domingo, agosto 12, 2007

Un viaje, hacia el "primer día"... André van Lysebeth

La vida y la conciencia -inseparables- están presentes, con pleno derecho, incluso en los seres más primitivos que pueblan nuestro planeta. En este contexto, una meditación, entre las más simples y fecundas del tantra(*), tiene como tema la Vida misma.

La propongo ahora al lector:Sentado en mi posición de meditación, o en una silla, siempre que mi columna esté bien vertical y equilibrada ( !no rectilínea! ), relajo primero la mayor cantidad posible de músculos, sin olvidar los del rostro. Observo mi respiración durante algunos instantes, y percibo entonces la corriente de aire fresco que me entra por los orificios de la nariz, el aire caliente que sale.

Luego me pongo a escuchar el cuerpo; dicho de otra manera, capto todas las sensaciones corporales que puedo. Comienzo por la planta de los pies, subo por las piernas, el tronco, la nuca, la cabeza, luego, siento las palmas de las manos, recorro los brazos, atravieso los hombros, llego a la nuca y al interior de la cabeza.Siempre consciente de la respiración que va y viene, me maravillo de encontrarme con vida, aquí y ahora, en un cuerpo humano. Qué formidable es simplemente estar con vida.

Luego, tomo conciencia de que esta vida me ha llegado a través de mi madre, que la recibió de la suya, mi abuela, y así sucesivamente. Trato de recuperar el recuerdo feliz más antiguo de mi madre y, si hay conflicto -es más frecuente de lo que se cree-, sin tardar, paso a la generación precedente. Trato también de volver a ver a mi abuela, si la conozco, para que todo sea bien concreto. Luego, tomo conciencia del linaje ininterrumpido y anónimo de las madres y, con amor, les agradezco haber transmitido así la llama de la vida hasta mí.

No un agradecimiento de boquilla, sino una ola de amor: la meditación no excluye el sentimiento, muy al contrario, éste es el motor mismo de la meditación.¿Adónde seré llevado al remontar el linaje de las madres? ¿A la primera mujer? Mucho más allá, pues ella misma se inscribe en la corriente de toda la evolución de la vida terrestre.Si pudiera recorrer así mi genealogía desconocida e incognoscible pero real, llegaría al origen de la vida sobre nuestra Tierra. Y esta vida de los orígenes se ha transmitido, a través de todas las formas de la evolución, desde los organismos unicelulares de los oceános primitivos, hasta mí, sin una milésima de segundo de interrupción. En otros términos, la vida que palpita en mí es tan antigua y tan nueva como el primer día de la creación.

Yo soy esta vida que ha atravesado los miles de millones de años. Cuando llego a advertir este hecho irrecusable, mi pequeño yo se borra y me convierto en la Vida. Inserto en ese proceso extraordinario y misterioso, me siento unido a todo el pasado de la vida del mismo modo que a todas las formas actuales del planeta. Remontando la corriente de la evolución, en un momento dado pasaré por el estado de pez, de larva, me convertiré en el infusorio de los orígenes, que encerraba en sí todo el dinamismo de donde emergieron todas las formas subsiguientes.Por otra parte, ¿no revivo de manera abreviada, en el vientre de mi madre, como embrión y como feto, toda esta evolución? Toda la potencia, toda la inteligencia de la vida están presentes en mí, aquí y ahora. Todas las experiencias de la vida están incluidas en mis genes, en mi vida.

Mi vida individual se vuelve extraordinaria y, al mismo tiempo, desdeñable.(...)Por supuesto no se trata de hacerse a sí mismo grandes discursos filosóficos, sino de tomar conciencia de la Vida, y de sentirse llevado por Ella, sentirse parte indisociable de toda vida sobre el planeta....Desde esta perspectiva nuestra preocupaciones, grandes o pequeñas, se desdibujan.¿Durante cuánto tiempo hay que sumergirse así en la Vida? No se fija ningún límite inferior ni superior. Un minuto, cinco, treinta, el tiempo durante el cual uno se sienta bien.Esta meditación nos conecta realmente con fuerzas extraordinarias (...)

(*) El tantra (en sánscrito: तन्त्र ‘tejido", en el sentido de la continuidad) o tantrismo es cualquiera de las variadas tradiciones esotéricas basadas en las religiones de la India. Existe en variantes hindúes, budistas, jainas y bönpo. El tantra en sus variadas formas, existe en India, China, Japón, Tibet, Nepal, Bután, Pakistán, Sri Lanka, Corea, Camboya, Birmania, Indonesia y Mongolia.

Según algunas fuentes, es un conjunto de escritos llamados Tantras que —según la tradición— aparecieron aproximadamente en el
siglo VI AEC de la mano de Siddharta Gautama (el Buda histórico). Pero se cree que antes de los Vedas y posiblemente relacionado con las semillas del taoísmo que apareció en China), conoce la existencia de una religión y un shamanismo tántrico.
El tantra es una de las tres escuelas más importantes del
hinduismo contemporáneo (las otras dos son el shivaísmo y el vishnuísmo) y la principal dentro del budismo tibetano.

De acuerdo con sus textos, que deben interpretarse a modo de
metáfora, la fuerza creadora se expresa en el ser humano a través de la sexualidad y la integración de las actitudes masculinas y femeninas en cada persona. También existen técnicas de meditación y ritualización a través del acto sexual. (Véase también taoísmo y yoga)
Es también conocido como «la vía rápida» o «el vehículo del resultado», dado que un practicante de tantra aprende a hablar, sentir y conducirse ahora como si ya fuera un Buda que alcanzó la iluminación. Este enfoque es radicalmente diferente al resto de los caminos del yoga.

Los textos que recogen las enseñanzas del tantra (llamados Tantras) están escritos en clave simbólica, en forma de poemas, lo que dificulta su comprensión sin la ayuda adecuada. Suelen estar redactados como un diálogo en el que el dios
Shiva responde a las preguntas de su esposa Devi en los papeles de maestro y discípula. Habitualmente están estructurados en cuatro apartados: gñana (‘conocimiento’), yoga (‘práctica’), kriyá (‘acción’) y charya (conducta [y culto]). (...)

La palabra tantra, de origen sánscrito, tiene varios significados: ‘telar, tejido, urdimbre, la parte esencial, el rasgo característico, armazón, doctrina, regla”, etc. Pero hay otra forma de traducirlo: tantra podría derivar de la raíz verbal tan (‘extender’). Así pues, tantra significa ‘la doctrina a través de la cual se extienden o desarrollan algunos tipos de enseñanza’ o ‘la acción continua de entretejer’.

El objetivo del tantra es la reintegración del individuo en la conciencia pura (que sería
Śivá, la fuente original). Para alcanzar ese objetivo es necesario recorrer, en sentido inverso, el sendero de la manifestación. Y Śakti, la energía, es el vehículo mediante al cual la consciencia individual se une con la conciencia pura o divinidad. El final del camino de regreso es conocido como el despertar, un estado de "superrconciencia". (Extraido de Wikipedia)

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