viernes, septiembre 23, 2011

A más bistecs, menos futuro para el planeta _ Escriben: Joao Meirelles y María José Barney González (*)








Literalmente nos estamos engullendo al planeta. Somos como las termitas que comen insaciablemente hasta terminar con todo. No pensamos que nuestros hábitos de consumo tienen que ver con nuestra supervivencia como especie.

En todos los campos de la actividad humana prima el individualismo: “yo quiero esto u o lo otro…¡y al diablo con lo demás!" Esa visión de la vida nos está llevando al desastre. Y a este paso, sus consecuencias ni siquiera podremos comentarlas con nuestros nietos, porque ellos no llegarán a existir o desparecerán con nosotros. (Jesús Hubert)


Un delicioso bistec de 500 gramos de ganado amazónico, producido con 7.000 gramos de dióxido de carbono y 7.000 litros de agua mezclados con eructos de metano, es la receta ideal del cambio climático.

BELÉM, Brasil, sep (Tierramérica) .- La industria ganadera es uno de los contribuyentes más importantes al agravamiento del cambio climático.

La creciente capacidad de los consumidores lleva a reemplazar en la dieta los cereales por carne y productos lácteos. Esta tendencia, combinada con prácticas de producción insostenibles, particularmente en la Amazonia brasileña, puede llevar al colapso de la selva húmeda y de los servicios de equilibrio ambiental que presta al planeta.

El informe 2009 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señala que la expansión de la actividad ganadera es causante de 18 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, y de la deforestación en algunos países, mientras genera menos de dos por ciento del producto bruto mundial.

Este escaso aporte al producto demanda sin embargo 26 por ciento de las tierras libres de hielo para pastoreo y 33 por ciento de las tierras agrícolas para producir el alimento que consume el ganado.

Hay una fuerte presión para duplicar la producción ganadera, que de la actualidad hasta 2050 pasaría de 228 a 463 millones de toneladas, elevando la cantidad de cabezas de ganado en más de 73 por ciento.

Desde la década de 1970, el gobierno brasileño fomenta la cría de ganado vacuno. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) ha destinado más de 10.000 millones de dólares a la industria cárnica, 30 por ciento para préstamos, 60 por ciento para adquisiciones (como las de las firmas JBS-Friboi y Marfrig) y el 10 por ciento restante para futuras compras.

La tradición de rozar y quemar las tierras para robar predios agropecuarios a la selva amazónica lleva a que el planeta pierda el servicio que le presta la biodiversidad de sus bosques.

Esas prácticas liberan a la atmósfera enormes volúmenes de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. La deforestación amazónica representa un aumento de entre cinco y seis por ciento de las emisiones de gases invernadero y contribuye en 75 por ciento a la vasta producción brasileña de carbono atmosférico.

Hasta 2009, se habían deforestado unas 74 millones de hectáreas, 15% por ciento de la Amazonia brasileña. Esa área equivale a los territorios de Alemania, Austria e Italia juntas y casi en su totalidad se destina al pastoreo.

La carne vacuna es una comida costosa. Pero su precio final, aun si es alto, no refleja el alarmante costo real de su producción, ya que para obtener un kilogramo de carne se liberan 15.000 kilos de dióxido de carbono y se requieren 14.000 litros de agua. El bistec de la Amazonia es un alimento extremadamente caro por su costo ambiental, social y económico.

La producción de carne vacuna amazónica tiene impactos sociales, pues genera poco empleo, y mal remunerado. En algunas haciendas brasileñas la esclavitud y el trabajo infantil son todavía una práctica normal.

El traslado de la producción ganadera hacia la Amazonia en los últimos 50 años no registra antecedentes en la historia.

Si proyectamos el crecimiento del ganado de este país para los próximos 20 años sobre la base del registrado entre 1994 y 2007, tendremos 103,7 millones de vacunos amazónicos en 2030, lo que puede conducir a la deforestación de 55 por ciento de esa región brasileña.

Todos estos factores contradicen el compromiso brasileño de abatir sus emisiones de gases invernadero. El desafío para los gobernantes es responder a la demanda de carne del mercado sin afectar la equidad social, el ambiente y la salud pública.

Es urgente emprender acciones para transformar la cadena de valor de la producción ganadera y cárnica. Debemos promover:

* Políticas y regulaciones nacionales e internacionales para obtener una producción social, ambiental y económicamente sostenible.

* La formalización de todas las actividades de la cadena de producción, con énfasis en la región amazónica.

* Sistemas de monitoreo que aseguren la implementación de las políticas y regulaciones y contribuyan al cumplimiento de la ley.

* Políticas sostenibles e inclusivas que contemplen las necesidades de las comunidades rurales tradicionales, campesinos y pequeños productores, para ampliar su capacidad de producir de manera más eficiente y sostenible, y para beneficiarlos de una participación activa en la cadena de valor de la producción ganadera y cárnica y en los servicios técnicos y financieros.

* Creación de conciencia a escala mundial en los consumidores sobre el costo real de la carne vacuna.

* Creación de conciencia ambiental de las comunidades rurales tradicionales, incluyéndolas en el monitoreo del impacto de la producción de ganado en sus medios de vida y diversificando estrategias que valoricen la selva, como la prestación de servicios ambientales y la venta de otros productos que contribuyan a mantener la biodiversidad.

* Mayor investigación para asegurar que los estudios sobre la cadena de valor de la industria incluyan el impacto ambiental y económico en comunidades que sufren exclusión.

* Estrategias de mejores prácticas y tecnologías más sostenibles a fin de hacer más eficiente el uso de los recursos.


(*) João Meirelles es director y María José Barney González es consultora del Instituto Peabiru, http://www.peabiru.org.br/index-.htm, con sede en Belém, Brasil. Derechos exclusivos IPS.

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