viernes, diciembre 11, 2009

Nuevo libro revela: El Secreto de Einstein _ Entrevista: Marilo Hidalgo / Revista Fusión



Albert Einstein es uno de los personajes más arquetípicos de la historia contemporánea, casi sinónimo de ciencia y genialidad. Mucho se ha escrito sobre él, pero….¿aun tendrá más que revelarnos ?

Dos investigadores europeos, Francesc Miralles y Álex Rovira, han rebuscado detalles decisivos de la vida y el pensamiento de Einstein, que nos confirman que él ya vislumbraba el gran secreto de la creación.

Aquí la entrevista a los autores del libro “La última respuesta”, realizada por la Revista Fusión, de España.(Jesús Hubert)


Después de la Teoría de la Relatividad, Einstein realiza el mayor descubrimiento de su vida. Una fórmula que decidió ocultar al mundo. El escritor Francesc Miralles(*) -junto con Álex Rovira-, analiza este intrigante enigma en 'La última respuesta' (Plaza & Janés).


Después de la famosa ecuación matemática, Einstein descubre una nueva fórmula que podría cambiar nuestra actual visión del universo y de nuestra propia vida. Un hallazgo que decidió mantener en secreto hasta que la humanidad estuviera preparada para entenderlo.

Entre la realidad y la ficción, los autores nos invitan en esta novela a descubrir la energía más secreta y poderosa que existe en la creación y que se encuentra dentro de nosotros. “La última respuesta” que según Miralles, el famoso científico quiso regalar al mundo después de su muerte.

-¿Cómo surge la idea de “La última respuesta”? ¿Cuál fue la fuente de inspiración?

-La idea surge un día que estaba en una fiesta y recibo una llamada de Alex Rovira. Había estado leyendo muchas biografías de Einstein y le llamaron la atención algunas lagunas de su vida: cómo surge la Teoría de la Relatividad; su primera esposa y su participación en dicho descubrimiento; su hija secreta; sus últimos veinte años después del Nobel, tan improductivos... Me explicó más o menos lo que podía ser una gran aventura y me dijo si nos poníamos a ello. Me contagió su entusiasmo. A partir de ahí diseñamos escenarios, personajes, protagonistas..., toda la maquinaria para desarrollar la idea. Escribir la novela fue lo último, el proceso de documentación fue mucho más largo.

-Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. ¿Qué representa Mileva Maric -su primera mujer- en la vida del científico y en sus descubrimientos?

-Mucho más de lo que él llegó a reconocer. Hay que partir de la base de que Eisntein tenía una mente abstracta, era más filósofo que científico. A menudo redactaba sus artículos sin citas, sin estudios previos... Eran teorías fruto de la inspiración a las que llegaba más por imaginación que por cálculo matemático. En cambio Mileva era una gran matemática, su complemento ideal. Fue la única mujer de su época que estudió matemáticas en el Instituto Politécnico de Zurich y que se licenció posteriormente en física. Era la que traducía las ideas de Einstein a números, incluso llegó a darle clase. Tampoco hay que olvidar que ella en su primera juventud era amiga de Nikola Tesla, serbio como ella, que fue un genio de la electricidad en su tiempo -creador de la primera central eléctrica-. Si alguien sabía algo de energía era Tesla. No es raro pensar que en la Teoría de la Relatividad se hayan filtrado tanto el cálculo matemático de Mileva como alguna inspiración procedente de su amigo Tesla.

-No obstante, él nunca la mencionó.

-Ha sido uno de los personajes femeninos más injustamente tratado por la historia. Einstein a lo largo de su vida fue muy tirano con ella. Posteriormente, según recogen los biógrafos, cuando recibe el importe del premio Nobel -que era una cuantía interesante-, se lo entrega íntegramente a Mileva cuando hacía ya varios años que se habían divorciado. ¿Era esta una manera de pedir disculpas por su mal comportamiento? ¿O era el reconocimiento por un trabajo conjunto del cual sólo él se llevó los laureles?.

Presentáis en el libro a un Einstein científico, muy conectado con las intuiciones, muy espiritual, que acaba realizando el descubrimiento de su vida. ¿Son compatibles ciencia y espíritu?

-A partir de la mecánica cuántica, sí. En el siglo XX la ciencia sufrió un vuelco total -sobre todo a partir de Einstein- y se pasa de una visión del universo mecanicista donde todo sucede cuando tiene que suceder y obedece a una lógica, a algo más misterioso, relativo, donde nada es lo que parece. La Teoría de la Relatividad nos habla de que el tiempo es relativo; el espacio tiene deformaciones; el universo no está hecho a la medida del hombre sino que hay cosas que jamás llegaremos a comprender con nuestra mente. A partir de aquí empieza la mecánica cuántica, que es una ciencia basada en la especulación, la incertidumbre, las posibilidades. Una ciencia que se sitúa al lado de la fantasía y el misticismo. Por ello no es de extrañar que tanto Einstein como los físicos cuánticos, ninguno reniegue de la idea de Dios. Al contrario, eran bastante místicos porque se vieron enfrentados a un misterio que la ciencia no podía comprender con la mente humana, sólo intuir.

-Personas que le conocieron hablan de un personaje de corazón pétreo -cartas enviadas de su puño y letra apoyan esta teoría-, pero luego experimentó un cambio... ¿Qué hizo “ablandar” al genio?

-El hecho que sin duda rompió su corazón de piedra fue ver las consecuencias devastadoras de la Teoría de la Relatividad, las bombas de Hiroshima y Nagasaki. A ello hay que añadir un sentimiento de culpa adicional por aquella famosa carta enviada a Roosevelt, donde le animaba a acelerar las inversiones para ser los primeros en tener la bomba. A partir de ahí da un giro a su visión del mundo y dedica el resto de su vida a predicar la cultura de la paz, el diálogo entre países, el humanismo. Se convierte en otra persona distinta, más humana. El científico se convierte en un filósofo que sigue preguntándose por la vida y sus misterios.

De la Teoría de la Relatividad, Einstein pasa a buscar el Santo Grial de la física. Una variable que permita explicar de una forma unificada todas las fuerzas que operan en el Universo: la Teoría del Campo Unificado. ¿Llegó a encontrarla?

-La tesis de nuestro libro es que llegó a encontrarla pero pensó que la humanidad -que se encontraba en plena Guerra Fría- no estaba preparada en aquel momento para recibir una verdad, que era una fórmula más filosófica que física. Nuestra especulación y esto es la parte novelesca, es que se lo legó a su hija -nunca reconocida- Lieserl, para que lo sacara a la luz cien años después, cuando la humanidad estuviese en otro momento.

-”Estamos aquí para el prójimo. Sólo vivir para los demás da sentido a la existencia”, llegó a decir el genio. ¿No tienes la sensación con este personaje, como ha podido suceder con otros a lo largo de la historia, de que las cosas que nos han llegado de él, no reflejan la profundidad de su persona?

-Totalmente cierto. Lo que nos ha llegado de él es una fórmula fría y dos fotos que se repiten: una sacando la lengua y la otra montado en un bicicleta. De Einstein como ser humano se sabe muy poco. A través de citas y pensamientos podemos deducir que tuvo una vida intensamente espiritual en el último tramo de su vida.

-”Hay científicos que sostienen que el amor es el ingrediente principal del Cosmos, diez veces más abundante que el resto de los átomos juntos”, señaláis en el libro. Einstein también llegó a esa conclusión...

-En estos momentos se están descubriendo cosas muy sorprendentes en este terreno. El cerebro había ocupado muchísimo a la ciencia. Tal es así que el cerebro de Einstein fue diseccionado en muchos trocitos y se estudió en laboratorios de todo el mundo para al final, llegar a la conclusión de que era un cerebro normal y corriente. Y en cambio, como apunta Álex Rovira, no estudiaron su corazón y la clave estaba ahí. Hay investigaciones que demuestran que el campo electromagnético del corazón es cinco mil veces superior al del cerebro. La energía que emite el corazón es una compleja red que hoy acapara la atención de muchos científicos. Estaríamos hablando no de un centro de inteligencia pero sí de un centro de poder por encima del cerebro. Esto explicaría entre otras muchas cosas, porqué el único órgano vital que no puede padecer el cáncer es el corazón.

-Francesc, ¿qué es para ti el amor?

-En sintonía con la vida de Einstein y con lo que he llegado a descubrir, es la fuerza capaz de unificar a todas las demás. La Teoría del Campo Unificado que busca una fuerza que englobe al resto se puede explicar metafóricamente a través del amor. El amor une, atrae, ilumina, multiplica... A nivel simbólico, espiritual, es la fuerza que contiene a todas las demás. En un ejercicio de especulación podríamos hablar de que ese aparente vacío que hay en el universo, la materia oscura que no sabemos lo que es, quizá todo parta del amor en sus diferentes formas o manifestaciones.

-Aprovechando el título de uno de tus libros, ¿cómo escribirías amor, con mayúsculas o minúsculas?

-Me gusta con minúscula porque creo que el amor se refleja en las pequeñas cosas. Pienso que es una palabra para no pronunciar mucho en público porque a veces hablar mucho de amor quiere decir que no lo estamos aplicando.

El amor en minúscula está en las cosas sencillas y se demuestra en los pequeños actos de magia cotidiana donde podemos hacer más felices a los demás.

(*)Francesc Miralles escribe en El País Semanal y es guionista de radio y televisión.
Ha escrito thrillers de éxito como “El Cuarto Reino” y “La Profecía 2013”.

Tomado de la Revista Fusión del 27/11/2009