Harald Edelstam, más que embajador “formal” de su país, fue un genuino representante de la digna solidaridad de su pueblo y, aun mas, fue el corazón mismo de la humanidad latiendo, activamente.
Gracias a su decidida y valiente intervención, la representaciòn sueca logrò salvar a mas de 1,500 vidas de las garras de la dictadura.
Pueden ver esta historia ejemplar, bajándola de esta pàgina:
http://cineclubresistencia.blogspot.com/
Y si no tienen el visor de peliculas DVX que se requiere, pueden bajarlo gratuitamente de aquí:
http://www.divx.com/divx/webplayer/postinstall.php?lang=es&yrv=1&yoc=divx&ydt=divxdotcom&ybt=DFW&ybv=6.8&yo=iet
Para que conozcan algo mas de este excepcional film, reproducimos la emotiva semblanza que Loreto Soler publicò en el diario "Clarin" de Chile, el 4 de junio ùltimo (Jesùs Hubert)
El verdadero
Harald Edelstam
Hace unas semanas se mostró la película “El clavel negro”, en el marco del ciclo de cine europeo exhibido en el Centro de Extensión de la U. C., que nos dio la oportunidad de conocer una parte de la dolorosa historia del Golpe Militar de 1973.
Esta es una película que honra la memoria y el legado humanitario de Harald Edelstam, embajador de Suecia en Chile desde 1972 hasta su expulsión del país en diciembre de 1973, por la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet. Luego del golpe de estado del 73’, asumió una valiente actitud solidaria salvando la vida de miles de personas perseguidas o apresadas por la dictadura y también, ayudando silenciosamente a la resistencia armada.
Gustaf Harald Edelstam, nació el 17 de marzo de 1913 en Estocolmo y murió en 1989. En 1939 se gradúa como abogado en la Universidad de Estocolmo. Ese mismo año, es contratado como adjunto en el ministerio de relaciones exteriores sueco y en su primera misión es enviado a Roma. Sus nuevas destinaciones fueron en Berlín, el año 1941, donde ayuda a familias judías y luego pasaría a Oslo en la Noruega ocupada por la Alemania de Hitler, donde protege a la resistencia noruega de la persecución de los invasores. Allí, se gana el apodo de El Clavel Negro (Svarta nejlikan), que marcaría el resto de su vida.
En 1972 el gobierno de Olof Palme lo designa embajador en Chile, manteniendo Edelstam un claro compromiso y simpatía por el proceso popular que había iniciado el gobierno del presidente Salvador Allende. Cuando se produce el Golpe de Estado, el diplomático sueco comienza una instantánea labor de ayuda a cientos perseguidos políticos chilenos y exiliados latinoamericanos, abriéndoles las puertas de la Embajada de Suecia.
Una de las escenas más recordadas de la película se produce cuando Edelstam interrumpe el asedio militar a la embajada de Cuba e impide que el edificio sea destruido y muertos sus ocupantes, desplegando la bandera sueca en el lugar de la cubana y diciendo en voz alta que a partir de ese momento ese lugar quedaba bajo la protección del gobierno de su país. A partir de ese momento, dedica sus mayores esfuerzos a salvar personas y darles refugio en ambas sedes diplomáticas, como a convencer y a presionar a otros colegas del cuerpo diplomático extranjero de la necesidad de que también abrieran sus embajadas para refugiar a más personas en peligro de vida. Se calcula que Edelstam en esos pocos meses que van de septiembre a diciembre, cuando la dictadura lo declara persona non grata y lo expulsan del país, le salvó la vida a más de mil personas, entre ellas a una cincuentena de exiliados uruguayos que estaban prisioneros en el Estadio Nacional y que seguramente sin su mediación hubieran sido fusilados o desaparecidos.
¿Qué lo motivó?, ¿qué precio tuvo que pagar por involucrarse? "Simplemente, no tolero la injusticia". Esta fue la respuesta que dio el fallecido Harald Edelstam en una conferencia de prensa cuando le preguntaron por qué siendo embajador de Suecia en Chile, había arriesgado su vida para salvar a miles de prisioneros políticos desde el Estadio Nacional, que fue transformado en campo de Concentración y uno de los primeros centros de torturas abierto en el país.
La película muestra a un hombre atormentado por un pasado y que busca desesperadamente una vez más el amor. Salvando a miles de personas perseguidas por el nuevo régimen, Edelstam, se encuentra a sí mismo y a su verdadero amor, Consuelo. El destino lo pone a prueba una vez más al tratar de salvarla, algo aparentemente imposible en una carrera contra reloj.
La intensa actividad desplegada por el embajador sueco también desató una sorda oposición en el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores en Suecia, donde consideraron que él ponía en “riesgo los intereses del país actuando en forma poco diplomática”.
Han pasado 35 años desde el Golpe Militar, pero las imágenes del bombardeo del Palacio de La Moneda siguen impresionando y afectando emocionalmente a quienes vivimos ese día. De allí que la película “El Clavel Negro”, es un filme que nos traslada hacia la memoria histórica reciente, y nos invita a reflexionar desde este pasado de la historia de Chile y Latinoamérica para gritar un ¡Nunca más a las dictaduras militares, nunca más a la felonía y la traición, nunca más a la tortura, la muerte, los presos políticos y el exilio!
Por momentos, “El clavel negro” remite a la cinta dirigida por Steven Spielberg que cuenta la historia de Oskar Schindler, un empresario alemán que salvó las vidas de un millar de judíos polacos durante el Holocausto.
Para quienes fueron testigos de esos valientes y temerarios días de Harald en Santiago de Chile y que le deben la vida, seguirá siendo inexcusable el manto de olvido que hasta ahora ha cubierto su figura y el poco reconocimiento público que en vida -como tampoco después de su fallecimiento en 1989- se le ha concedido a este héroe contemporáneo de Suecia. En Chile país, en el que a tantos salvó, una cátedra universitaria en derechos humanos y una pequeña chapita de bronce le recuerdan. Sólo en Montevideo hay una plaza que se llama Harald Edelstam, homenaje de los exiliados uruguayos que él salvó de la muerte. En ese sentido, esta película tiene el valor, el de sacar a Edelstam del olvido y mostrarlo en una dimensión histórica más allá de las críticas que se le puedan hacer a la construcción del guión y a ciertos ingredientes melodramáticos o policíacos discutibles que solo buscaron resaltar la figura de Edelstam. También está bien construido el ambiente opresivo, lleno de miedo del interior del Estadio Nacional donde miles de personas sufrían la prisión, la tortura y la muerte. Además, muestra la angustia que sufre un ser humano cuando sus certezas son destruidas y se enfrenta solo a la incertidumbre y al terror.
La película de más de una hora de duración, fue dirigida por el director sueco Ulf Hultberg, fue rodada casi en su totalidad en Santiago de Chile durante 2005 y ambientada en la embajada uruguaya de Santiago. “El clavel negro” tiene en el papel del embajador Edelstam al reconocido actor sueco Michael Nyqvist y a un elenco internacional que integran los actores mexicanos Kate del Castillo, Lumi Cavazos y Daniel Giménez-Cacho; los chilenos Christian Campos, Luis Gnecco, Ramón Núñez, Pedro Vicuña, Edgardo Bruna y Gabriela Aguilera entre otros; la sueca Lisa Werlinder; el actor danés Carsten Norgaard y el norteamericano Patrick Bergin.
http://www.elclarin.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=11865&Itemid=2950
Dios hace hombres buenos y hombres mejores, Gustaf Harald Edelstam, fue indiscutiblemente un excelente hombre y no cabe duda de cuanta falta nos hace hoy dia. ojala pudieramos aprender de su legado. si me perdona la expresion "a tener guevos y ser hombres".
ResponderBorrarGracias Jesús por publicar mi comentario en tu blog. Loreto Soler
ResponderBorrar