No dejen de ver también, al final de la nota, el video de la entrevista a Pablo Fajardo en la televisión española el 19/02/2014
El protagonista de esa lucha desigual, que muchos han equiparado a la de David con Goliat, ha sido un abogado ecuatoriano de 41 años, viudo y con cuatroaconciencia hijos, Pablo Fajardo Mendoza, hijo de campesinos analfabetos.
Nacido en una choza como el quinto de diez hermanos, Pablo trabajó de niño desbrozando maleza con un machete. Al mismo tiempo, a instancias de sus padres, estudiaba en la misión que dos frailes capuchinos de origen navarro habían construido en la selva. Ellos también le enseñaron a rebelarse contra las injusticias.
Lo que más sublevó al joven Pablo fue ver a los indígenas trabajando por sueldos míseros y envenenándose con la contaminación. Y comenzó su rebelión. A los 16 años fundó un comité de derechos humanos formado por 50 campesinos e indígenas damnificados por la contaminación. También se dedicó a investigar…
Desde 1964 Texaco había perforado en la Amazonia 356 pozos petroleros. Por cada pozo que perforaba construía cuatro o cinco piscinas para arrojar desechos tóxicos, siempre cerca de un río. La idea era deshacerse de ellos de forma fácil y barata.
Desde 1964 Texaco había perforado en la Amazonia 356 pozos petroleros. Por cada pozo que perforaba construía cuatro o cinco piscinas para arrojar desechos tóxicos, siempre cerca de un río.
Chevron no sólo intoxicó y destruyó parte de la selva amazónica, provocó abortos, leucemia y cáncer en más de 2.000 de sus habitantes, a quienes también desplazó y alcoholizó, sino que en sus campamentos se violó al 10 % de las mujeres indígenas y, en una verdadera campaña de terror, hasta llegó hasta a secuestrar a niños en helicópteros para abandonarlos muy lejos. Dos de ellos debieron caminar a través de la selva durante ocho días para regresar a sus casas… De las cinco tribus indígenas que vivían en esa zona, dos, las de los Tetetes y los Sansahuaris, ya han desaparecido para siempre.
Al poco tiempo de comenzar su labor social Pablo fue despedido de su trabajo. Los frailes que lo protegían lo emplearon, entonces, en la misión y le consiguieron becas para que continuara sus estudios. El adolescente aprovechó para fundar, junto a otros niños, una escuela que todavía funciona.
Al año siguiente, el adolescente Pablo terminó la escuela secundaria. Cansado que, ante sus reclamaciones, las autoridades de su país le repitieran: “búsquese un abogado”, decidió estudiar Derecho. Lo hizo desde su chabola y por correspondencia, subvencionado por una familia española a la que habían acudido los frailes navarros que siempre le habían protegido. En 2004, obtuvo su título.
Junto al líder indígena Luis Yanza, Pablo Fajardo fundó el Frente de Defensa de la Amazonia (FDA) en nombre de los 30.000 afectados por la contaminación petrolera. Todos ellos pertenecen a los pueblos Cofán, Siona, Secoya, Kichwa y Huaorani, que hasta 1964 vivían en completa armonía con la naturaleza, en la escasamente poblada zona del oriente de Ecuador.
La página web Texacotoxico.org expone las aterradoras cifras de los impactos ambientales causados por la multinacional en la Amazonia ecuatoriana:
Texaco los acusó de terrorismo, extorsión e incluso utilizaron leyes para perseguir a mafiosos. Los argumentos de defensa de la transnacional son: que el petróleo no contamina, que la Amazonia es un terreno petrolero y que ahí no tiene por qué vivir nadie, que el cáncer se produce por la falta de higiene de los indígenas y que el petróleo es biodegradable y a las pocas semanas ya no se notan sus efectos.
Los integrantes de FDA (Frente de Defensa de la Amazonia), con Pablo Fajardo como cabeza visible, sufrieron por parte de la multinacional persecusiones, amenazas y decenas de acciones judiciales, 25 de ellas tan sólo en EE UU.
En 2004, ocho días antes de comenzar la fase pericial del juicio, el hermano de Pablo, William Fajardo, de 28 años, fue secuestrado, torturado salvajemente y asesinado por unos desconocidos. Pablo, desde entonces, ha debido de cambiar constantemente de domicilio tras haber sido tiroteado por sicarios en dos ocasiones.
El pueblo Cofán, asimismo, sufrió su propio calvario, que comenzó cuando sus integrantes se convirtieron en desplazados ambientales al ver que ya nada germinaba y que allí no se podía vivir. El chamán Guillermo Quenamá condujo a su gente a otras tierras y se enfrentó a Chevron. Por ello recibió un castigo ejemplarizante: le alcoholizaron hasta la muerte y prostituyeron a su viuda, Marina, en los campamentos de Texaco durante 20 años.
Aunque la sentencia que obliga a Chevron-Texaco a pagar 9.500 millones de dólares ha sido inapelable, el litigio ambiental más importante de la historia todavía no ha acabado. Para que el fallo se haga efectivo, el dinero debe cobrarse. Pero Chevron ha vendido todo lo que tenía en Ecuador y sólo mantiene una cuenta con 352 dólares.
El equipo de Pablo Fajardo se ha visto obligado a recurrir a Cortes judiciales donde la compañía posee activos, como Canadá, Brasil o Argentina. “Aunque Chevron ha dicho que no pagará, tiene inversiones en 50 países. Y la sentencia en Ecuador dice que la indemnización se puede cobrar en cualquier parte. Le obligaremos a pagar”, afirma Fajardo, “Y no descansaré hasta que pague. Sólo así dejarán de repetir este crimen”.
La indemnización de 9.500 millones de dólares se destinarán en su totalidad a descontaminar la selva y a regenerar el ecosistema de los indígenas. Representa, por lo tanto, el desagravio de muchas humildes comunidades aborígenes.
Y, también, la humillación del gigante petrolero, que deberá morder el polvo de su derrota.
Sin embargo, no hay nada que lo enorgullezca más que el apodo de “el Hijo del Rayo” con que lo conoce su gente de Río Agrio.
Allí todavía recuerdan que, el día en que nació, el parto se presentaba mal. La madre, exhausta, había dejado de luchar. La partera vió que estaban por fallecer madre e hijo. Pero se desató una tormenta, la palmera que había junto a la choza recibió la descarga de un rayo y, del susto, la madre repentinamente dio a luz a Pablo. La palmera quedó partida en dos y a sus pies brotó una fuente de agua cristalina…
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