sábado, diciembre 19, 2009

Los verdaderos amos del mundo no están en Copenhague _ Escribe: Jesús Rojas



Hay agonía en Copenhague. Los grupos contestarios de todo el mundo agotan sus gargantas, los correos revientan de cadenas de protesta y/o apoyo, pero como dijo el Presidente Lula, los representantes políticos de las naciones más poderosas, pareciera que han llegado a la cita para tratar la emergencia climática como si lo hicieran a una partida de poker.

Pero en esta trágica mesa ¿en verdad se juega lo que queda del frágil equilibrio ecológico?. No nos hagamos ilusiones: el telón de fondo de la cita es la escalada de la guerra en Afganistán, con el envío de 30,000 soldados por la potencia norteamericana.

¿O acaso el ser humano a quien se extermina en estas guerras de agresión no son parte de la ecología planetaria?.

Y con ello, todo está dicho y consumado.


Las promesas electorales, del tragicómico premio nobel de “la paz”, se han ido derritiendo como los glaciares. En el caso de Obama, al calor del gran capital que controla el verdadero poder norteamericano.

Y esto si es lo determinante. La población del mundo se hace ilusiones de que puede salir un acuerdo salvador de Copenhague, cuando quienes tienen la sartén por el mango no son los representantes políticos de los estados, sino el abrumador poder de las empresas transnacionales, sin Dios y sin patria. A quienes solo interesa el dinero, aun sobre el propio cadáver de la humanidad.

Y ellas no estan en Copenhague

Más allá de reducciones porcentuales, de las emisiones de gases invernadero, lo que está en juego es otra cosa.

Estados Unidos y China “comunista” más allá de su mutua acusación de ser los grandes contaminantes del planeta, defienden lo mismo: la producción irracional de bienes sin ningún criterio de interés humano, aun a costa no solo del desequilibrio ecológico sino del agotamiento de los recursos de la tierra.

Qué produce el mundo, para qué y cómo. Ese es el quid.

Y la respuesta no la van a dar en Copenhague los administradores políticos. Más allá del legítimo pataleo de los paises pobres, principales victimas del genocidio económico, son esos grandes conglomerados capitalistas privados y estatales, como el caso de la China, los que tienen la palabra....por ahora.

Seamos concientes que estamos en el momento histórico para cuestionar el modelo de producción y propiedad en el mundo.

El reinado del negocio y el dinero han traído, fundamentalmente, un frívolo y excluyente progreso material a costa del hambre y la idiotización consumista de la mayor parte de la humanidad.

Por ello, si no cambia el modelo económico mundial, no cambiará nada.

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