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Las nuevas generaciones de cubanos mostrarán que tan profundo se sembro
el sueño de la justicia y la fraternidad humana |
“La balanza comercial experimentó en el pasado año un
superávit, pero sobre todo por el crecimiento de la partida de ingresos mayor y
preponderante: la exportación de servicios profesionales, a cuenta del elevado
capital humano de Cuba.”
A 54 años del triunfo de la Revolución de la Esperanza,
publicamos un interesante balance y proyección de sus logros y de sus nuevas y delicadas metas, que surgen de la necesidad de Cuba de sobrevivir en medio de un mundo
convulsionado por una crisis …¿terminal?.
El párrafo que encabeza la nota y que hemos extraído del artículo que presentamos,
nos impresiona porque confirma que la invalorable riqueza del pueblo cubano no
está en sus limitados recursos económicos, desigualmente explotados por diversos factores, entre ellos el
ignominioso y perverso bloqueo económico del imperio norteamericano, si no en su
gente , en sus profesionales. Hombres de calidad superior, no solo por su formación
responsable, sino especialmente por su
vocación de servicio para quien los necesite, sin exclusiones, sin hacer diferencias ni negaciones mercantilistas. Vocación de servicio solidario, a prueba de sueldos casi simbólicos y de una austeridad
compartida, espartanamente.
Ese es el gran capital de la Revolución Cubana, su gran
aporte para una humanidad al borde del
abismo por un consumismo desbocado, compulsivo y suicida. El nunca suficientemente bien
ponderado mérito y aporte de Cuba será, por siempre, haber formado decenas de
generaciones de seres humanos, no solo de nombre sino de entraña, comprometidos
con la causa de cada ser humano, su educación … su salud, con todo aquello que apunte a la meta de ser felices, dentro
de un mundo mejor, más justo y solidario.
Hoy que Cuba transita, después de más de medio siglo de
Revolución, por imprevisibles caminos de transición económica hacia un modelo
más abierto a la iniciativa “privada” ,
hacemos votos para que la semilla de “fraternidad humana”, sembrada
en miles y miles de cubanos pueda servir de muro infranqueable a los gérmenes
corrosivos y cainitas del egoísmo y la ambición capitalista…. ¡Viva la Cuba Revolucionaria de Fidel y
el Che! El sueño unitario y superior del Hombre, debe continuar. (Jesús Hubert)
Entre lo inalcanzable y lo inaplazable
José Alejandro Rodríguez
Juventud Rebelde
Si miramos hacia atrás observamos que la continuación de los
cambios y flexibilizaciones de lo que denominamos actualización del modelo
económico no genera aún saltos espectaculares, pero va creando los cimientos
para el vuelco decisivo
Son muy complejas, pero no murallas infranqueables, las
coordenadas externas y domésticas en las que la economía cubana transita de
2012 a 2013, con algunos respiros y también con insatisfacciones.
Si miramos hacia atrás el año que expira, observamos que la
continuación de los cambios y flexibilizaciones de lo que denominamos
«actualización del modelo económico», no genera aún, por inacabados, saltos
espectaculares ni todos los frutos tangibles que esperamos. Pero va creando los
cimientos para el vuelco decisivo hacia aquello que el Presidente de los
Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro calificara ante el Parlamento
como gran objetivo: la preservación y desarrollo en Cuba de una sociedad
socialista sustentable y próspera.
Unos dicen que, para como anda de contraída la economía
mundial con la crisis hasta de los ricos y poderosos, la cubana puede exhibir
al menos un discreto crecimiento estimado del 3,1 por ciento, a pesar de que no
alcanza la cifra planificada de 3,4.
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Otros prefieren ver el agua que falta del vaso a medias y
concluyen que, precisamente por los retos que enfrenta Cuba y su tensa liquidez
financiera externa, no podemos seguir permitiéndonos incumplimientos, que luego
gravitarán sobre nuestras abultadas importaciones y las tensas finanzas. Eso,
sin contar con que nuestras tasas de crecimiento son aún bajas.
Si hurgamos en las cifras, constataremos los planes no
alcanzados en varias actividades, como la producción de alimentos y las
inversiones, a consecuencia también de problemas subjetivos domésticos, de
planificación, desorganización, falta de control y de disciplina contractual.
Un país con finanzas tan escasas no puede permitirse la
inejecución de las inversiones planificadas en 2012, debido a problemas
cualitativos en el proceso inversionista como falta de integralidad, débiles
controles, baja productividad, déficit de personal e incorrecta preparación
técnica de los proyectos, entre otros factores que inmovilizan recursos. Y
además, según expertos, lo planificado en tal sentido es aún bajo; pues
invertir por debajo de un diez por ciento del presupuesto, lleva a pocos
caminos para avanzar en la senda del desarrollo.
El gran fardo de importar alimentos
Tampoco se puede repetir para 2013, aun cuando hayan
crecido, que rubros tan estratégicos como la leche fresca, huevo, café, frijol
y maíz incumplan sus indicadores previstos, como ocurrió en 2012. Así entramos
en 2013 sufriendo el gran fardo para nuestra cartera, de la importación de
alimentos.
Y aunque aumentan, también incumplen sus planes el turismo,
esa fuente de ingresos en divisas remolcadora del resto de la economía; y
renglones exportables importantes como el níquel, el tabaco y las producciones
del polo científico; a más de ramas como las industrias manufacturera y de
materiales de la construcción, entre otros.
La balanza comercial experimentó en el pasado año un
superávit, pero sobre todo por el crecimiento de la partida de ingresos mayor y
preponderante: la exportación de servicios profesionales, a cuenta del elevado
capital humano de Cuba. Sin embargo, urge lograr una mayor diversificación de
las exportaciones y de los socios comerciales, para librarse de las
dependencias vulnerables en tal sentido.
El año que se va fue testigo de un incremento de la
productividad del trabajo del 2,1 por ciento. El reordenamiento laboral del
país, con el desinfle gradual de las plantillas abultadas e ineficaces, logró
reducir el número de ocupados en el sector estatal en un 5,1 por ciento;
mientras que la cantidad de cubanos en las formas no estatales de gestión
aumentó en un 23 por ciento, fundamentalmente por el auge del trabajo por
cuenta propia.
El salto hacia 2013 nos encuentra con las luces rojas
señalando hacia los problemas subjetivos en la gestión económica, que menguan
las posibilidades de incremento de las finanzas externas del país, y hacia las
dormidas reservas y potencialidades de crecimiento a lo interno.
Sí, porque Cuba, asediada y bloqueada en un mundo en franca
crisis, no tiene otra alternativa que crecer en cantidades y calidades, sin
excusas ni pasaditas de mano para recaídas. Está en juego el futuro de la
nación.
El nervio del cambio: la empresa estatal socialista
El año entrante, complejo y decisivo, comenzará a tocar el
nervio mismo del cambio estructural más importante de la actualización del
modelo: la empresa estatal socialista, el garante de la reproducción ampliada y
la creciente riqueza patrimonial de la nación.
En el anunciado experimento descentralizador y de concesión
de autonomía y potestades a la gestión de varios grupos empresariales y
producciones del país, están cifradas las esperanzas de recobrar la
estimulación al trabajo, el desate de las fuerzas productivas y la iniciativa y
la creatividad en las bases de la economía; tan extraviadas y frustrantes en
todos estos años de crisis.
Es de capital envergadura el vuelco que debe dar la empresa
socialista, porque si no se resuelve en esta el estímulo al trabajo y la
productividad, el fortalecimiento del papel del salario, y el cumplimiento en
la realidad y no en meras palabras, de la Ley de Distribución Socialista, no
podrá avanzar el proceso de actualización.
Este 2013 será también el estreno en el tejido económico
social del país de las cooperativas no agrícolas, las cuales diversificarán y
horizontalizarán aun más el paisaje económico, y democratizarán mucho más la
iniciativa ciudadana.
Y ha creado bastante expectativa en el sector no estatal de
la economía, el anuncio de que en 2013 se extenderá un mercado mayorista, para
que los casi 400 000 trabajadores por cuenta propia y las cooperativas no
agrícolas que se creen, puedan acceder a insumos a precios más razonablemente
bajos que los minoristas.
En 2013 entra en vigor una moderna Ley Tributaria, con todas
las flexibilidades e incentivos, pero también con todas las obligaciones para
garantizar que, en una estructura económica tan heterogénea que va
perfilándose, todos contribuyamos, en la medida de las posibilidades de cada
quien, a las arcas de la nación.
Pero todo ello tiene que transitar primero por la solución
definitiva e inaplazable del problema acumulado y punzante de la agricultura
cubana. A pesar de tantas medidas aplicadas, de tantos pasos dados en los
últimos años, aún ese sector pivote para el desarrollo exhibe resultados
sumamente insatisfactorios.
Por supuesto, los problemas de la producción de alimentos no
podrán solventarse de golpe y porrazo en 2013. Pero deben empezar a verse
resultados en la mesa, en los precios de los productos y en la disminución de
importaciones, con las nuevas facilidades y potestades en la entrega de tierras
ociosas en usufructo, las liberalizaciones y fomentos que aún requiere el ciclo
completo del agro cubano, incluidas las 17 medidas aprobadas para flexibilizar
y fortalecer las UBPC. Por la tierra anda la piedra de toque de los cambios en
la economía cubana.
Este año será decisivo como rampa de lanzamiento del modelo
económico cubano que ya viene conceptualizándose, con el aporte de enfoques
teóricos y científicos y pies muy puestos sobre la tierra. Por ello la
implementación de los cambios, que es decir la plasmación de los Lineamientos
Económicos y Sociales del VI Congreso del Partido, deberá hacerse con suma
observación y previsión estratégicas y tácticas, para a tiempo cambiar lo que
haya que ser cambiado en las aplicaciones. Crecer y prosperar, no hay otra
opción cuando el tiempo apremia.
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