Neuronas espejo: la ciencia va confirmando que todos estamos conectados

Vivimos en un mundo de ideas, de teorías, de hipótesis, de “supuestos”, tantos, quizá, como seres humanos existen. Y en este mar de ideas es difícil distinguir lo que es verdadero y esencial, de lo que es secundario, pasajero y sin importancia.

Hablar de la unidad esencial, básica, de raíz que nos une al resto de terrícolas y seres del universo, parece un tema de discurso moral, aceptable o no, prescindible o no, según nuestro particular entendimiento. Pero, si vamos más allá de lo aparente, descubriremos que el tema la de la unidad es la clave misma de nuestra existencia y del sentido mismo de la vida.

Algunos experimentos científicos van confirmando de que estamos conectados, UNIDOS, y que el tema de la fraternidad, de la identidad, de la conexión misma con la totalidad, no es una elucubración producto de razones morales, sino una realidad comprobable de nuestra propia naturaleza material y espiritual, y que, por lo tanto,  conjugar nuestro conducta con la ley de la unidad - impresa en nuestro ser - es hacerlo en el sentido correcto de la evolución: en comunión con todos los seres, con quienes compartimos el mismo origen y con los que marchamos hacia el mismo horizonte. Veamos.