En la nanotecnología convergen la física, la química y la biología produciendo organismos o partículas invisibles con una altísima movilidad. Por obedecer a las leyes de la física cuántica son imprevisibles. En especial, la nanobiotecnología comienza a conocer avances insospechados. Se crean, por ejemplo, nanodispositivos que circulan en la sangre y que pueden detectar enfermedades o hacer reparaciones en órganos afectados. Todo el contenido de la Biblioteca Nacional, con sus millones de libros, puede caber en un nanoaparato del tamaño de un caramelo.
Hay grandes incertidumbres y peligros asociados a este tipo de tecnología. Nanosensores que hoy controlan todo el proceso de la llamada «agricultura inteligente» pueden ser usados para controlar poblaciones y personas. Sería la entronización del «pequeño Hermano» que realizaría las funciones del «gran Hermano» de G.Orwell. Como son aparatos invisibles y microscópicos no hay cómo defenderse de ellos. Por eso la urgencia de observar el principio de precaución y exigir del poder público códigos reguladores.
Si para todos los problemas siempre hay una solución adecuada, quién sabe si por el camino de la nanotecnología podremos responder a las tres grandes cuestiones que nos afligen: la escasez de recursos naturales, los cambios climáticos y el calentamiento global. Con la nanotecnología podrían producirse abundantísimos alimentos, y podría conseguirse la recuperación de los suelos y de la naturaleza. Se podrían colocar nanopartículas en la superficie de los océanos o en la estratosfera para enfriar la Tierra y equilibrar los climas. En el mar entre Nueva Zelanda y la Antártica se esparcieron partículas de hierro de 20 nanómetros con el fin de producir plancton que, a su vez, secuestraría el dióxido de carbono, reduciendo así la temperatura. El efecto fue tan sorprendente y aterrador que uno de los científicos dijo: «si tuviese medio petrolero de nanopartículas podría causar una nueva era glacial en el planeta».
Estas reflexiones tienen un carácter meramente inicial y fragmentario, pero su objetivo es despertar a las personas ante los peligros y las virtualidades que nos ofrece la nanotecnología y su posible respuesta al clamor ecológico.
(*) Leonardo Boff, teologo brasileño, autor de más de 60 libros en las áreas de Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. La mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos. En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la Teología de la Liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Sagrada Congregación para la Defensa de la Fe, ex Santo Oficio, en el Vaticano. En 1985 fue condenado a un año de “silencio obsequioso” y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Dada la presión mundial sobre el Vaticano le fue levantada la pena en 1986, pudiendo retomar algunas de sus actividades.
Hola: Gracias por este articulo. Ayuda a la reflexión sobre el presente de la humanidad quem por lo que veo, es ...ya el futuro!.
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