martes, septiembre 01, 2009

Poderosa muerte _ Interpretan: Los Jaivas





La grandeza de nuestros pueblos cobrizos,
desde el norte hasta el sur de las américas,
no viene de fuera.
Nos viene,
desde el cero de los tiempos,
de nuestra raíz fundida con el corazón de la tierra.

Comunión monumental que rebrota,
aluviónica,
cuando la cultura de la opulencia,
vacía,
se derrumba.

Despilfarro,
consumo,
imagen sin esencia,
vieja cultura,
vieja inhumanidad
dale paso al hombre de la tierra.

(Jesús Hubert)






¿Qué era el hombre? (¡Qué era el hombre!)
¿En qué parte de su conversación abierta
Entre los almacenes y los silbidos
En cuál de sus movimientos metálicos
Vivía lo indestructible, lo imprecedero, la vida?

Todos desfallecieron esperando su muerte
Su corta muerte diaria
Y su quebranto aciago de cada día era
Como una copa negra que bebían temblando.

Entonces en la escala de la tierra he subido
Entonces en la escala de la tierra he subido
Entre la atroz maraña de las selvas perdidas
Hasta ti, Macchu Picchu.
Alta ciudad de piedras escalares
Por fin morada del que lo terrestre
No escondió en las dormidas vestiduras
En ti, como dos líneas paralelas
La cuna del relámpago y del hombre
Se mecían en un viento de espinas.
Madre de piedra, espuma de los cóndores
Alto arrecife de la aurora humana...

Cuando la mano de color de arcilla
Se convirtió en arcilla
Y cuando los pequeños párpados
Se cerraron
Llenos de ásperos muros
Poblados de castillos
Y cuando todo el hombre se enredó en su agujero
Quedó la exactitud enarborada
El alto sitio de la aurora humana
La más alta vasija que contuvo el silencio
Una vida de piedra después de tantas vidas.

De Pablo Neruda en "Alturas de Machu-Picchu"

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