domingo, julio 12, 2009

Del G-8 al G-20: Surge un nuevo poder mundial _ Escribe:Jorge Castro / CLARÍN

Ante la magnitud de la crisis económica global,
a los paises centrales del poder mundial,
no les quedaba otra que ceder.

Y dejando asi su tradicional omnipotencia excluyente,
incorporar a los paises emergentes
en las grandes decisiones que deberán tomarse
ante la aceleración del desempleo
que amenaza con extender la crisis a las estructuras polìticas,
las cuales corren el peligro de ser barridas
por inmensas olas de descontento social en ciernes.

Tal es el sentido
de este interesante informe del diario argentino CLARÍN.
(Jesùs Hubert)


Cumbres. Las reuniones del G-8 más el grupo de potencias emergentes y la última encíclica papal coinciden en las fórmulas para enfrentar la crisis.

La reunión del G-8 en L´Aquila, Italia, se tornó relevante cuando se sumaron China, India, Brasil, México y Sudáfrica. También se incorporó Egipto, principal país árabe. La ampliación del encuentro aumenta la relevancia del G-20 (G-8 + 12 países emergentes), transformado en plataforma de gobernabilidad del sistema mundial, que se reúne en septiembre, en Pittsburgh (EE.UU.). En junio parece haber terminado la recesión de la economía mundial que se desató en septiembre de 2008. El producto industrial fue positivo por primera vez en nueve meses en EE.UU., Gran Bretaña y Japón; y creció significativamente por tercer mes consecutivo en China, que se encuentra ya en el cuarto mes de auge del PBI (+6.5% anual).

En el caso chino, la recuperación que comenzó en marzo apunta a transformarse en crecimiento pleno en la segunda parte del año. Pero la desocupación aumenta en el mundo entero: en junio se perdieron 473.000 puestos de trabajo en EE.UU.; y el desempleo trepó a 9.6%.

"Pero lo peor está por venir. El verdadero test de gobernabilidad está en el futuro, cuando la contracción económica acentúe el desempleo y la crisis social; y ésta, a su vez, se traduzca en inestabilidad política", dice Pascal Lamy (OMC). Lula sostuvo que "el G-8 ya no tiene razón de existir"; y agregó con Nicolas Sarkozy: "se requiere un orden mundial más democrático, que otorgue un papel mayor a los países emergentes (...) Exigimos un cambio en el gobierno mundial".Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) dijo esta semana: "Se necesita una nueva y verdadera autoridad política mundial, que pueda crear un nuevo orden político, jurídico y económico global, capaz de conducir la economía hacia una cooperación internacional para el desarrollo solidario de todos los pueblos. Sin el establecimiento de esta nueva autoridad política, no se puede conducir la globalización". (Veritas in Caritate, capítulo 6, punto 67).
Agrega Ratzinger: "el papel central de los países emergentes en el proceso de globalización permite enfrentar mejor la crisis global, y orientarse hacia una nueva civilización y una sociedad más humana".

La globalización es un proceso simultáneo de fragmentación e integración, en el que la producción se descentraliza, al tiempo que se concentra en el sistema integrado transnacional de producción (empresas transnacionales e inversión extranjera directa). El resultado es la unificación del mundo, a través de un solo modo (transnacional) de producción; y el predominio de una lógica de "desterritorialización".Cada fase del capitalismo tiene su sistema de instituciones políticas y económicas, que tornan posible -y a través de las cuales se realiza- el proceso intensivo de acumulación. Es la idea de Marx: "En el capitalismo, no hay nada particular fuera de lo general". Por eso la globalización no es sólo un fenómeno económico, sino también un proceso civilizatorio (social, cultural y político).

En los últimos 30 años, el ingreso per cápita de China aumentó 1.090% (8.7% anual) y el de India 230% (4% anual). En 2009, China se convierte en la segunda economía del mundo. Es el primer año en la historia del capitalismo en que la capacidad de crecimiento de la economía mundial está exclusivamente en manos de los países emergentes. Raymond Aron fijó la regla estratégica primordial: "El que sabe el qué, descubre el cómo". Por eso el G-8 no es más el eje del poder mundial; y el G-20 se transforma en la nueva plataforma de gobernabilidad global. "Los medios de poder han escapado al control de los Estados (...) Domar el fuego telúrico -finanzas, técnica-, presupone el Estado mundial. No se trata de una mera suma, una duplicación, sino de un salto cualitativo; el ascenso a una potencia aún inimaginable (...) No es un postulado ético o voluntarista; es algo que adviene, que entra en el presente desde el futuro", indica Ernst Jünger.

Publicado oroginalmente con el título: "Surge un nuevo poder mundial para conducir la globalización" en el Diario Clarín de Argentina del domingo 12, julio 2009.

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