lunes, junio 11, 2007
Lima, 08 de Junio de 2007
Señor
Augusto Alvarez Rodrich
Director de “Perú 21”
De mi especial consideración:
Agradezco la atención que pueda merecerle el hecho que paso a referirle.
Anoche, alrededor de las 8 p.m., convulsionó en un ómnibus de la línea JV(Ventanilla – Vitarte), una persona que había subido a solicitar la solidaridad del público. Explicó que padecía un cáncer a la medula espinal y no tenia familiares ni ayuda alguna. Mientras pasaba por los asientos, se desplomó encima de un pasajero y empezó a temblar y a quejarse.
A insistencia del público, el chofer paró exactamente frente a la Clínica Ricardo Palma en Javier Prado, y solicitó el auxilio a una policía de servicio, quien a su vez llamó a un colega suyo, también de transito y a lo que se sumó un tercer policía de carretera y, para mayor estupefacción, se estacionó también una unidad del serenazgo de San Isidro…pero, como se lo cuento, nadie hacia nada.
Llamé al 116 de los bomberos, quienes llegaron finalmente pasados unos veinte minutos. Cosa curiosa, ninguno de los policías ni el serenazgo solicitó el apoyo de la Clínica Ricardo Palma, de la cuál nos separaba - ¡oh ironia! solo una maya que divide los carriles – porque, explicaron policías y serenos, que en esos casos ninguna institución de salud privada quiere ayudar.
Señor Director, ¿es esto así porque si? ¿hemos llegado a este grado de barbarie “global”? ¿y pueden las autoridades aceptarlo tan sueltos de huesos? Estos mismos policías y serenos que suelen ser tan enérgicos y drásticos con modestos vendedores ambulantes.
Más allá de las consideraciones humanas y filosóficas, valdría la pena hacer un llamado a la empresa privada que gasta ingentes sumas de dinero en publicidad de sonrisas y felicidad de papel, que destinara una parte de sus ingresos a atención de casos extremos como este…es posible que también les reditúe beneficios en imagen y negocios.
Para redondear el relato, si cabe el irrespetuoso término, culmino indicando que los bomberos dijeron que ya habían auxiliado a esa persona, que apenas podía sostenerse en pie, tres veces ese mismo día, pero que solo la reanimaban para que siguiera su labor de solicitar la caridad pública…¡huelgan comentarios!.
Reiterándole mi agradecimiento, le quedo muy reconocido.
Atentamente,
Jesús Rojas C.
D.N.I. 08263495
Celular 98832338
Señor
Augusto Alvarez Rodrich
Director de “Perú 21”
De mi especial consideración:
Agradezco la atención que pueda merecerle el hecho que paso a referirle.
Anoche, alrededor de las 8 p.m., convulsionó en un ómnibus de la línea JV(Ventanilla – Vitarte), una persona que había subido a solicitar la solidaridad del público. Explicó que padecía un cáncer a la medula espinal y no tenia familiares ni ayuda alguna. Mientras pasaba por los asientos, se desplomó encima de un pasajero y empezó a temblar y a quejarse.
A insistencia del público, el chofer paró exactamente frente a la Clínica Ricardo Palma en Javier Prado, y solicitó el auxilio a una policía de servicio, quien a su vez llamó a un colega suyo, también de transito y a lo que se sumó un tercer policía de carretera y, para mayor estupefacción, se estacionó también una unidad del serenazgo de San Isidro…pero, como se lo cuento, nadie hacia nada.
Llamé al 116 de los bomberos, quienes llegaron finalmente pasados unos veinte minutos. Cosa curiosa, ninguno de los policías ni el serenazgo solicitó el apoyo de la Clínica Ricardo Palma, de la cuál nos separaba - ¡oh ironia! solo una maya que divide los carriles – porque, explicaron policías y serenos, que en esos casos ninguna institución de salud privada quiere ayudar.
Señor Director, ¿es esto así porque si? ¿hemos llegado a este grado de barbarie “global”? ¿y pueden las autoridades aceptarlo tan sueltos de huesos? Estos mismos policías y serenos que suelen ser tan enérgicos y drásticos con modestos vendedores ambulantes.
Más allá de las consideraciones humanas y filosóficas, valdría la pena hacer un llamado a la empresa privada que gasta ingentes sumas de dinero en publicidad de sonrisas y felicidad de papel, que destinara una parte de sus ingresos a atención de casos extremos como este…es posible que también les reditúe beneficios en imagen y negocios.
Para redondear el relato, si cabe el irrespetuoso término, culmino indicando que los bomberos dijeron que ya habían auxiliado a esa persona, que apenas podía sostenerse en pie, tres veces ese mismo día, pero que solo la reanimaban para que siguiera su labor de solicitar la caridad pública…¡huelgan comentarios!.
Reiterándole mi agradecimiento, le quedo muy reconocido.
Atentamente,
Jesús Rojas C.
D.N.I. 08263495
Celular 98832338
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Gracias Hubert por su mail. Trataré de averiguar qué paso luego.
ResponderBorrarDebo decirle que he visto desde adentro el accionar de los bomberos y
francamente no creo que mientan. Sus declaraciones me hacen pensar que puede
tratar de un teatro, teatro que desnuda, por cierto, la indiferencia
absoluta de la sociedad actual.
Saludos,
Guillermo Giacosa
Peru 21
ggiacosa@terra.com.pe
Gracias Hubert por su mail. Trataré de averiguar qué paso luego.
ResponderBorrarDebo decirle que he visto desde adentro el accionar de los bomberos y
francamente no creo que mientan. Sus declaraciones me hacen pensar que puede
tratar de un teatro, teatro que desnuda, por cierto, la indiferencia
absoluta de la sociedad actual.
Saludos,
Guillermo Giacosa
Peru 21
ggiacosa@terra.com.pe