martes, enero 19, 2010

Otro tiempo, otra dimensión _ Escribe: Bertha Alicia Medina



Las visiones místicas forman parte de la experiencia espiritual de los iluminados de todos los tiempos. Y también del tiempo presente.

Bertha Alicia Medina (Tampico, México), a quienes los visitantes del blog leen con regularidad acerca de su relación con los ángeles, esta vez ha tenido una visión del mundo que viene y hacia el que vamos. Y la comparte con nosotros. (Jesús Hubert)


Hoy me levante como siempre a las 4:30 AM para hacer mis oraciones y meditar.

Te recomiendo escuchar la melodía que te envío para que sientas lo que viví en mi meditación:




Al cerrar mis ojos, sentí que me absorbía una especie de remolino, y luego vi que millones de Ángeles iban bajando a la tierra.

Cada uno de ellos se acercaba a los hombres y con la palma abierta de la mano daban un golpe en el pecho abriendo su corazón, en ese momento las personas tocadas por los ángeles se vistieron con ropas blancas, y en sus ojos brillaba el amor.

Millones de Ángeles tocaban a los hombres, uno a uno iban transformándose en hijos de Dios.

Luego vi un enorme camino que salía del centro de la tierra y se elevaba al cielo.

Todas las personas iban caminando, cantando felices por ese camino lleno de luz.

Por un lado del camino vi Ángeles, millones de Ángeles luchando contra demonios y fuerzas del mal, para que no impidieran la salida de los hijos de la luz.

Truenos y relámpagos brillaban en el cielo al chocar de las espadas.

Los demonios al caer parecían meteoritos envueltos en llamas que explotaban al contacto con la tierra.

Luego vi a la derecha, y vi olas gigantescas como destruían todo a su alrededor,, empecé a llorar y uno de los Ángeles me dijo:

“No llores mi niña que no es destrucción sino purificación, pronto regresaran los Hijos de Dios a un NUEVO MUNDO”

Seguí caminando por el ancho camino, rodeada de millones de personas que cantaban alabanzas a Dios.

Todos al mismo tiempo, todos con el corazón descubierto, y con una luz que salía de sus frentes.

Pronto el cielo se convirtió en un universo lleno de estrellas, un camino suspendido en el espacio que iluminaba de colores las galaxias.

El camino se veía muy largo pero YO me sentía demasiado emocionada, tanto que las lágrimas corrían por mis mejillas, y entonces escuche “la paz sea contigo” y la paz fue.

De inmediato me sentí tranquila, miraba embelesada a cada una de las personas, a cada uno de mis hermanos.

¡SOMOS MILLONES! Gritaba emocionada, ¡Dios ha salvado a millones!.

Las lágrimas volvían a brotar, pero el canto de los demás se hizo más fuerte, y su alegría me envolvió y empecé a cantar al mismo tiempo.

“Vamos con Dios, vamos con Dios, vamos junto a Dios, el nos esta esperando, el nos esta esperando, vamos con Dios, vamos con Dios, vamos junto a Dios, vamos junto a Dios, junto a Dios…..”

El camino dio una curva y empezó a descender, y pude ver a lo lejos como llegaba de nuevo al centro de la tierra.

Todos íbamos bajando ahora descendiendo al nuevo mundo.

El planeta era hermoso, y todos los hombres se abrasaban dándose la bienvenida, llenando el planeta entero de risas y abrazos.

De nuevo vi a muchísimos de mis niños, que corrían hacia mi, y cada abraso hacia saltar mi corazón.

Ángeles y hombres se abrasaban, hombres convertidos en Seres de luz.

Luego a lo lejos vi una inmensa luz, supe que era Jesús así que empecé a andar hacia El.

La emoción iba creciendo en cada paso que daba, y cuando llegué frente a El, caí de rodillas y empecé a llorar, quería besarle los pies, quería fundirme en la tierra que el pisaba. Las lágrimas salían como mares y mi corazón acelerado parecía querer salirse de mi pecho.

Entonces Jesús me levantó y me dijo; “la paz este contigo” y de nuevo sentí paz.

Luego todos empezamos a tomarnos de las manos y formar un gran circulo.

Todo el círculo estaba formado por hombre y mujer. En el centro aparecieron millones de niños, que corrían a ponerse entre cada uno de nosotros, quedando un ángel, un hombre, un niño, una mujer y un ángel, a mi lado se paro mi nieto, lo cual me hizo llorar de nuevo de emoción, me daba pena ser la única que no podía controlar el llanto, voltee a ver a Jesús y con lagrimas le dije “GRACIAS”.

De nuevo El sonrió y me dijo “la paz sea contigo” luego se volvió a todos y dijo

“la paz este con todos ustedes”

Ahí regrese de nuevo a este tiempo, y terminó mi meditación.

Pero al abrir mis ojos, vi que mi cuerpo aun temblaba de emoción, y aun tiembla mientras les escribo eso que viví, y aun no puedo dejar de llorar de emoción.

Si, lo se, soy una chillona sentimental… jejeje.

Por eso hoy estoy aquí para invitarlos a orar, y meditar, porque al meditar es cuando cambiamos de dimensión, y podemos entrar al reino de Dios y al nuevo mundo.

Recuerden…

“El camino es hacia adentro”

Los amo con todo el corazón

Siempre en la luz,

Bertha Alicia
bamcbamc777@hotmail.com


Willigis Jäger: El místico que censuró el Papa_Entrevista de Javier Morán



Huracanes, deshielos, sismos, cambio climático. La Tierra ya no es la misma.

Y nuestro forma de vivir ya tampoco tiene el mismo horizonte. Todo se está trastornando pero la mayoría tratamos de cerrar los ojos y los oídos. Huir de lo evidente.

¿A dónde ir? ¿Qué hacer?

Willigis Jäger, teólogo benedictino y maestro zen, nos muestra que la salida es hacia adentro. (Jesús Hubert)


«En el siglo XX se mataron mutuamente cien millones de personas y ninguna moral sirvió»

Ratzinger me prohibió hablar en público, pero no le hice caso por motivos de conciencia

Con un gran número de seguidores tras sus conocimientos sobre mística de las religiones, el alemán Willigis Jäger habló ayer en el Ateneo Jovellanos de Gijón sobre «La irrupción a nuestro ser verdadero».

Monje benedictino, maestro zen y maestro de contemplación, abarrotó el aula.

Lo entrevista Javier Morán en La Nueva España.

-¿A qué monasterio benedictino pertenece usted?

-Vivo fuera del monasterio porque estoy exclaustrado. Benedicto XVI, cuando aún no era Papa, sino en su anterior puesto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo el nombre de Ratzinger, me prohibió hablar en público.

-¿Por qué?

-Pensó que yo ya no interpretaba correctamente el catolicismo.

-¿Se defendió usted?

-Le escribí una carta diciéndole que no iba a hacerle caso por motivo de conciencia y por motivos pastorales.

-¿Por qué un benedictino acude a la espiritualidad oriental?

-En la Iglesia católica no se enseñó la oración contemplativa y aún hoy día sigue habiendo dificultades con esa enseñanza.

-¿Conoció al jesuita Anthony de Mello, también amonestado por la Santa Sede?

-Parecido problema al mío.

-Le acusaron de panteísta.

-A mí me acusan de monista, pero lo que yo enseño no tiene nada que ver con ello.

-¿Es compatible la espiritualidad oriental con el credo católico?

-Existe una espiritualidad transconfesional y a ésa me dedico. Pero eso no significa que yo tenga que dejar la confesión católica.

-El teólogo Rahner decía que el siglo XXI, o es místico, o no será nada.

-Yo también creo eso, porque, o bien hacemos experiencias en el espacio transpersonal, o no vamos a poder sobrevivir como especie humana.

-¿Qué significa experiencia transpersonal?

-Nuestra personalidad es un logro de la evolución, pero al mismo tiempo significa una limitación. Nuestra conciencia tiene que ampliarse. Nos hemos desarrollado desde una conciencia prehomínida y de allí evolucionamos hacia una conciencia mágica, luego mítica, luego mental racional, pero no podemos quedarnos ahí.

-¿Qué es ese ahí?

-Provenimos de un paraíso en el que alguna vez nos sentimos en una unidad simbiótica con la naturaleza, y lo que llamamos pecado original no es otra cosa que el haber desarrollado la conciencia individual fuera de esa simbiosis. Pero, apenas salimos de ella y pudimos decir tú y yo, empezó a matar Caín a Abel. Desde entonces nuestra especie no ha hecho otra cosa que matarse mutuamente y eso se ha agravado muchísimo. Hemos llegado a un punto donde no sabemos cómo va a seguir esto. En el siglo pasado se mataron mutuamente cien millones de personas y ninguna moral surtió efecto.

-¿Por qué?

-Esas frases de «debes hacer», o «tienes que», no han hecho adelantar a nuestra especie humana para nada. Los grandes profesores y sacerdotes del mundo fueron un fracaso en este sentido. No estoy en contra de los profesores o de los sacerdotes, pero sus enseñanzas no han ayudado a los hombres.

-¿Alternativas?

-Tenemos en nuestro interior posibilidades para comprender la realidad de un modo que no puede abordarse con la razón. Nuestra conciencia personal supone un gran logro de la evolución, pero al mismo tiempo supone una limitación. Caer en la cuenta de esa limitación es esencial para nuestra especie.

-¿Cuál es esa limitación?

-Creemos que la conciencia del «yo» supone la única posibilidad de comprender. Pero eso es igual de tonto que cuando creíamos en el pasado que la Tierra era el centro del universo. Con esa concepción nos hemos orientado hacia un gran egocentrismo, que es la fuente de todos los males que conocemos en el mundo. El egocentrismo nos ha llevado al borde de la desaparición.

-¿Cómo superarlo?

-Para salir de esa limitación hay que entrar en el nivel de la unidad. Entonces vemos que somos uno con todo y que sólo existe uno. Una red de pescador consiste en muchas mallas y una malla sola no tiene sentido. Cada uno tiene sentido en la totalidad.

-Pero algunas religiones ya predican el amor al prójimo.

-Las religiones predican el amor y dicen «debes amar a tu prójimo igual que a ti mismo», pero no nos han ayudado las religiones para dar ni un paso hacia adelante. Decimos «mi religión», «mi confesión», …egoísmo, …y los que no estaban de acuerdo fueron quemados. Eso sigue igual en el presente: sunnitas y chiitas, judíos y musulmanes, fundamentalistas en la Iglesia católica. Todos dicen «yo, yo, yo…». Todos los problemas del mundo resultan de ese egocentrismo.




-¿Nada han contribuido las religiones?

-Sólo cambiaremos si entramos en un nivel nuevo de conciencia, en el espacio transpersonal. Superar las limitaciones del yo es algo que la mística de Oriente y de Occidente siempre han sabido hacer, pero se puede hacer en las religiones y también fuera de las religiones. La mayoría de las personas buscan fuera de sus religiones.

-Las religiones también han evolucionado.

-Las reformas en las religiones han sido como cambiar los muebles de un mismo piso. Lo hemos hecho muchas veces y no ha servido de nada. Lo que tenemos que hacer es subir un piso más arriba en la experiencia de lo religioso.

-¿Qué hay en ese piso?

-Un nuevo nivel de la conciencia. Se trata de ser más plenamente humano. Hay que preguntarse qué sentido tienen esos pocos decenios de mi vida en un universo de miles de millones de años. Ese sentido es que debo ser plenamente ser humano, y ahora lo voy a decir en la manera cristiana: Dios quiere ser persona en mí, tal como soy en este momento, con esta figura que tengo. Es el único motivo por el que existimos. Por eso bailo esa danza de la vida, pero no soy yo el que está bailando, sino que estoy bailado. Dios se baila a sí mismo en mí. El maestro Eckart dice que Dios se saborea a sí mismo en las cosas. Ése es el motivo de mi existencia.

-¿Y lo transpersonal?

-Yo tengo una importancia sin igual. Por eso dice Eckart que si no estuviera yo, Dios no sería. Por eso tengo un significado único con mi vida, con esos pocos decenios en medio del universo. Mi ser verdadero no es la conciencia del yo, sino algo que no nace y no muere. Lo que soy en lo más intimo es algo que seguirá cuando mi cuerpo físico haya muerto. Y no soy el único que está bailando, sino que bailan conmigo muchas personas, que tienen la misma importancia que yo. Cuando experimento esto, mis actuaciones serán diferentes.

-¿Cómo se hace uno místico?

-La mística es una forma de oración, un camino de oración. Existen diferentes formas de oración y la mística es uno de esos caminos. Y muchos cristianos llegan a una frontera con su oración verbal dirigida hacia un Dios personal y entonces entran en una nueva forma de oración, y esa oración es una nueva experiencia de lo que llamamos Dios.

-Esa oración, ¿es la contemplación?

-Eso es lo que la tradición llama oración contemplativa, y lo conocemos de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz, de Francisco de Osuna… Hay un camino donde se enseña esa religión mística. Todas las religiones conocen dos formas de oración, una esotérica y otra exotérica. Las religiones, como el budismo, cristianismo, judaísmo, hinduismo e islamismo, tiene sus sagradas escrituras, sus dogmas, ritos, liturgias y esa forma de religiosidad se reza de forma exotérica. «Exoteros», en griego, quiere decir «desde fuera», y el rezo verbal o meditar sobre un texto serían la oración exotérica. En esa forma lo que hago es activar mis potencias psíquicas, como intuiciones, pensamiento…

-¿Y la oración esotérica?

-Todas las religiones también tienen una forma esotérica de oración. El budismo ha desarrollado las formas del zen y del Vipassana; el hinduismo ha desarrollado las diferentes formas del yoga; en el islamismo conocemos el sufismo, y en el cristianismo tenemos la mística, que también es la contemplación. «Esoteros» significa «desde dentro» y en la forma de oración esotérica hago lo contrario: voy sosegando toda actividad mental, intento sosegar las potencias psíquicas, como memoria, voluntad y entendimiento, para que pueda irrumpir lo que está detrás de ello.

-¿Por qué se perdió en el catolicismo la contemplación?

-La Iglesia católica dice que esa forma de oración contemplativa es una oración privada y no le gusta. Quiere que todos tengan la misma práctica que la Iglesia ha fijado. Todas la religiones teístas, como el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo, tienen problemas con lo que es la mística.

-¿Miedo a que la persona entre en contacto directo con Dios?

-La institución de la Iglesia teme perder el control.

Tomado de la página web: Redes Cristianas - 23 Junio 2006