lunes, julio 27, 2015

Preguntas y reflexiones acerca de la crisis mundial_Escribe: Leonardo Boff


Diferencias ...¿insuperables?

Frente a la realidad hay tantas percepciones como seres humanos en el mundo. Lo que a unos nos puede parecer evidente y en algunos casos escandaloso e insoportable, a otros les parecerá natural.

Eso es lo que ocurre con la riqueza-pobreza y sus escalas intermedias. No interesa cuan distantes estemos muchos de la cúspide del triángulo de la riqueza, una gran número de nosotros verá con admiración y con espíritu de imitación a esos seres privilegiados, como elegidos por Dios y el destino para ocupar ese lugar. 

Cuando nos deslumbran con sus regios atavíos, joyas y sonrisas,nos olvidamos de que son ellos los dueños de las grandes empresas multinacionales y sus operadores políticos y mediáticos, que son ellos los que depredan nuestros campos, ríos y mares para extraer bienes que pertenecen a todos, pero de los cuales ellos se apropian en nombre del progreso, sin reparar en el daño ambiental que producen. 

Que son ellos los dueños de los bancos que nos aprisionan con los créditos y nos embargan cuando no podemos cumplir; que son los mismos que nos pagan sueldos miserables y nos despiden de nuestros empleos, muchas veces sin justificación alguna. 

Y que ellos constituyen tan solo el 1% de la humanidad.

Cuando los dirigentes populares de base y personalidades excepcionales como el Papa Francisco, el “Pepe”, de Uruguay, o el mismo teólogo Leonardo Boff, de quien reproducimos a continuación una interesante reflexión, denuncian estas tropelías con un lenguaje, aun cauto frente al poder real, “factico”, como lo califica el ex ministro griego Varufakis, es de ellos de quién están hablando.

Sin embargo estos líderes lúcidos, que denuncian la crisis que vive la humanidad, los desequilibrios monstruosos existentes entre los seres humanos y con la misma tierra que habitamos, no se hacen en público una pregunta crucial: 

Cómo lograremos que esa minoría egoísta del planeta tierra, que ha abandonado en los hechos su condición de seres humanos, renuncien a sus privilegios, transformen sus negocios para no dañar nuestro hábitat y dejen de condenar a la miseria a otros seres humanos con sus apremios económicos y su mezquindad.

Una pregunta, que después de lo ocurrido con la democracia griega, es la pregunta del “millón”…de muuuchos millones . 

¿Quién la contestará, también en los hechos? (Jesús Hubert)


Para entender el fenómeno de la crisis

24/07/2015

Raramente ha habido en la historia tanta acumulación de situaciones de crisis como en el momento actual. Algunas son coyunturales y superables. Otras son estructurales y exigen cambios profundos, como por ejemplo, la reforma política y tributaria brasilera. Pero hay una crisis que se presenta sistémica y que recubre toda la Tierra y la humanidad. Es una crisis ecológico-social.

La percepción general es que la Tierra viva no puede continuar así como se encuentra, pues nos puede llevar a un cuadro de tragedia con desaparición de millones de vidas humanas y porciones significativas de la biodiversidad. En su encíclica sobre “el cuidado de la Casa Común” el Papa Francisco dice sin rodeos: “lo cierto es que el actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista” (n.61). En su peregrinación por los países más pobres de América Latina, Ecuador, Bolivia y Paraguay, el discurso de cambio estructural y la exigencia de un nuevo estilo de producir, de consumir y de habitar la Casa Común ha sido afirmado repetidamente como algo impostergable.

La crisis sistémica es grave porque carga dentro de sí la posibilidad de destrucción de la vida sobre el planeta y eventualmente la desaparición de la especie humana. Los instrumentos ya han sido montados. Basta que surja un conflicto de mayor intensidad o un loco fundamentalista del tipo del expresidente Bush para abrir las puertas del infierno nuclear, químico o biológico hasta el punto de no quedar nadie para contar la historia. No podemos subestimar la gravedad de esta última crisis sistémica y global.
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