Pero un grupo extraordinario se reúne alrededor de esa sagrada palabra: GRACIAS y nos muestra cómo, cuando se quiere reunir a la humanidad en un himno de gratitud por la vida, no hay fronteras para el corazón.
El Coro Gracias no es una formula. Basta oír sus voces, su infinita capacidad para conmover, que uno queda convencido de que efectivamente están practicando, con su arte maravilloso, el don de la gratitud.
Contagiémonos de su espíritu (Jesús Hubert)
Estoy enamorada de mi país - Vals peruano (Eva Ayllón)