jueves, mayo 28, 2015

Migrantes y refugiados: A la deriva en el mar de la indiferencia_ Escribe: Tahmima Anam / SINPERMISO






Dónde están los músicos, los artistas, las antenas del mundo. Dónde están las masas de jóvenes que en los años 60 ayudaron a terminar con la guerra de Viet-Nam.

Han pasado 40 años del concierto de organizado por George Harrison y Ravi Shankar por Bangladesh que sucumbía al hambre. Y hoy miles de migrantes agonizan a la deriva en precarias embarcaciones en los mares del mundo. 

Los persiguen las guerras, la discriminación de diverso signo y las inundaciones causadas por el calentamiento global. Nadie los quiere recibir.

Como dijo Pepe Mujica, los países centrales no pueden seguir viendo a los migrantes como extraterrestres, son ciudadanos de este mismo planeta y los ingentes recursos que se malgastan en la producción para el consumismo irracional y la locura de las fortunas con muchos ceros, tiene que terminar.

La irracionalidad de la sociedad humana exige de cada uno de nosotros una reacción instintiva. La humanidad se está muriendo y nosotros con ella. Y aun no nos hemos dado cuenta. (Jesús Hubert)

Hace unas décadas algunos usaban el brillo de su prestigio para sensibilizar a la humanidad


La “crisis rohingya” no es una tragedia aislada: es un anuncio del futuro


Tahmima Anam · · · · ·

24/05/15

Con el aumento de los niveles del mar en todo el mundo, los refugiados a la deriva en el mar de Andamán son los heraldos de una nueva era de migraciones.


En 1971 Ravi Shankar y George Harrison organizaron un concierto en el Madison Square Gardens de Nueva York [1] para financiar la ayuda humanitaria a un Bangladesh devastado por la guerra. El álbum contó con la imagen de un niño hambriento en la portada, que se convirtió en un símbolo de un país empobrecido que emergía de los escombros de la guerra. Cuarenta y cuatro años después, otra imagen se asocia ahora con Bangladesh: la de los refugiados abandonados que flotan en el mar de Andamán, sin esperanza de rescate [2].


Todos hemos visto las fotografías de estos refugiados [3]. Hemos visto como sus miembros descarnados colgaban de las barcas. Hemos visto sus cicatrices en la espalda, consecuencia de las peleas por unos alimentos y un agua escasas. Hemos leído sus historias desgarradoras, abandonados al mar, rechazados por un gobierno tras otro.


Se estima que hasta 8.000 refugiados están varados en el mar entre Bangladesh y Malasia. La mayoría de ellos vienen del estado de Rakhine (Arakán), en Myanmar, donde, como miembros de la comunidad rohingya, se les niega los derechos fundamentales de ciudadanía. El resto son inmigrantes económicos procedentes de Bangladesh.


Recuerdo cuando los refugiados rohingya comenzaron a llegar a Bangladesh. Fue en 1982, después de que los rohingya fueran desprovistos de sus derechos [4] por una ley birmana que no los reconocía como una de las 135 "razas nacionales" del país. Condenados a la persecución del Estado, comenzaron a huir a través de la frontera.


Desde entonces, han sido desalojados de sus tierras, víctimas de impuestos arbitrarios y trabajo forzoso, y tienen prohibido viajar o casarse sin permiso. Es ilegal incluso tienen tener más de dos hijos. En una cruel ironía, el gobierno birmano califica a los rohingya como "bangladesíes ilegales", aunque han vivido en Birmania durante generaciones.

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