Pero… ¿realmente es así? Es más bien al revés. El poder necesita de la violencia para imponer las desigualdades que la sociedad capitalista alimenta desde el propio interior de las conciencias: Identificando tener más, con ser más. Ese si es el verdadero monstruo y está dentro de nuestras propias familias, colegios, universidades y oficinas. Dividiendo, enfrentando, separando, traicionando.
En ese juego terrible de establecer superioridades materiales, sucumben, parejas, familias, amistades …todo.
Esto viene a cuento a propósito de una gran película que compartimos con ustedes y que muestra cómo el pueblo chileno, sin disparar un solo tiro, pudo derrotar a uno de los dictaduras más sangrientas del mundo, únicamente con creatividad y razón. Dictadura abierta que precisamente fue el instrumento para imponer nuevamente a Chile la sociedad de la desigualdad cuando marchaba por la senda de un cambio pacífico. Película especialmente didáctica para el Perú de hoy, cuando la intolerancia del poder empieza a cobrar víctimas, como el injustamente sancionado parlamentario Diez-Canseco o la alcaldesa Villarán, amenazada por la revocatoria.
Es necesario aprender de la experiencia chilena y vencer también dogmatismos y rigideces ideológicas, para aglutinar a amplios sectores democráticos alrededor del NO a la revocatoria. Porque en realidad se trata de una escalada para irle cerrando espacios a las fuerzas progresistas y de izquierda en nuestro país. Esa es la democracia real que necesitamos defender. (Jesús Hubert)
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