La invitaciòn de Jesùs para que busquemos el Reyno de Dios por encima de todas las cosas y su promesa de que todo lo demas se nos darà por añadidura, o como consecuencia de ello, es eso. Es la invitaciòn a tomar conciencia de esa UNIDAD, bàsica y fundamental.
Y en esa conciencia, si podemos tener absoluta confianza y podemos celebrar, autènticamente, cantando el SALMO 23. (Jesùs Hubert).
1 El Señor es mi pastor;
nada me falta.
2 Me hace descansar en verdes pastos,
me guía a arroyos de tranquilas aguas,
3 me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos
haciendo honor a su nombre.
4 Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu cayado me inspiran confianza.
5 Me has preparado un banquete
ante los ojos de mis enemigos;
has vertido perfume sobre mi cabeza
y has llenado mi copa a rebosar
6 Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré.
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