Esta es la gran pregunta que recorre el mundo. Y así titula su editorial de hoy, el periodista Juan Carlos Tafur, director de DIARIO 16, de Lima. Pero... se trata únicamente del colapso de las economías capitalistas o es, como afirman muchos destacados intelectuales, una crisis mayor: una crisis de la civilización humana.
Junto al desastre económico y financiero del estado norteamerican y las economías europeas,descontando las calamidades de los paises periféricos, esta también la desaceleración del crecimiento de China “Comunista”, que en la practica, se ha convertido en la gran usina, a bajo precio (proletariado barato y disciplinado) para las grandes corporaciones capitalistas. De paso, habría que mencionar también las difíciles condiciones en que sobrevive la población cubana, que sigue pagando un alto precio por intentar un cambio socialista, en un un contexto internacional adverso, que la sigue jaqueando con un embargo comercial, cínico y cruel.
En suma, es el mercado capitalista el que sigue condicionando la totalidad de la economía mundial y ha logrado deformar y poner a la cola del propio sistema capitalista a cualquier experimento socialista que se le ponga por delante. Razón por la que León Trotsky debe estar frotándose las manos desde el otro mundo y la esperanza de una alternativa al modelo económico predominante, sea realmente, difícil. (Jesús Hubert)
Que el sistema capitalista mundial atraviesa una crisis profunda no debería ser una conclusión que quienes creemos en él debamos negar como si en ello se nos fuera la vida.
Pero lo que hay que tener claro es qué está causando esa crisis. ¿Parte de la evolución intrínseca al capitalismo, como señalaba Carlos Marx (autor que, dicho sea de paso, le haría bien a la derecha leer)? No lo creemos. ¿Crisis terminal? Sí, pero no del capitalismo a secas.
Es la perversión mercantilista del capitalismo, el alejamiento de sus fuentes libertarias, su mirada de soslayo de las formas democráticas, su consecuente sometimiento a los intereses de las grandes corporaciones. Ese modelo está muriendo. Por sí solo y por obra de la protesta social que, quizás no sea plenamente consciente de los orígenes de su malestar, pero que en el fondo siente que se le ha arrebatado la soberanía, que ya no es el pueblo el que manda si no el gran capital.
La lógica imperial de Washington llevó a los Estados Unidos a descubrir hace más de un siglo que las guerras eran fuente de riqueza. Cada guerra ganada eran dos o tres puntos del PBI de mayor crecimiento en la década posterior. Esta vez, ni siquiera ello ha ocurrido. La invasión de Afganistán e Iraq ha sido, como casi siempre en su historia, fundada en pretextos de defensa de la libertad mundial, pero, a diferencia de antaño, esta vez los beneficiarios han sido las grandes multinacionales, no el pueblo.
Los amigos de Bush han hecho fortunas con la guerra. Muchos llegan a pensar que todo no ha sido más que un operativo diseñado para lograr eso. Si no fue pensado, en todo caso, queda claro que fue utilizado de esa forma. Hasta en los propósitos económicos de la guerra, el capitalismo norteamericano ha dejado de ser democrático para rendirse a los intereses de una oligarquía descarada, ajena a cualquier control político.
La crisis social estalla porque los Estados y las políticas públicas han sido privatizadas. La propia crisis financiera de hace algunos años fue otra muestra palmaria de ello. Billones de dólares de todos los contribuyentes sirvieron para salvarle el pellejo a inescrupulosos banqueros. El mundo liberal al revés.
En pequeña escala eso es lo que nos ha pasado en el Perú. García se equivocó de “consenso de Washington” y aplicó, no el democrático, reformista y medianamente liberal, sino el espurio, sobrepuesto a aquél en los últimos diez años. Por eso nuestro crecimiento macroeconómico no ha creado paz social sino todo lo contrario. Hay que acabar con ese modelo capitalista, sin duda. Hay que volver a poner en valor a la democracia, el Estado de Derecho y las libertades ciudadanas por encima de la contabilidad de los grupos de poder. De eso se trata.
Editorial de DIARIO 16, Lima-Peru, edicion del 17-08-2011
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