miércoles, septiembre 02, 2009

¡Digan lo que digan! _ Escribe: Bertha Alicia Medina


Liberarse de las opiniones ajenas es un paso fundamental hacia la libertad.

Decidir acerca de lo que uno quiere hacer y ser, solo depende de uno mismo.

Muchas veces cargamos fardos inútiles “por el que dirán”. Cuánto de nuestros estados de ánimo dependen aun de otros y no de nosotros mismos.

Nuestra amiga Bertha Alicia, nos comparte su valiosa experiencia de afirmación personal y espiritual. (Jesús Hubert)



Una de las razones por las cuales no podemos ser felices es porque queremos meternos en los mundos de los demás.

Creo que a todos nos afecta demasiado lo que los demás piensan o dicen, y lo cierto es que lo que piensan o dicen de nosotros raramente es verdad.

Si alguien me dijera que soy una tonta, se haría un drama, lloraría por días, puede que hasta semanas y jamás lo olvidaría, pero…¿es verdad que soy una tonta? NO, no lo soy, entonces por qué razón me duele tanto.

Bueno, es porque yo quiero cambiar su mundo y eso mis niños ¡no se puede!.

Cada quien vive y crea su propio mundo, tal vez en el mundo de esa persona yo sea una tonta, pero eso no quiere decir que sea verdad.

Yo puedo leer mucho y hacerme más inteligente y de nada serviría, seguiría siendo en su mundo una tonta, porque sencillamente nadie puede cambiar las creencias de los demás.

He aprendido que para que las cosas dejen de lastimarme tengo que enfocarme en mi propia verdad.

Si alguien me dice tonta, yo de inmediato pienso:

“No me importa lo que digas o pienses, la verdad es que soy muy lista. La Bertha que el tiene en su mundo no soy yo, yo soy lista y la que el tiene es tonta, así que no se refiere a mi.”

Cuando alguien te dice que nunca haces nada, ¿es verdad? No, así que ¿por qué razón te duele? ¿Por qué razón te lo tomas como personal? Esa persona se esta refiriendo a otra que no eres tu ¿no crees?

Podrá decírtelo directamente a ti, pero es solo su percepción, o solo su deseo de herir, y para que me hieran tengo que aceptarlo como real. Y eso, ya no lo hago.

A Jesús lo insultaron y lo llamaron muchas cosas, ¿y el se lo tomo a lo personal? No, ni siquiera le afecto: él permanecía callado, ¿por qué? Porque el sabia perfectamente que eso no era él. Y por lo mismo nunca le afecto.

Ahora, tú puedes decirme:

“Es que si me importa lo que mi esposo o fulanito piense de mi.”

Bueno mi cielo entonces tu felicidad dependerá totalmente de él, de cómo se le antoje verte, pero eso no quiere decir que sea la verdad.

La verdad es todo aquello que te hace sentir bien.

¿Te sientes bien con eso que el cree de ti? ¡Genial! Coincidieron.
¿No te sientes bien, te duele? Bueno, entonces no es verdad.
Y si no es verdad, ¿por qué permites que te afecte?

Esto no quiere decir que no me importen los demás, si me importan y mucho, simplemente ya no me importan las falsas creencias que ellos han creado en su propio mundo.

Así que la manera para que ser felices es que empecemos a dejar el mundo de los demás y nos enfoquemos en vivir el mundo que nosotros queremos creer.

Un beso,
Siempre en la luz
Bertha Alicia
bamcbamc777@hotmail.com

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