Peña Nieto: La elección de un candidato mediático |
Enrique Peña Nieta ha sido un buen “producto” electoral. Ganó
el marketing a la memoria histórica. En la sociedad del espectáculo,
como califica nuestro novelista Mario Vargas Llosa a la sociedad contemporánea,
Peña Nieto ha hecho un buen papel. Y los hacedores del gran espectáculo
lograron posicionarlo y… ¿asegurar su incondicionalidad?.
Eso se pregunta el editorial de hoy de la Revista América Economía. Muy
buena pregunta. (Jesús Hubert)
Editorial: Enrique Peña Nieto, a matar monopolios
Muchos y muy difíciles son los desafíos que el flamante
presidente mexicano Enrique Peña Nieto tiene por delante: desactivar la
violencia gatillada por el narcotráfico, reducir la brecha entre ricos y
pobres, dinamizar la economía y profundizar la democracia:
Pero hay una tarea que lleva mucho rato pendiente y que los
dos gobiernos del PAN prometieron cumplir y no cumplieron: terminar con los
monopolios.
No va a ser fácil.
Debe quitarle poder al imperio Televisa, la poderosa cadena
de televisión de la familia Azcárraga, que tiene el 70% del mercado de la
televisión abierta mexicana y que apoyó -algunos dirían aseguró- la aspiración
presidencial del telegénico candidato del PRI.
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Durante la mayor parte de su historia, por obra y concesión
del gobierno, Televisa monopolizó todos los canales y todas las pantallas de
México, y siempre retribuyó el favor dándole su apoyo irrestricto al gobierno y
a los candidatos del gobierno. Fue sólo al final de las siete décadas de
reinado del PRI que se abrió el mercado a una segunda cadena, TV Azteca. Eso
amplió un poco las opciones de programación para los televidentes, pero no
significó apertura ni transparencia, y ni siquiera fomentó la competencia, que
son las tres cosas que debe impulsar el nuevo presidente de México.
No le será fácil, porque Televisa lo ayudó a ganar las
elecciones. Y más difícil será si acaso son ciertas las acusaciones de que Peña
Nieto pagó bajo la mesa a Televisa para que le construyera una imagen de
candidato ganador, actuando como una especie de asesora de marketing en la
sombraHoy, el duopolio Televisa-TV Azteca controla el 95 por ciento de la
oferta televisiva abierta, y el reciente anuncio de que se abrirá la licitación
de una tercera cadena de TV en dos años plazo podría predecir más apertura. La Comisión Federal
de Comunicaciones (CFC) permitió a Televisa comprar el 50% de la telefónica
móvil Iusacell, propiedad de TV Azteca, a cambio de que ambas cadenas dejen de
oponerse a la licitación de la tercera cadena de televisión.
La decisión promete una tercera cadena de TV, pero también
amplía el poder duopólico de Televisa y TV Azteca, al convertirlos en socios en
la telefónica Iusacell y facilitar que sus programas de televisión lleguen a
los mexicanos por las pantallas de sus teléfonos celulares.
Más dudosa resulta la promesa de apertura televisiva al
tomar en cuenta que el único empresario mexicano con bolsillos suficientes para
lanzar una tercera cadena televisiva es Carlos Slim, el hombre más rico del
mundo y dueño de Telcel, la mayor empresa de telefonía móvil de México, y de
América Móvil, la mayor empresa de telefonía móvil de América Latina.
Peña Nieto se comprometió a abrir el espectro radioeléctrico
si era elegido, y debe abrirlo bastante más que este acuerdo, que fácilmente
puede dejar la televisión y la telefonía en manos de apenas tres grupos
empresariales.
Esta sola tarea se ve difícil, y dista de ser la única. El
nuevo presidente tiene que fomentar la competencia, apertura y transparencia en
la industria petrolera, donde hoy hay monopolio estatal no sólo en la
prospección y explotación del petróleo sino en la distribución de combustibles.
Y debe hacerlo también en otros oligopolios privados, como las cervezas y el
cemento.
Peña Nieto tiene que hacer todo esto mientras cumple su
promesa de que el regreso de su partido al poder no significa el regreso de la
dictadura perfecta, como muchos llamaban al PRI durante los 70 años que estuvo
en el poder. La apertura económica dinamizará los negocios mexicanos y traerá
inversión, pero se quedará a medio camino si no hay apertura política.
No cabe duda de que Enrique Peña Nieto tiene por delante una
misión difícil: quitarle poder a quienes lo ayudaron a llegar al poder.
El ejecutivo de cada país, es el representante ante los otros CON IGUAL CARÁCTER de la comunidad internacional.
ResponderBorrarSi al dejar el cargo el Presidente, hay más desempleo, más pobreza y más inseguridad, hay que determinar su responsabilidad y la de los servidores públicos, y ex funcionarios que trabajaron con él.
Acatando las leyes justas e iguales para todos los que nos colocamos en sus supuestos se resuelven muchos problemas.
La violación de los derechos de una persona, no hace desaparecer los derechos de todos, pero los hace peligrar, y todos tenemos la obligación de evitar esa violación.