso. Nunca se debe
olvidar algo que en Cuba se le dice mucho a los niños: "el que empuja
no se da golpes".
6.
Los medios de comunicación, auto-asignándose el rol de ojos del
mundo, durante por lo menos un par de décadas, han anunciado casi a
diario la inminente caída del sistema cubano. ¿Por qué al socialismo
cubano no le pasó lo mismo que a los "socialismos reales" de Europa, que
desaparecieron tras la caída de la URSS?
No
afirmo que mi respuesta sea la más correcta, pero intuyo que se trata
de que nuestra joven nación tiene un intenso deseo de existir como tal.
El proceso de colonización dio origen a una nación no homogénea en lo
étnico y en lo religioso. Sin embargo si lo es en lo cultural, aunque es
una cultura que admite las influencias, sin dogmas que fundamenten un
único modo de ser. Esto es la que mayor peso aporta a nuestra identidad.
Aquí incluimos el idioma que, como sabes, es el mismo para todos los
cubanos. Somos un pueblo unido en la adversidad. Nuestra existencia está
amenazada porque nuestro segundo colonizador (EUA) no acepta la idea de
la independencia y soberanía en un país tan cercano y pequeño que,
además, se le ha enfrentado con éxito demasiado tiempo. Eso nos hace
estar a la defensiva. Y, cuando nos relajamos, el imperio nos recuerda
con cualquier acto, por muy insignificante, que eso es fatal. Por otro
lado nuestra historia nos llevó a enfrentarnos a la disyuntiva de ser,
en el mejor caso, un protectorado, o algo similar, sujeto a los
caprichos de alguna "gran" nación, o ser una republica de hombres y
mujeres libres que tienen y defienden sus propios intereses. Los
burgueses en Cuba existieron. Incluso algunos fueron exitosos en los
términos en que ellos lo comprenden. Es decir, tenían propiedades,
recursos financieros, etc., pero no eran una burguesía con un proyecto
nación. Sus intereses estaban estrechamente ligados a los de terceros,
casi siempre a los de los yanquis, que por ser mil veces más poderosos y
por añadidura el referente ideólogico, los relegaba a ser una especie
de sucursal.
Esto
puso a preclaros cubanos a pensar, y decidieron hacer algo que nos
llevara a puerto seguro, sin traicionar los ideales fundacionales de
nuestros antepasados independentistas. Por eso auténticos
revolucionarios (algunos antes de que Fidel naciera) ya veían como
camino coherente a seguir el del socialismo y la revolución armada para
darle un porvenir a la nación y deponer el status quo imperante en ella.
Eso
explica por qué al caer la URSS y en general el campo socialista, Cuba
siguió luchando por esos ideales. Ellos eran un referente, pero no
fueron la razón única por lo que nosotros queríamos y queremos seguir
intentándolo. Las condiciones son realmente difíciles y pueden empeorar
pero, aún si se diera la más pesimista variante y no fuéramos capaces de
lograrlo, eso no significa que otros no lo harán en el futuro. Aunque
no lo acepten los enemigos del socialismo, es imposible frenar el
cambio. El capitalismo no puede aliviar sus contradicciones eternamente,
y entre más tiempo se posponga el salto, más difícil será restablecer
el equilibrio y más amenazada estará la existencia del ser humano.
El
socialismo como experiencia práctica es un bisoño. Raro sería que desde
un inicio fuera totalmente exitoso. Toda la historia de la humanidad
nos dice que así no se dan las cosas. Para alcanzar el conocimiento hay
que experimentar, y esto admite, implícitamente, el error y el próximo
ensayo, hasta que se alcance la meta. Y cuando se alcance tendremos
nuevos retos y habrá que darles solución.
7.
Desde sus enormes logros y numerosos problemas sin resolver, ¿cuales
crees que son los principales riesgos y desafíos del pueblo cubano en
este momento?
Lo
primero es sostener y desarrollar exitosamente el proyecto nación del
que ya hablé anteriormente, lo que es sumamente arduo porque las
condiciones no son las propicias. Esto implica subsistir como nación, lo
que, a mi juicio, solo puede ser dado en un proyecto económico,
político y social, alternativo al capitalismo, como lo dicta nuestra
historia.
A
ello se le añaden las renovadas relaciones diplomáticas con EUA que son
un desafío inédito para ambos. Es primera vez que, como país
independiente, tenemos este tipo de relaciones con ellos. Han sido
bastante sinceros al admitir que no han cambiado de objetivos respecto a
la Cuba revolucionaria. Solo están evolucionado, probando nuevos
métodos para conseguir el ansiado fin, que es borrarnos. No tengo muy
claro que nos "empujó" a dar este paso. Supongo que es demostrar nuestra
voluntad de diálogo. Se hizo un esfuerzo mundial para que ellos
cambiaran su postura intolerante. En el acto quedaron aislados y en una
maniobra política que no es vano calificar de inteligente, se presentan
con una contrapropuesta. Consiguientemente, el que hayamos aceptado el
reto debe tener algún peso en política y, naturalmente, alguna
pretensión económica. En todo caso, me parece que tratar de alzar una
relación constructiva, respetuosa entre iguales, mutuamente ventajosa,
que en última instancia es el fin lógico de las mismas, constituirá una
hazaña, si es que en algún momento se logra algo que tenga alcance.
Por
nuestra parte hay muchos reclamos legítimos que ellos no están muy
dispuestos a satisfacer, y como son un imperio también pretenden
exigirnos otros de naturaleza absurda, para equilibrar la balanza. Así
que nos encontramos en estos instantes en un tipo de limbo que no se
cómo se va a resolver. Confió en nuestros diplomáticos y gobierno, que
en circunstancias adversas han obtenido triunfos muy importantes. Espero
que esta vez sea igual, a pesar de mis dudas.
Otra
tarea urgente es la de ayudar a fortalecer la alianza caribe
latinoamericana y la integración. Esto es aun más complicado, ya que hay
fuerzas poderosas que hacen hasta lo imposible por sembrar la discordia
en nuestro continente. Y como la correlación de fuerzas es cambiante y
el camino que tome una u otra nación depende, a veces, de voluntades
ajenas a las fuerzas progresistas en su conjunto, en ocasiones la
alianza integracionista se debilita.
El
imperio cuenta con aliados de clase e ideológicos en Latinoamérica y el
Caribe y está volviendo a poner en su agenda, como prioridad, lo que
han considerado como su patio desde que surgieron como nación y para eso
se utiliza todo tipo de recursos. Ahora con más fuerza, porque
pretenden desarrollar el bloque del Pacifico, argucia que le permitiría
asegurar un gran mercado y aliados en detrimento de China y otros
competidores o enemigos jurados. Con el estimulo que representa ese
proyecto en potencia, hacen las delicias de sus acólitos en el área, y
lanzan promesas al aire que más de un ingenuo escucha con atención.
Al
mismo tiempo, veo imprescindible fortalecer las relaciones políticas y
económicas con el resto del mundo. Desde lo político, veo que debemos
jugar un papel activo en todos los foros internacionales defendiendo las
causas más justas y loables. Se debe mantener e incrementar nuestro
apoyo en la medida de lo posible a todos aquellos países que nadie más
ayuda y en los que se encuentren nuestros médicos, maestros y técnicos,
porque debemos defender el principio humanista de hacer el bien, sobre
todo, a los más necesitados. Pero no como un acto politiquero, sino
como un acto de entrega, de sacrificio por los demás, entendiendo que
con ello crecemos, mejoramos. Si creemos que un mundo mejor es posible y
que debemos alcanzarlo, entonces debemos predicar con el ejemplo y
hasta ahora es lo que hemos hecho.
8.
Mirando la historia como un proceso de aprendizaje constante, ¿qué
cambios se necesitan hoy en Cuba para defender su opción socialista?
No
sé si existen recetas o verdades absolutas en este sentido. Los cambios
a realizar deben estudiarse casuísticamente con mucho cuidado y, a la
vez, con audacia y sin caprichos. Debe prevalecer la lucidez en las
distintas propuestas que se hagan. Deben tenerse en cuenta la sapiencia y
la voluntad popular, y la de nuestros técnicos y profesionales en la
materia.
Tomar
decisiones en este sentido conlleva una enorme responsabilidad. Es muy
delicado y peligroso si no se hacen las cosas de forma racional y con
una gran dosis de prudencia. Por eso admiro a aquellos que, conscientes
de esto, toman decisiones asumiendo el peso de la crítica y de las
consecuencias.
Con
independencia de esto, yo quisiera que se explore más en una dirección
donde se le den oportunidades reales a la empresa socialista,
comunitaria, despojándola de tecnicismos caducos. No se puede pensar en
cambiar algo dejándolo prisionero de un traje que le queda pequeño, de
mecanismos obsoletos y, al mismo tiempo, ponerlo a "competir" con una
empresa privada a la que dejas las manos libres para que haga y deshaga a
sus anchas. Se puede asegurar que el balance será a favor de los
privados en detrimento de un potencial que la empresa pública no podrá
demostrar. Deseo que se experimente sin miedo, haciendo al pueblo
participe de esto sin dar falsas esperanzas. Que la gente sea consciente
de que puede errarse y, si ese fuere el caso, que tendríamos como
opción retomar las cosas desde el inicio para reintentarlo de otras
maneras, sin abandonar nunca nuestros sueños y esperanzas.
A
veces, ir a lo supuestamente seguro, como darle oportunidad a las
relaciones de producción capitalistas, puede significar un retroceso
irreversible que cree las bases para que nos convirtamos, una vez más,
en un tipo de colonia yanqui. En esto veo un gran peligro. El otro es
que se posponga el proyecto nación cubano, que tanta falta hace, como
una propuesta más, al mundo.
9.
Aquí en Latinoamérica vivimos un momento de grandes dificultades
para los gobiernos llamados progresistas. Entendiendo que se trata de
realidades y situaciones muy diferentes, ¿cuál te parece el problema más
urgente que debería resolver la izquierda regional?
Sin
proyecto alternativo, sin plataforma revolucionaria, ¿qué puedes
proponer? Más de lo mismo. Es imprescindible, primero que todo, tener
ese proyecto alternativo. En el caso de tenerlo, es primordial hacer un
análisis crítico del mismo que permita descubrir las debilidades o
inconsecuencias para transformarlo en algo realmente revolucionario.
Una vez puesto en marcha se debe corregir constantemente el tiro, porque
no hay empresa humana perfecta.
Las
buenas obras se pueden hallar en muchas partes, pero un proyecto
atinado y equilibrado es muy difícil de encontrar en la actualidad. Es
necesario darle a esto continuidad, hacerlo eficiente, justo, racional,
un ideal. Está claro que es relativamente fácil hablar de los defectos,
propios o de otros. Lo difícil es concebir un plan de acción para
superarlos.
Otra
dificultad que enfrenta la izquierda, yo diría mundial, es el tema de
la unidad. No por gusto Marx lanzó la consigna "Proletarios de todos los
países del mundo, uníos". En la historia, todos los imperios han
seguido la máxima del "divide e impera". La desunión carcome el
potencial que resulta del hecho de que la explotación y la opresión son
cada vez más globales y crean en cada instante, más y nuevas víctimas y,
en contraposición, disminuyen los privilegiados.
Uno
de los logros más impresionantes de la revolución cubana ha sido
alcanzar la unidad de nuestro pueblo. La desunión fue el talón de
Aquiles de todos los movimientos revolucionarios, incluidos los del
siglo XIX, que precedieron a la revolución del 59, dirigida por Fidel, y
el movimiento 26 de julio. Antes me preguntaste por las causas que
hicieron posible nuestra sobrevivencia ante la desaparición del campo
socialista. Bueno, una causa importante que olvidé subrayar es ésta,
nuestra unidad como pueblo.
Si
la izquierda toda, olvidémonos del signo que sea cada uno, se uniera
por un segundo, al status quo solo le quedaría de vida ese mismo
segundo.
10.
Entre tanta izquierda renovada y arrepentida, que desde hace mucho
dejó de ser izquierda y esa otra, que se ve atrapada en el dogmatismo de
ayer, las nuevas generaciones buscan nuevos caminos. ¿Cuáles crees que
serían las principales diferencias del socialismo de este siglo con
respecto al del siglo XX?
La
fundamental diferencia es que deben ser verdaderos. Si miramos
atentamente los disímiles modos de producción que se han sucedido en la
historia de la humanidad, veremos que surgieron unos dentro de los
otros. Se supone que el socialismo rompe con esa regla. Es el puente en
si mismo. Es un periodo de transición para llegar a un fin que suponemos
es el comunismo. Algo que nunca se ha logrado alcanzar, aunque algunos
pensaran que lo vivieron en algún momento por haber suficiente para
todos, distribuido con cierta justeza. Pero el comunismo es mucho más
que una correcta distribución de las riquezas, una sociedad sin crisis y
sin clases en una lucha perenne a muerte. El comunismo implicará una
forma de vivir y ser diferentes, que retroalimente a una sociedad donde
prevalezca una moral y ética guiada por la solidaridad omnímoda entre
los seres, donde la norma sea actuar dirigidos por principios y valores
verdaderamente humanos, donde el trabajo no represente la carga de la
subsistencia, sino goce espiritual. Sin esas cualidades ¿qué sería la
nueva sociedad?. No podemos olvidarnos que la meta es el comunismo y no
el socialismo. Este último representa una etapa que se debe superar para
llegar a la ansiada cumbre.
Nadie
ha dicho que esto cae como maná del cielo. Para lograrlo hay que luchar
muchísimo y trabajar arduamente. Los poderosos no sufren arrebatos de
conciencia. No cambian los ordenes establecidos por ellos porque
murieren niños de miseria. Duermen plácidamente. Ellos son fruto y
consecuencia de las relaciones de producción que los crea, y es su
naturaleza de clase la que les indica como actuar. Son más o menos
despiadados según el nivel de la resistencia, si están o no acorralados,
si son más o menos maduros como clase. Significa esto que dejan de ser
clase en sí, para convertirse en clase para sí, esa que detenta el poder
e intenta perpetuarse en la subjetividad ideológica. Tienen a sus
filósofos de la opresión, subordinan el aparato del estado y los
gobiernos para suprimir todo lo que le sea contrario y adverso. Sin
embargo tienen una gran debilidad: a diferencia de nosotros, no les está
permitido vivir sin su enemigo de clase ya que es el verdadero sostén
de su existencia. Sin plusvalía no hay capitalismo. Por lo tanto, hay
que arrebatarles el poder, destruir sus formas de sustento económico
(plusvalía) e ideológico, aplastar sus ejércitos, los mecanismos
generadores del orden establecido, etc.
Se
cree que en algún caso esto podría lograrse en relativa paz, pero yo
pienso que, en la medida que las revoluciones se radicalizan, maduran y
realizan acciones efectivas para desarticular el sistema anterior, se
hace evidente que las convulsiones y pataleos de un moribundo pueden
ser letales. O vence la clase que representas o se da, inmediata o
lentamente, la restauración del opresor depuesto, con todo y lo que esto
implica. Esta es la etapa de la reacción más violenta.
Una
ultima cosa al respecto, todas o casi todas las revoluciones autenticas
han tenido un periodo de florecimiento, después de haber superado
grandes obstaculos, que permitía pensar que todo iba a marchar en esa
misma dirección, y después han tenido que vivir realidades, por causas
internas, externas o ambas, que las obligan a cambiar de rumbo. Soy
optimista, por lo que creo que las más genuinas, que han sido el
resultado de una verdadera necesidad del pueblo, son las que están en
mejores condiciones para sobrevivir. La cubana es una de ellas.
11.
Para mí lo más revolucionario en el pensamiento del Che es su idea
del hombre nuevo. Siento que si no se sueña y construye este hombre
nuevo: coherente, solidario, sin miedos ni dobles estándares, libre de
las pequeñeces que nos inculca el sistema capitalista todos los días,
ningún cambio económico tiene sentido. Tal vez el fracaso del modelo
soviético es la prueba más contundente de eso. ¿Desde dónde crees que
nace o se construye este hombre nuevo?
Antes
y después de nuestra era, incluyendo a Cristo en la selección, han
brillado muchos hombres y mujeres que han descollado en su tiempo por
virtudes excepcionales que los separan del resto y los convierten en
ejemplo a seguir. Eventualmente fueron heraldos de nuevos tiempos, de
nuevos valores, de actitudes más humanas, ezperanzadoras, que sus
contemporáneos hubieran querido ver más extendidas. Es natural que se
creyera que la proliferación mecánica de sus virtudes en la sociedad era
una posible solución a los males de la misma.
Por
otra parte, estos paradigmas eran un testimonio excepcional de que es
posible llegar a ser diferente, aun cuando las condiciones no fueran las
idóneas. Estaba presente la voluntad del ser humano de enfrentar el
medio. Quizás estos modelos de vida han sido la génesis, pero el
concepto del hombre nuevo que manejó el Che, tiene un origen más actual y
científico. Muchos revolucionarios y entre ellos figuran, con
preeminencia, los clásicos del marxismo, le dieron un peso específico a
la labor transformadora del ser en la sociedad. Se veía como un dialogo
fluido e intenso entre el individuo y el todo, ya que la sociedad no es
una entelequia conceptual. Es el conjunto de las voluntades conviviendo
en comunidad, y en una socialista se supone que la retroalimentación
debe ser más armónica.
Los
soviéticos también otorgaron espacio al sueño de un hombre nuevo en las
primeras etapas de la revolución, pero este quedó maniatado en las
madejas del stalinismo. Al menos eso afirman algunos. Lo que tengo
entendido, sin estar muy seguro, es que hasta el Che nadie amasó tanto
la idea, ni fue tan consecuente con la misma desde el plano teórico y
práctico, de tal forma que no solo soñó con lo que es más o menos obvio
para los que tengan fe en el mejoramiento humano y entiendan que no
podemos quedarnos estancados en lo que somos hoy, sino que intentó
construirle un hábitat, una sociedad y economía que fueran capaces de
reproducirlo. También actuó de manera consciente en la conformación de
la subjetividad de ese individuo y su educación. Lamentablemente le
faltó tiempo para indagar más, para amasar mejor la idea.
Este
concepto de "hombre nuevo" solo tiene sentido en una sociedad
socialista o comunista. Hay una dependencia insalvable que los constriñe
a una simbiosis. La sociedad "obligaría" a actuar según un albedrío
cultivado, consciente de las necesidades. Las posibilidades se harían
más amplias en la medida que se desarrollara la sociedad como resultado,
a la vez, de la acción del individuo. Para el Che todo este acto, sin
una ética humanista y solidaria estaría inconcluso, no sería una feliz
concepción y hacía hincapié en ello. Obviamente, en tanto se fuera
consolidando la sociedad comunista, muchas de estas exigencias se harían
innecesarias, ya que la armonía resultante traería "automáticamente" a
la vida al hombre nuevo.
Es
decir por una parte una sociedad justa, armónica, humana, y por otra el
individuo, centro y fruto de esta, con capacidad para auto
perfeccionarse y rectificar lo mal hecho, lo contradictorio. El curso si
fuere necesario. Es algo que podría parecer muy utópico o teórico y,
sin embargo, el y otros compañeros intentaron construirlo. Hoy todavía
hay destellos de ese hombre nuevo, reflejo vigoroso del actuar de la
revolución en el espíritu del individuo. Los ves, por solo citar un
ejemplo, en los muchos médicos que hacen misiones internacionalistas en
lugares remotos del continente africano, de América Latina o de
cualquier otra parte del mundo, que arriesgan su vida cada día, por
salvar la ajena.
12.
¿Cuáles son los posibles puntos de encuentro y aporte mutuo entre el
Centro de Estudios Che Guevara cubano y los movimientos y organizaciones
sociales de otros países?
Nosotros
somos un centro de estudios modesto que tiene vínculos con muchas
entidades en el país y en el mundo, que no pretende abarcar más de lo
que puede. Hacemos un esfuerzo para aportar con el fruto de nuestra
labor a la profundización del estudio y divulgación del pensamiento y la
obra del Che, para que sea conocida en toda su extensión y magnitud.
Realizamos un trabajo académico que abordamos con objetividad y rigor
científico. Somos parte del proyecto de la UNESCO "Memoria del Mundo"
por tanto nuestro acervo es un patrimonio de reconocida importancia que
puede ser útil a muchos. En fin somos una institución que quiere aportar
su granito de arena en la trasformación del mundo hacia uno mejor. Si
eso nos hace afines y compañeros de lucha de los movimientos y
organizaciones sociales es un privilegio, y estamos dispuestos a
compartir con ellos este patrimonio enriquecedor.
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