viernes, octubre 17, 2008

Religiòn y espiritualidad no es lo mismo_Escribe: Eckart Tolle


Vivimos súper-informados o más bien empachados de datos y -en algunos casos- desinformados maliciosamente por diferentes sectores del poder.

En una sociedad así, solo el fanatismo puede hacernos impermeables. Solo aquellos que empuñan textos “sagrados”, como escudo o como mazo, pueden tener creencias inamovibles.

Pero las variantes, las millones de versiones acerca de todo, son solo de forma, no de esencia.

Las verdades fundamentales siguen alumbrando, sin tiempo y sin cambio. Sin embargo, acceder a ellas, exige la voluntad y el esfuerzo de trasponer el camino de la forma y de la letra, venciendo así el miedo a la herejía y la excomunión.

Como lo vencieron, por ejemplo, Jesús, Lutero o Santa Teresa de Ávila... o cuanto espíritu libre nos abrió el camino.(Jesús Hubert)


Muchas personas ya han tomado conciencia de la diferencia entre la espiritualidad y la religión.

Reconocen que el hecho de tener un credo (una serie de creencias consideradas como la verdad absoluta) no las hace espirituales, independientemente de cuál sea la naturaleza de esas creencias. En efecto, mientras más se asocia la identidad con los pensamien­tos (las creencias), más crece la separación con respecto a la di­mensión espiritual interior. Muchas personas "religiosas" se en­cuentran estancadas en ese nivel. Equiparan la verdad con el pen­samiento y, puesto que están completamente identificadas con el pensamiento (su mente), se consideran las únicas poseedoras de la verdad, en un intento inconsciente por proteger su identidad. No se dan cuenta de las limitaciones del pensamiento. A menos de que los demás crean (piensen) lo mismo que ellas, a sus ojos, estarán equivocados; y en un pasado no muy remoto, habrían considerado justo eliminar a esos otros por esa razón. Hay quie­nes todavía piensan así en la actualidad.

La nueva espiritualidad, la transformación de la conciencia, comienza a surgir en gran medida por fuera de las estructuras de las religiones institucionalizadas. Siempre hubo reductos de espiritualidad hasta en las religiones dominadas por la mente, aunque las jerarquías institucionalizadas se sintieran amenazadas por ellos y muchas veces trataran de suprimirlos. La apertura a gran escala de la espiritualidad por fuera de las estructuras religiosas es un acontecimiento completamente nuevo. Anteriormente, esa mani­festación habría sido inconcebible, especialmente en Occidente, cultura en la cual es más grande el predominio de la mente y en donde la Iglesia cristiana tenía prácticamente la franquicia sobre la espiritualidad.

Esto sucede en parte como resultado de las enseñanzas espi­rituales surgidas por fuera de las religiones tradicionales, pero también debido a la influencia de las enseñanzas de los antiguos sabios orientales, que un número creciente de seguidores de las religiones tradicionales pueden dejar de identificarse con la forma, el dogma y los credos rígidos para descubrir la profundidad original oculta dentro de su propia tradición espiritual, y descu­brir al mismo tiempo la profundidad de su propio ser. Se dan cuenta de que el grado de "espiritualidad" de la persona no tiene nada que ver con sus creencias sino todo que ver con su estado de conciencia. Esto determina a su vez la forma como actúan en el mundo y se relacionan con los demás.

Eckhart Tolle - Una nueva tierra

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