El derecho autoral como muchas otras medidas de regulación esta
distorsionado por las diferencias que establece el modelo económico. El llamado
éxito comercial está determinado por los canales de difusión que están
orientados a reproducir afinidades y gustos por aquellos contenidos que
refuerzan los valores y los arquetipos que apuntalan el tipo de sociedad
dominante. Así algunos autores aparecen como “triunfadores” y millonarios, mientras que otros aparecen como “mediocres”( sino figuras en los medios no vales nada) y subsisten
al filo de la miseria. Y las sociedades autorales en muchos casos están
controlados por argollas que favorecen a los compositores de su círculo.
Creemos que es necesario de forma equitativa proteger el
derecho de los autores y compositores y de los creadores en general, pero
siempre poniendo por delante el derecho de la sociedad a tener acceso a
cualquier creación sin limitaciones y medidas punitivas que restrinjan la posibilidad
de conocer y disfrutar a los que tienen dinero.
El autor de la siguiente nota señala algunos aspectos muy
importantes para ponderar debidamente el derecho de autor. (Jesús Hubert)
¿Derechos de autor?
¿Derechos de autor? ¿Existe la creatividad meramente
individual? ¿Quién educa a los creadores de libros, música, arte, tecnología?
¿Lo hacen estrictamente solos? ¿No usan gratuitamente conocimientos de otros?
¿No reciben el apoyo del Estado con recursos públicos? ¿Nunca tuvieron un
maestro? ¿Todo lo que aprendieron y crearon lo hicieron sin ninguna relación
social? ¿De dónde toman los recursos para crear? ¿Son exclusivamente de sus
experiencias? ¿Qué sucedería si nadie los lee o escucha? Si un individuo, creo,
inventó y elaboró sin ayuda de ningún otro y sin ningún conocimiento aculado
anteriormente..., entonces tienen razón la censura, el control, la prohibición
y la criminalización del acceso a la información, al conocimiento, al arte, a
la música.
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