¿La “moda” de la música indio-norteamericana es solo eso?
¿Por qué tan fácilmente se mezcla con la música del ande sudamericano, conservando su fuerza, profundidad y ternura, común a ambas culturas?
¿Qué tienen, entre si, las culturas originarias de las tres Américas que las une?
Al margen de los etno-musicólogos, sectores cada vez más amplios del mundo empiezan a vibrar con esta música del “retorno”, del reencuentro con la madre tierra, con su naturaleza prodiga y con los “otros” que van dejando de serlo para volver a ser los nuestros: el hombre de este planeta.
Y una última pregunta aparentemente banal pero vital: ¿Tiene importancia que “Alborada”, y ahora "Indiògenes", se vistan como indios norteamericanos, mientras cantan en quechua, la lengua oficial de los Incas?
En una sociedad global, dominada por los estereotipos visuales y los iconos mediáticos, el indio, el “nativo” originario, el “salvaje” de cualquier tierra, gruesamente, es el mismo: despreciado, aparentemente vencido, pero admirado y victorioso siempre en la conciencia de quienes perciben en el poder y la fuerza de su rebeldía, la expresión del hombre no traicionado, en su pertenencia esencial al universo cósmico y a su tribu, o a su comunidad ancestral.
En la línea de ALBORADA, llega desde Ayacucho,Perù, esa tierra transfigurada por la historia, un grupo musical con una calidad y riqueza expresiva que sopla en el sentido de esta nueva humanidad que ya empieza a caminar (Jesùs Hubert).
"El ùltimo Mohicano" en versiòn de Indiògenes
Concierto de INDIOGENES 2007
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