lunes, febrero 08, 2010

"AVATAR"... o el regreso a la UNIDAD





El éxito es total, pero no solo de taquilla. “Avatar”
es ya un fenómeno socio-cultural.

Porque forma parte del despertar
o más bien diremos del abrir de ojos al gran sueño de la humanidad:
el fin de la separación y la vuelta a la UNIDAD.

Efectivamente, porque todos las negaciones de la vida,
de la naturaleza y de los “otros”
es producto de la separación, de la perdida de la conciencia de unidad.

Separación hasta en la misma idea de Dios. Él en el altar y nosotros abajo.

Cuando la idea de Dios es solo eso:
una idea, separada del sentirlo parte de nosotros,
ese dios resta, quita, aplasta…
minimiza y le quita su potestad divina al hombre.

Cuando el sacramento de la comunión sea el compartir cotidiano, la UNIDAD volverá.

AVATAR significa eso, la llegada de un espíritu maestro que cambia una era.
Así es.

(Jesús Hubert)


Les presentamos la canción “I see you”, tema de la película (lean la letra al final), es todo un mensaje y el valioso articulo editorial de la Revista Fusión, de España, sobre la película que marca una era: AVATAR.




“Yo te veo” (“I see you”) en castellano

Yo te veo
Yo te veo

Caminando a través de un sueño
Yo te veo
Mi luz en la oscuridad
El respiro de esperanza de una nueva vida
Y ahora yo vivo a través de ti
Y tu vives a través de mi
Encantando
Yo rezo en mi corazón que este sueño nunca termine

Yo me veo a través de tus ojos
Viviendo a través de la vida,
Volando alto
Tu vida brilla
E ilumina el camino hacia el paraíso
Así que yo ofrezco mi vida como un sacrificio
Yo vivo a través de tu amor

Tu me enseñas como ver
Todo lo que es hermoso
Mis sentidos tocan tu mundo
Algo que yo nunca hubiese imaginado
Ahora yo te entrego mis esperanzas, a ti
Yo me rindo
Yo rezo en mi corazón que este mundo nunca termine

Yo me veo a través de tus ojos
Viviendo a través de la vida,
Volando alto
Tu vida brilla
E ilumina el camino hacia el paraíso
Así que yo ofrezco mi vida
Yo ofrezco mi amor, para ti

Cuando mi corazón nunca antes había estado abierto
Y mi espíritu nunca estuvo libre
A el mundo que tu me has mostrado
Pero que mis ojos no podían haber divisado
Todos los colores del amor
Y mucho más allá que la vida misma
Mucho más allá
-
Yo me veo a mi mismo a través de tus ojos
Yo me veo a mi mismo a través de tus ojos
Viviendo a través de la vida,
Volando alto
Volando alto
Tu amor brilla
E ilumina el camino hacia el paraíso
Así que yo ofrezco mi vida como un sacrificio
Y vivir a través de tu amor
Y vivir a través de tu amor
-
Yo te veo
Yo te veo


“I See You” (en inglés)

I see you
I see you
-
Walking through a dream
I see you
My light in darkness breathing hope of new life
Now I live through you and you through me
Enchanting
I pray in my heart that this dream never ends

I see me through your eyes
Living through life flying high
Your life shines the way into paradise
So I offer my life as a sacrifice
I live through your love

You teach me how to see
All that’s beautiful
My senses touch your word I never pictured
Now I give my hope to you
I surrender
I pray in my heart that this world never ends
-
I see me through your eyes
Living through life flying high
Your love shines the way into paradise
So I offer my life
I offer my love, for you
-
When my heart was never open
(and my spirit never free)
To the world that you have shown me
But my eyes could not division
All the colours of love and of life ever more
Evermore

(I see me through your eyes)
I see me through your eyes
(Living through life flying high)
Flying high
Your love shines the way into paradise
So I offer my life as a sacrifice
And live through your love
And live through your life

I see you
I see you


AVATAR

Mucho se está hablando y escribiendo sobre Avatar. Su impacto mundial sorprende a todos, sobre todo a los 'expertos' y a los críticos. Pero poco o nada se ha dicho de las verdaderas razones que causan tal impacto, porque de lo que más se habla es de la técnica empleada en la película que, parece ser, revolucionará el mundo del cine. En otras palabras, la tecnología es la 'culpable' de todo. Pero no es así.

Cuando la película termina y uno se queda soldado a la silla, con una sensación indescifrable dentro, con una emoción incontenible que no sabes exactamente a qué se debe y con una voz gritando dentro pidiendo que no se acabe, todo ello no tiene nada que ver con la nueva técnica de 3D ni con la belleza, es justo reconocerlo, de las imágenes que dicha técnica nos transmite.

Hay un algo más que tiene mucho que ver con el mundo donde se desarrolla la historia, Pandora, nombre que por cierto está relacionado en la mitología griega con la primera mujer, quien, al igual que Eva, fue “culpable” de todos los males que sufre la humanidad. ¡Que casualidad!

En ese mundo, Pandora, hay algo que el espectador conoce, que le resulta familiar, que a lo largo de la película te va capturando y que al final te posee, como le sucede al protagonista humano. Ese algo tiene que ver con el pasado de la humanidad y también con su futuro. Sólo es cuestión de atar cabos.

También toca muy dentro y remueve sensaciones dormidas la presencia de lo sagrado en los habitantes de Pandora. Lo sagrado está presente en su relación con la Naturaleza, con la Vida, en su veneración y sincronización con la Madre.

Forman una red entre ellos y con todas las vidas que les rodean. Su respeto a la Vida es absoluto, su espiritualidad no está dirigida por fantoches ni falsos sacerdotes, más bien es consustancial a ellos mismos y se respira por todas partes.

Son una prolongación de la Vida del planeta. Pero ello no impide que sean a la vez bravos guerreros, orgullosos y dignos, dispuestos a luchar hasta el fin por defender su planeta y lo sagrado de sus vidas.

Esa combinación de espiritualidad y guerrero permanece dormida, latente, en el interior del espectador, porque la humanidad, en sus ancestros, la poseía. Avatar la despierta, nos la recuerda. Por eso la película nos transmite la sensación de algo conocido.

Existe una perfecta, natural y sabia combinación entre pureza, bravura, sensibilidad, ternura, fiereza, dignidad y belleza que remueve el interior del espectador porque le toca la fibra de sus orígenes y hace vibrar todo aquello que la mal entendida “evolución” hizo olvidar.

El espectador acaba, al igual que el protagonista humano, uniéndose a los habitantes de Pandora en su lucha contra el invasor. Pero lo hace sin pararse a pensar que está luchando contra su propia humanidad, contra los suyos. Sólo que en esos momentos ya no se siente humano. De alguna forma también ha “renacido”, al pie del árbol mágico, en un nuevo cuerpo, en un nuevo mundo. Y eso precisamente es lo que más cuesta, que después de haberte convertido en uno de ellos, cuando se apagan las luces tienes que volver a ser humano y sustituir la majestuosa y mágica selva por las calles de tu ciudad y el ruido infernal del tráfico, tienes que salirte del cuerpo y de la mente pura de un na´vi y entrar en la cruda realidad en la que vives. El choque es muy fuerte.
Esa es la magia de la película, que te “roba” tu condición de humano hasta el punto de que no quieres recuperarla al final. Al fin y al cabo nos “roba” lo que nos sobra, aquella parte de nosotros con la que no nos encontramos a gusto. Pero, sobre todo, te muestra algo que sabes, que conoces, que ya has vivido o que has soñado alguna vez.

Todos aspiramos a un mundo real, puro, auténtico. Todos soñamos con una vida diferente, lejos de esta absurda mentira que nos han colado y que pasivamente aceptamos. Pandora y sus habitantes nos muestran, en imágenes, en sensaciones, nuestros sueños más profundos.

Es importante recordar aquí, que el director tuvo un sueño una vez, tomó nota de él y ahora nos hace partícipes a todos. Su sueño activó nuestros sueños.

Todo gira en torno al sueño, pero soñar es entrar en otra realidad, es “ver” en el espacio, fuera del tiempo, es la antesala del creador.

Si, como muchos creemos, formamos parte del Sueño de un Creador, tal vez Avatar nos esté mostrando un futuro donde nuestros sueños se harán realidad, donde la humanidad no sea la invasora, sino algo más parecido a la que existe en Pandora, formas aparte.

Porque, repito, lo que nos impactó de Avatar es que removió lo más profundo de nosotros, lo que somos, lo que un día fuimos y lo que un día seremos.

Gracias al director por el regalo.