viernes, enero 16, 2009
Soneto De La Luna_Canta: Clara Montes
El mundo es objetivo:
un hombre...
una mujer…
el cielo...
la luna...
la yerba...
la noche,
y el encuentro.
La diferencia,
la hace el amor
... ¡y ya es poesía!(Jesùs Hubert)
La luna nos buscó desde su almena,
Cantó la acequia, palpitó el olivo,
Mi corazón, intrépido y cautivo,
Tendió las manos, fiel a tu cadena.
Qué sábanas de yerba y luna llena
Envolvieron el acto decisivo.
Qué medio día sudoroso y vivo
Enjalbego la noche de azucena.
Dios y sus cosas nos recocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
Dos bocas, una a otra, se bebían.
Por las esquinas verdes del encuentro
Las caricias, ansiosas, se perdían
Como en una espesura, cuerpo adentro.
Dios y sus cosas nos recocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
Dos bocas, una a otra, se bebían.
Dos bocas, una a otra, se bebían.
Dos bocas, una a otra, se bebían.
un hombre...
una mujer…
el cielo...
la luna...
la yerba...
la noche,
y el encuentro.
La diferencia,
la hace el amor
... ¡y ya es poesía!(Jesùs Hubert)
La luna nos buscó desde su almena,
Cantó la acequia, palpitó el olivo,
Mi corazón, intrépido y cautivo,
Tendió las manos, fiel a tu cadena.
Qué sábanas de yerba y luna llena
Envolvieron el acto decisivo.
Qué medio día sudoroso y vivo
Enjalbego la noche de azucena.
Dios y sus cosas nos recocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
Dos bocas, una a otra, se bebían.
Por las esquinas verdes del encuentro
Las caricias, ansiosas, se perdían
Como en una espesura, cuerpo adentro.
Dios y sus cosas nos recocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
Dos bocas, una a otra, se bebían.
Dos bocas, una a otra, se bebían.
Dos bocas, una a otra, se bebían.
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