El juicio, que fabrica culpables o inocentes. El juicio que se basa siempre en pruebas materiales, exteriores, o también en testimonios, de quienes ven desde fuera, es decir, basado en lo aparente, o muchas, muchisimas veces, en hechos ajenos al interior del hombre y a sus verdaderas motivaciones y/o circunstancias.
La historia de la humanidad está repleta de historias de santos y “demonios”, de heroes y traidores; de benefactores y depredadores, acuñados así por el juicio humano...por los siglos de los siglos.
Pero quièn, que sea mìnimamente honesto consigo mismo, puede decir que los signos exteriores de una conducta personal determinada, correspondan exactamente a sus motivaciones interiores….nadie, ¿verdad?.
De allí la sabiduría indiscutible del NO JUZGAR, una enseñanza basada en otra verdad, sencilla y evidente, en la que al parecer todos estamos de acuerdo: nadie sabe lo de nadie.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Espero tu amable comentario