miércoles, marzo 19, 2008

La visualización : Aprendiendo el lenguaje de la mente_Escribe. Dr. Camilo Cruz


"La imaginación es el principio de la creación. Imaginamos lo que queremos, creamos un profundo deseo por aquello que imaginamos y finalmente, creamos aquello que hemos deseado". -George Bernard Shaw

Cuando cerramos los ojos, tratando de visualizar cualquier cosa, descubrimos que en esa gran pantalla de la mente subconsciente podemos proyectar cualquier película mental que elijamos. Podemos proyectar una imagen donde nos veamos en posesión de algo que deseamos obtener; podemos ensayar una presentación que debamos realizar ante un cliente al día siguiente; podemos practicar una acción que estamos a punto de ejecutar; o podemos realizar una representación mental de la vida que deseamos vivir.

Sin importar para qué decidas utilizar el poder creativo de la visualización, debes tener presente que las imágenes mentales que consistentemente mantengas en tu subconsciente buscarán manifestarse en las circunstancias y condiciones de tu mundo exterior. Las acciones y ocurrencias externas suelen seguir las acciones y ocurrencias internas.

Jack Nicklaus, uno de los mejores golfistas de todos los tiempos, contaba que incluso antes de elegir el palo con que golpearía la pelota, practicaba cada golpe mentalmente por lo menos cinco veces. Lo visualizaba tal y como esperaba que sucediera.

Michael Jordán describía como milésimas de segundo antes de alistarse a hacer un lanzamiento, corría en su película mental la imagen del balón entrando en la cesta sin siquiera tocar el aro. Esto seguramente contribuyó en gran medida a que tuviera los porcentajes más elevados de efectividad desde cualquier parte de la cancha.

Se dice que Miguel Ángel, el gran pintor y escultor renacentista, fue capaz de visualizar al David en su totalidad, antes de utilizar su cincel por primera vez en aquel gigantesco bloque de mármol que se encontraba frente a él.

¿Qué tan importante es este poder? Albert Einstein aseguraba que la imaginación era más importante que el conocimiento. De hecho, refiriéndose a su propia vida profesional, decía: "muchas de las ideas que vinieron a mí y contribuyeron a mi formación científica, llegaron mientras me encontraba absorto en un mundo de imaginación y fantasía, no mientras utilizaba mi intelecto en la solución de algún problemas".

Entonces, ¿qué tal si de ahora en adelante comienzas a hacer lo mismo antes de entrar a tu próxima entrevista de trabajo, antes de hablar con tu siguiente cliente o antes de participar en tu próxima competencia o empezar tu siguiente dieta? ¿Qué tal si comienzas por practicar tu éxito mentalmente en lugar de sabotear tus posibilidades de triunfar, practicando tu fracaso?

Zig Ziglar cuenta cómo, en sus épocas de vendedor, antes de visitar a un cliente, tomaba unos minutos para rodar toda la película de la realización de su venta. Se veía saludando al cliente y realizando su presentación. Veía a su cliente respondiendo con mucho entusiasmo a su propuesta y terminaba con una imagen del cliente agradeciéndole por el producto. En sus ensayos mentales siempre fue capaz de realizar la venta, nunca falló. En la realidad no ocurrió exactamente lo mismo, pero este ensayo mental definitivamente le ayudó a ser mucho más efectivo y a llegar donde sus clientes potenciales con una actitud distinta y unas expectativas diferentes, y esto es lo verdaderamente importante.

La creación mental y la creación física

"Los grandes logros comenzaron como un sueño en la mente de una persona. Al igual que todo ser se encuentra en la semilla que lo engendra, el roble duerme en la bellota, el ave espera en el huevo; los sueños son las semillas de dicha realidad que espera impaciente. ¡Querer es poder! ¡Soñar es lograr!" -James Allen

Al observar a las personas que lograron grandes metas es posible ver que todas tienen algo en común: utilizan el poder de la visualización para crear una imagen clara de su meta como si ya fuese realidad.

Walt Disney fue capaz de realizar todos los proyectos que concibió debido a su capacidad para visualizarlos ya terminados cuando apenas eran una idea en su mente. La idea de Disneylandia se le ocurrió mientras paseaba con sus hijas por el parque. Él cuenta como en aquella ocasión imaginó un gigantesco parque de diversiones donde los niños y sus padres pudiesen disfrutar juntos, y donde estuvieran todos los personajes de sus dibujos animados. El día en que decidió poner en marcha su proyecto, nada ni nadie pudo detenerlo.

Se cuenta que cuando se encontraba buscando un banquero o un inversionista que financiara la construcción de su parque de diversiones, solía llevarlo al sitio que él había escogido para construirlo en las afueras de la ciudad de Los Ángeles, California, y desde una colina cercana los invitaba a compartir dicha visión. Les decía: "La entrada al parque quedará de aquel lado y allí comenzará la calle central que termina en aquel hermoso castillo, ¿lo puede ver?" Y así describía cada una de las atracciones y juegos con tal claridad como si las estuviese viendo, mientras los potenciales inversionistas, trataban de imaginar lo que Disney veía allí, en medio de aquel terreno baldío.

Durante la ceremonia de inauguración de Epcot Center en la ciudad de Orlando, Florida, cinco años después de su muerte, un reportero se acercó a Roy Disney, hermano de Walt, quien por aquel entonces se encontraba al frente de la corporación, y le dijo: "Debe ser un momento difícil para usted; un día de gran alegría pero también de inmensa tristeza al ver que Walt nunca pudo ver culminado este parque, que era uno de sus grandes sueños". Roy se volvió al reportero y le dijo: "joven, está usted totalmente equivocado. Walt vio culminado este sitio. Fue precisamente gracias a que él lo vio culminado mucho antes de que se comenzara a construir, que hoy usted y yo lo estamos viendo".

Esta historia ilustra cómo las personas de éxito son conscientes de la importancia de crear una imagen clara de lo que desean alcanzar y de permitir que toda acción que emprendan esté guiada por esta visión. Cuando creas una imagen, una fotografía mental de lo que deseas alcanzar, tu mente se encargará de mostrarte el camino mediante el cual lograrás materializar tu objetivo.

La Universidad de Yale, una de las mejores universidades de Estados Unidos, dio prueba irrefutable de la validez de este secreto, con un estudio que realizó en el año de 1953. Ellos descubrieron que, de todos los estudiantes que se graduaban aquel año, únicamente un 3% tenía metas fijas, objetivos claramente definidos y escritos en un papel, y los leían y examinaban con regularidad. Únicamente este pequeño número de estudiantes había tomado el tiempo necesario para darle dirección a su vida y escribir aquello que era realmente importante para ellos.

Veinte años más tarde, la universidad hizo un seguimiento a este mismo grupo de profesionales y descubrió que el 3% que había escrito sus metas y definido claramente un plan de acción, había alcanzado cien veces más que el otro 97%.

Estos resultados hablan por si solos: necesitamos tener metas fijas y objetivos claros antes de empezar. La gente exitosa piensa en sus objetivos la mayoría del tiempo. Como resultado de ello, están moviéndose continuamente hacia sus objetivos, y éstos se mueven hacia ellos. Cualquier cosa en que pienses la mayoría del tiempo, crece y se expande en tu vida. Piensa en tus objetivos y habla de ellos, y lograrás mucho más que la persona promedio que está pensando y hablando constantemente sobre sus preocupaciones cotidianas, sus problemas y sus carencias.

Escribe en la parte superior de un papel la palabra "Objetivos", con la fecha de hoy. Después, haz una lista de diez objetivos que te gustaría alcanzar en los próximos doce meses. Pero no los escribas como algo que "quisieras lograr", o como algo que "esperar poder lograr algún día"; no incluyas en tu descripción de ellos ninguna palabra que exprese duda o incertidumbre. Escríbelos como si ya los hubieses logrado. Comienza cada objetivo con la palabra "Yo", para que sea personal.

Con sólo llevar a cabo este ejercicio, entrarás a formar parte de ese 3% de los adultos de nuestra sociedad que se ha tomado el tiempo para desarrollar una visión clara de lo que esperan lograr. Esta sola acción te separará del 97% de los adultos restantes quienes, tristemente, nunca han escrito una lista de objetivos en su vida.

La idea sobre la cual se fundamenta este principio es que todas las cosas en realidad son creadas dos veces. La creación física está precedida por una creación mental.

Si vas a construir una casa, antes de empezar a excavar, de levantar las paredes o, inclusive, de elaborar y trazar los planos, mentalmente ya has creado una imagen de la casa terminada. Tal vez los detalles no están totalmente definidos, pero por lo menos tienes una visión lo suficientemente clara de lo que quieres como para comenzar a trazar los planos. Ésta es la primera creación, la mental.

Sólo entonces comienzas a excavar para poner los cimientos y levantar las paredes. Esto es lo que constituye la segunda creación: la física. Las personas de éxito saben que si ignoran la creación mental, es muy posible que durante la creación física deban efectuar costosos cambios. La creación, el ensayo mental les permite enfocar mucho mejor sus ideas, practicar su plan de acción, evaluar cada paso del proceso y mejorar o cambiar lo que sea necesario.

Es lo mismo que te estoy pidiendo que hagas. Si presentas a tu mente subconsciente esta imagen o película de tu vida, ya habiendo alcanzado las metas que te has propuesto, ella empezará a trabajar para hacer que tu mundo, que tu realidad exterior sea consistente con esa imagen interna que le has estado presentando. Éste es, sin lugar a dudas, uno de los poderes más grandes de la mente subconsciente, la capacidad de ayudarte a hacer tu mundo exterior consistente con esa imagen interna. El pensamiento de una casa de ciertas características en la mente de un arquitecto, puede no causar la aparición instantánea de la casa, pero provocará el movimiento de su energía creativa para que produzca su rápida creación.

Gran parte de la humanidad limita sus esfuerzos completamente al trabajo que pueda realizar con sus manos. Tratan de cambiar o modificar con su esfuerzo físico el mundo que los rodea, sin detenerse a examinar la posibilidad de crear la realidad que desean experimentar a partir de los pensamientos que albergan en su mente.

Yo quiero decirte que tú puedes crear la realidad que desees experimentar. Puedes triunfar en cualquier área que te propongas, mientras que estés dispuesto a cambiar tu manera de pensar y desarrollar los hábitos y las habilidades requeridas. No importa que en el pasado no hayas tenido mayores éxitos.

Todo comienza con tu creación mental. Si debes hablar en público, por ejemplo, en lugar de decir: "espero no quedar mal", "espero que no me equivoque", ojalá que no me vayan a temblar las piernas" o "por qué me habrán escogido a mí que odio hablar en público". Di algo así como: "Sé que todo saldrá bien", "amo hablar en público", "soy capaz y estoy segura de lo que voy a decir", "estoy disfrutando de poder hablar en público hoy" o " qué bueno tener esta oportunidad de hablar en público".

Cambia tu diálogo interno, crea una nueva clase de imágenes en tu mente subconsciente de cómo esperas y quieres que ocurran las cosas. Una vez has creado esta imagen, practícala una y otra vez. De esta manera, cuando finalmente estés en el escenario, no será la primera vez que te dirijas a tu audiencia, ya serán viejos amigos puesto que los has visto en cada uno de tus ensayos mentales. Ya tendrás más confianza en ti mismo y en tus habilidades. ¿Ves lo sencillo que es?

Si estás pensando que de nada servirá todo esto, ya que la realidad es que simplemente no eres bueno para hablar en público, nunca lo fuiste y probablemente nunca lo serás, quiero que entiendas que es posible que ésta haya sido tu realidad hasta ahora, pero la puedes cambiar.

Recuerda que tu futuro no tiene que ser igual a tu pasado. Tú puedes cambiar. Si modificas tu diálogo interno, comienzas a crear nuevas imágenes, lo dices con fe en que puede suceder, y dibujas imágenes de éxito que te muestren hablando en público con seguridad y entusiasmo, tu cerebro no podrá distinguir entre la realidad y la imagen que le estás presentando y entonces, será sólo cuestión de tiempo antes de que tu cerebro y tu mente comiencen a actuar y a comportarse de acuerdo con estas nuevas imágenes. ¡Trátalo! No tienes nada que perder y sí mucho que ganar.

La formación reticular y la visualización creativa.

Los neurólogos señalan que más de dos millones de estímulos y señales diferentes llegan a nuestro cerebro cada segundo. Obviamente, nosotros no captamos toda esta información con la mente consciente. Si así fuera, la información rebosaría rápidamente su capacidad.
Nuestro cerebro cuenta con un filtro sensorial conocido como formación reticular, que nos señala que información de nuestro medio ambiente es importante y filtra aquellos estímulos que no considera necesarios.

El agudizar el poder de visualización que acabamos de mencionar, produce cambios a nivel cerebral que nos pueden ayudar a materializar nuestras metas. Existen evidencias puramente fisiológicas que muestran un incremento en nuestro nivel de percepción, como consecuencia de formar una imagen mental clara de nuestras metas. Este aumento en la percepción de nuestro medio es conocido por los neurólogos con el nombre de formación reticular y ocurre en una área del tamaño de la uña del dedo pulgar, localizada en la zona media del cerebro.

La formación reticular cumple, por así decirlo, la función de filtro sensorial. Todo impulso sensorial, toda información que haya llegado a través del sentido de la visión, el olfato, el gusto, el oído o el tacto es filtrada hasta cierto grado antes de llegar a la corteza cerebral. La formación reticular es la parte del cerebro que permite que sólo aquella información significativa o importante para la persona logre llegar al centro consciente del cerebro. De manera que el grado con que percibimos, o somos conscientes de cualquier cosa que se encuentre a nuestro alrededor, va en proporción directa a la importancia que previamente le hayamos asignado a ella en nuestra mente.

Por ejemplo, recuerdo que cuando mi esposa quedó embarazada por primera vez, comenzamos a notar la cantidad de mujeres embarazadas que había por donde quiera que fuéramos. Hasta ese momento, ese hecho había pasado casi inadvertido. Pero desde el momento en que supimos de su embarazo, fue como si de repente nuestros sentidos se hubiesen puesto en posición de alerta y percibieran con mayor facilidad la presencia de mujeres embarazadas.

Seguramente, alguna vez te habrá sucedido que tomas la decisión de comprar determinado tipo de automóvil: uno algo diferente, quizás con un color o estilo fuera de lo común. No obstante, después de algún tiempo, comienzas a verlo por todas partes. Es como si de repente fuera el auto más popular. Lo puedes diferenciar desde muy lejos y así te encuentres entre una multitud de autos, el tuyo salta a la vista. Es como si tu sentido de la visión se hubiese agudizado, manteniéndote constantemente alerta a su presencia. Lo que ha sucedido es que una vez le has asignado importancia a cierta idea, a cierta acción u objeto, tus sentidos se vuelven más sensibles y perciben con mayor facilidad dicho objeto debido al interés que ha cobrado en tu mente.

¿Cómo puede ayudarte todo esto a lograr el éxito? Muy sencillo, si tomas el tiempo para identificar claramente las metas y sueños que deseas manifestar en tu vida, te enfocas en ellos y le das la importancia que merecen, visualizándote ya en posesión de ellos, tu formación reticular te ayudará a identificar oportunidades a tu alrededor que te puedan ayudar a alcanzar dichas metas. ¿Cómo puedes hacerlo? Una vez identifiques tus metas, crea imágenes claras de ellas. Ayúdate con fotografías, postales, videos o lo que creas que te pueda ayudar a visualizarlas más claramente.

No hay ninguna fuerza mágica o sobrenatural que opere aquí, es simplemente parte de las funciones fisiológicas del cerebro. En la medida en que te enfocas en cualquier sueño, por imposible que pueda parecer, piensas en él, lo visualizas, lo rodeas de fuertes emociones, y desarrollas un profundo deseo por obtenerlo, activarás tu formación reticular, agudizando así todos tus sentidos para que logren captar con mayor facilidad toda información sensorial proveniente del medio ambiente que pueda estar relacionada con esta meta.

Muchas personas utilizan este poder a diario. Cuando decimos que alguien puede "oler las oportunidades", o que "no se le escapa ninguna oportunidad", podemos estar seguros que esta persona está utilizando su formación reticular. Tu cerebro también está equipado con este mismo poder. Lo único que tienes que hacer es aprender a usarlo y comenzar a ejercitarlo. Sin activar tu formación reticular, sin programarla con aquellas cosas que deseas alcanzar, es posible que las oportunidades que buscas pasen frente a ti sin que tan siquiera te percates de ellas.

Como ya hemos visto, cada persona genera los pensamientos dominantes que ocupan su mente. Los pensamientos que ella adopta voluntariamente, y que fortalece con entusiasmo y otras emociones positivas se transforman en poderosas fuerzas motivadoras que dirigen y controlan sus expectativas y sus acciones.

En su libro: Piense y hágase rico, Napoleón Hill utiliza el término "pensamiento magnetizado". El asociar un pensamiento -el logro de una meta específica, por ejemplo- con una serie de emociones fuertes, como la convicción, la certeza y el deseo profundo; el crear una imagen clara de lo que dicho pensamiento representa, y el repetirlo constantemente lograr "magnetizar" dicho pensamiento. Esto hace que nuestra mente sea más susceptible a todo aquello que esté ligado con dicha idea, y actúe como un imán, atrayendo todo aquello que pueda facilitar su realización.

De esta manera, la mente humana está constantemente atrayendo todo aquello que armonice con sus pensamientos dominantes. Cualquier idea, plan, pensamiento o propósito que uno abrigue, atrae miles de ideas afines, las adhiere a su propia fuerza y crece hasta convertirse en el propósito que domina nuestra manera de pensar y nos mueve a actuar.

Quiero darte una tarea para que comiences hoy mismo a tomar ventaja de este poder, de esta valiosa herramienta que tienes a tu disposición. Para cada deseo, meta, o sueño que quieras hacer realidad, busca una imagen que te permita visualizarte habiendo alcanzado ya dicho sueño.
Si deseas conseguir un nuevo auto o una casa, busca una fotografía de ellos, y si puedes estar tú en la fotografía, mucho mejor. Si tu sueño es viajar a cierto lugar del mundo, consigue imágenes de dicho lugar y ponlas en un sitio donde puedas verlas constantemente. Si tu meta es perder diez o quince kilos de peso para volver a tu peso ideal, busca una fotografía tuya cuando tenias ese peso, o toma una imagen del cuerpo que quieres tener y pon sobre ella una foto de tu cara. Haz todo aquello que se te ocurra para poder visualizarte en posesión de aquello que deseas lograr y alimenta tu mente con estas imágenes. Hazlo y te sorprenderán los resultados.

Pensando de la manera correcta.

"No es suficiente el poseer una buena mente, lo principal es saber usarla bien" Rene Descartes
No es suficiente tener un deseo borroso de lo que anhelas, debes formar una imagen clara y definida de lo que quieres hacer, tener o ser. No basta con desear viajar más, ver más o vivir más. Todos tienen esos deseos. Si vas a mandar un mensaje a un amigo, no le enviarías las letras del alfabeto para que él descifre o construya el mensaje, ni tampoco le harías llegar palabras del diccionario al azar. Tú le envías un mensaje coherente que signifique algo específico.

Cuando quieras imprimir tus deseos en la mente, debe ser por medio de una afirmación clara. Debes saber lo que quieres y ser específico. Nunca vas a triunfar o a echar a andar el poder creativo de tu mente mandando mensajes vagos o imprecisos.

Determina exactamente lo que quieres y mantén esta imagen en tu mente constantemente. Así como el marinero tiene la visión del puerto hacia donde va, también tú debes tener la mirada enfocada en tu meta todo el tiempo, sin permitir que las distracciones o las dudas te hagan apartar tus ojos de ella.

No es necesario realizar complejos ejercicios de concentración, establecer horarios rígidos para afirmaciones, "retirarse al silencio", o cosas por el estilo. Y no es que lo anterior esté mal, sino que todo lo que necesitas es saber qué quieres y desearlo lo suficiente como para que se fije en tu pensamiento.

Observa constantemente esta imagen de tus sueños y metas. Nadie necesita esforzarse para concentrar su mente en algo que realmente quiere. Son las cosas que realmente no nos interesan en las que nos es difícil mantener centrada nuestra atención.

Entre más clara y definida sea tu imagen, y más pienses en ella, enfocándote en todos sus detalles, más fuerte será tu deseo. Y mientras más fuerte sea tu deseo, más fácil podrás tenerlo en tu mente. Esto te ayudará a romper la inercia, superar la pereza mental y la comodidad, y comenzar a trabajar rápidamente en tus planes.

Pero se necesita algo más que simplemente poder ver la imagen con claridad. Si eso es todo lo que haces serás un iluso que sólo se dedica a pensar en fantasías y tendrás poco o ningún poder para lograr lo que quieres. Detrás de tu imagen clara debe encontrarse el propósito y la convicción de realizarla, de convertirla en una expresión tangible. Debe existir una fe invencible e inquebrantable en que lo que deseas ya es tuyo, que está a tu alcance y que sólo necesitas tomar posesión de ello. Es ver tu sueño como si ya fuese una realidad.

Vive en tu nueva casa mentalmente hasta que tome forma físicamente y sea una realidad. Disfruta en tu mente de las cosas que quieres. Celebra por anticipado tu éxito. La Biblia dice: "Cualquier cosa que pidas con fe, si crees que la vas a recibir, la tendrás".

Observa las cosas que quieres como si estuvieran a tu alrededor. Visualízate teniéndolas y usándolas. Haz uso de ellas en tu imaginación, igual que como las vas a usar cuando sean tuyas. Sumérgete en tu imagen mental hasta que la puedas ver con total claridad tan solo con cerrar los ojos, y después toma posesión de ese sueño. Reclámalo como tuyo. Asúmelo en tu mente, con la completa fe de que es tuyo. Entrégate a esta posesión mental. No dudes ni por un instante que es real.

Vive en la casa nueva, ayuda a las causas benéficas en las cuales crees, maneja el auto que deseas, observa a tus hijos recibiendo la educación que merecen, viaja a donde siempre has querido viajar. Haz todo esto en tu mente, y con confianza planea más cosas. Piensa y habla de todo aquello que has pedido como si fuera tuyo. Imagina un ambiente y una condición financiera exactamente como la quieres, y vive todo el tiempo en ese entorno mental y en esa condición financiera hasta que se convierta en realidad. No realices este ejercicio como quien construye castillos en el aire. Abraza la fe de que lo que imaginas se está realizando y el mantente firme en el propósito de que se va a realizar. Recuerda que es fe y propósito en el uso de lo que has visualizado lo que establece la diferencia entre el soñador con intención y el iluso.

Tu parte es formular inteligentemente tu deseo por aquellas cosas que hacen una vida más completa, y después imprimir todo este deseo en tu mente. Tu fe y tu voluntad para trabajar por dicha meta se encargarán del resto. "Cree y recibirás".

Sin embargo, la respuesta a lo que buscas no es de acuerdo a tu fe mientras hablas, sino de acuerdo a tu fe mientras actúas. No puedes magnetizar un pensamiento hablando de él de vez en cuando y después olvidándote del asunto por una semana. De nada sirve lo que pienses, proyectes y planees si no está acompañado por el propósito y la determinación de actuar.


Tomado de la lista: "Manantial del Caduceo - Difusión"

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