jueves, noviembre 22, 2007

Tiembla Wall Street_Escribe: Francisco Durand(*) / Perú 21

En este tiempo global es más válido que nunca el dicho que, si Estados Unidos se resfría, al resto del mundo le da neumonía. Nos anima algo que los analistas internacionales estén divididos. Los optimistas sostienen que la situación es manejable con la intervención del Estado y si el crecimiento continúa.

Los pesimistas predicen una crisis similar a la de 1929 debido a que el corazón de Wall Street es financiero y su comportamiento, especulativo. Hoy, 77% de las acciones que negocia Wall Street están en manos de bancos, financieras y fondos de pensión.

Firmas gigantes como Merrill Lynch y Citigroup han reportado pérdidas billonarias. También jugaban a la ruleta. Será por eso que hasta los más neoliberales de Washington y Londres -lugares desde donde se inició el neoliberalismo- defienden la intervención estatal. Lo que hasta el momento está evitando una caída mayor es la inyección de unos US$90 mil millones de los bancos centrales de Estados Unidos, Europa y Japón para prevenir el colapso de las empresas expuestas a la crisis del mercado inmobiliario e hipotecario. También las menores tasas de interés. Por el momento, ello controla la recesión, pero hay inflación.

El precio del petróleo crudo está en alza por el espectacular crecimiento de China e India, así como por los desaciertos militares y diplomáticos estadounidenses. Puede no solo llegar a US$100 el barril sino pasar la barrera y mantenerse alto. El alza se debe en parte a que el hemisferio occidental entra al invierno, periodo en el que sube el consumo. Además, ni Irak ha resuelto cómo repartirse el petróleo ni las tensiones con Irán están bajando. Si ocurre el bombardeo, la ruta de salida del petróleo de buena parte del Medio Oriente podría bloquearse y ahogar a las economías de países desarrollados, empezando con Europa y Japón. Esta combinación de factores económicos y geopolíticos es mala.

La inflación es evidente en los Estados Unidos para toda ama de casa, aunque el Gobierno y la prensa no dicen nada. No solo han subido los precios del transporte y de los alimentos, de la educación y de la salud -hecho que todos, menos Bush, comentan-, sino que el alza de la gasolina ha impulsado un consumo mayor de maíz, materia prima del etanol, el combustible alternativo de moda. Todo ello ha elevado el precio de los granos, importante producto de exportación estadounidense, lo que empuja los precios en otros lares.

Algo se puede hacer, pero es poco y nadie está seguro si dará resultado. Ben Bernanke, de la Federal Reserve, ha bajado las tasas de interés a 4.5% porque considera que la recesión es más peligrosa que la inflación. Ha decidido pichicatear (potenciar) la economía, rescatando de paso a los malos empresarios y a los especuladores financieros, para estimular el consumo y evitar más quiebras. Hasta ahora, 635 mil propietarios han perdido sus casas, pero se calcula que la cifra se elevaría hasta 2 millones en 2008. Es el fin del sueño americano para esos pobres que compraron casas, entre los cuales se encuentran muchos inmigrantes y algunos peruanos.

El caso es que con la recesión y la inflación en curso en los Estados Unidos, combinación temida por todos, estamos en el comienzo de un shock externo. Sus efectos ya se están sintiendo en otros países, como el Perú, con la caída del dólar, el alza de la gasolina y del pan. Y si quiere un consejo, no les haga caso a los analistas de inversión; ellos trabajan para los especuladores.
También recuerde que una crisis es más probable aquí en los años que terminan en 8 (68, 78, 98). Por eso nos preocupa Wall Street. Imagino que, si lo que viene es una fuerte euforia sobre la firma del Tratado de Libre Comercio, esta durará poco.

(*) Especialista en sociología económica
Extraido de la edición digital del Diario "Perú 21": 22/11/07

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Espero tu amable comentario