El último escándalo desatado en Grecia tiene tintes de novela de John le Carré: el periódico conservador heleno,
Ekathimerini, desvelaba a primera hora del domingo filtraciones
de una teleconferencia que tuvo lugar el pasado 16 de julio entre el
exministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, un grupo de gestores de
fondos soberanos, de pensiones y aseguradoras internacionales, y el que
fuera ministro de Hacienda de Reino Unido bajo el mandato de John Major,
Norman Lamont.
La conversación, a cuyo contenido el diario griego
afirma haber tenido acceso y de la que reproduce fragmentos selectos,
giró en torno a un presunto plan secreto ideado por Varufakis y
autorizado por el primer ministro, Alexis Tsipras, para crear un sistema
de pagos paralelo que hiciera frente a una crisis bancaria, así como a
los preparativos para una posible vuelta al dracma si la crisis entre la
república helena y sus acreedores derivaba en la salida del país de la
moneda única.
Este diario se ha puesto en contacto
con el exministro griego para recabar su opinión sobre lo publicado por
el diario Kathimerini y su percepción de lo que a su juicio no es otra
cosa que una estrategia para anularlo a él, a sus cinco meses al frente
de la cartera de Finanzas y a su oposición frontal al programa de
rescate que Bruselas intenta someter a su país.
"En mi último día al frente del ministerio, en mi
mensaje de despedida expliqué públicamente que estábamos trabajando en
convertir la web de la agencia fiscal en algo más que una simple
interfaz para llevar a cabo tareas de recaudación: un avanzado sistema
de pagos que permitiera la eficiente liquidación de adeudos del Estado
hacia el contribuyente y viceversa", asegura. Ese sistema de pagos,
"legítimo", subraya Varufakis, y que él mismo anunció de manera oficial,
"ahora está siendo presentado como un complot ideado para sacar al país
de la euro zona".
De los fragmentos de las
conversaciones publicadas por Ekathimerini se puede construir un relato
tan intrigante como surrealista: Varufakis habría ordenado piratear los
ordenadores de su propio ministerio para “secuestrar” los números de
identificación fiscal de ciudadanos y empresas y así poner en marcha un
sistema de banca paralela. Todo, con el objetivo último de poder “pulsar
un botón” y cambiar la divisa del país “de la noche a la mañana”. Sin
embargo, el verdadero escándalo se encuentra detrás de la cortina
literaria que el relato se empeña en sugerir: la troika controlaría el
software de los sistemas informáticos de la agencia tributaria helena.
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El plan secreto
Aunque a pocos días de su salida del Gobierno Varufakis declaró en diversos medios que, en efecto,
su ministerio había conformado un pequeño equipo en secreto para
desarrollar un plan de contingencia de cara a una crisis que pudiera
llevar al país a tener que emitir su propia divisa, el plan nunca
llegó a ser elaborado por completo. Lo anterior, debido a que, en primer
lugar, el desarrollo minucioso de dicho plan requería involucrar a un
equipo humano de cientos de personas que difícilmente permitiría
mantenerlo en secreto. Varufakis sabía que se arriesgaba a que se
desencadenara el pánico; es decir, dar pie a una profecía auto cumplida.
En segundo lugar, Varufakis pensaba que si bien estar preparado era
responsable, sobre todo ante la amenaza latente del BCE de cerrar el
grifo a la banca helena, tal y como luego ocurrió, la activación de ese
plan aún estaba fuera del mandato del Gobierno. Finalmente, la noche del
pasado 5 de julio, cuando volvió a encontrarse con Tsipras, tras haber
compartido en las calles de Atenas el júbilo por la victoria del no en
el referendo sobre las políticas de la troika celebrado horas antes, el
primer ministro desautorizó a Varufakis a seguir adelante con la
estrategia de negociación que hasta entonces el todavía ministro de
Finanzas había trazado con el beneplácito del primero. Tsipras
capitulaba y Varufakis respondía con su dimisión a las pocas horas.
Para el ex ministro, desde hace tiempo se está descontextualizando su
acción de gobierno y su labor en las negociaciones con las instituciones
para construir un relato en el que parezca que en realidad él estaba
operando a favor del Grexit desde el principio. Lo anterior, en lugar de
lo que Varufakis manifiesta que ha sido siempre su objetivo primordial:
lograr el mejor acuerdo con los acreedores del país dentro del euro y
erradicar las políticas que considera nocivas tanto para Grecia como
para el resto de los países de la unión monetaria.
En uno de los fragmentos de la teleconferencia que Kathimerini
reproduce, Varufakis advierte que encomendó a un amigo y experto
informático de la Universidad de Columbia penetrar el software de la
agencia tributaria de su propio país, pues dicho software "pertenece a
la troika". Es decir, los datos fiscales, bancarios y demás información
confidencial de personas y empresas en poder del organismo tributario
nacional estarían a disposición del BCE, el FMI y la CE. Un hecho que
según las palabras que el diario heleno atribuye a Varufakis, y que éste
no desmiente, "es como si la Hacienda inglesa fuera controlada por
Bruselas", y añ ade, "supongo que al oír estas palabras se les ponen los
pelos de punta".
Según detalla Varoufakis a este
diario, la Secretaría General de Ingresos Públicos del país (GSPR por
sus siglas en inglés) opera como entidad independiente dentro del
ministerio de Finanzas. Y aunque el ministro es el responsable político
de las actividades de dicha secretaría, carece de control alguno sobre
la misma. Así, mientras que los equipos informáticos del sistema
tributario (el hardware) están bajo otra secretaría que sí controla el ministerio, el software
lo gestiona completamente la GSPR, una entidad que, afirma Varufakis,
"es muy próxima, por así decirlo, a la troika". Ante la pregunta: "¿Cree
que semejante intrusión en las instituciones soberanas de otros países
rescatados como Portugal, Irlanda o España pudiera estar
produciéndose?", el ministro responde: "No podría comentar sobre eso".
Hundir a Varoufakis
Para Varufakis, el interés manifiesto de ciertos medios griegos y
europeos en tergiversar las informaciones e insistir en presentar su
paso por el Gobierno como un intento de sacar a Grecia del sistema euro
es claro, lo quieren hundir a toda costa: "el establishment
pro troika no tiene reparo alguno en castigarme por haberla expulsado
del ministerio". La pregunta es obligada: ¿forma parte de la facción de
SYRIZA que desea la salida de Grecia del euro y que según medios de su
país conspira para lograrlo? "Todo lo contrario", responde Varufakis.
"Durante años he hecho campaña para comprometer a la izquierda, y a
SYRIZA en particular, con la zona del euro, al tiempo que diseñaba una
estrategia para negociar un acuerdo viable dentro de ella".
"Pero esa facción existe, ¿no?", pregunta este diario.
"Sí", responde Varufakis, "es la llamada Plataforma de la izquierda,
pero ni están conspirando, ni están haciendo nada bajo la mesa. Su
postura es clara y transparente: ellos creen que Grecia debería
recuperar su divisa nacional. Ahí es donde no estamos de acuerdo". Y es
que, pese a que
Varufakis ha insistido desde incluso antes de entrar en política en que
todas las negociaciones con las instituciones tendrían que lograr una
mejor posición para el país ante sus acreedores y favorecer así su
recuperación dentro del euro, y a pesar de sus denuncias sobre la
existencia, esta sí demostrada, del plan del ministro de Finanzas alemán
y poder absoluto dentro del Eurogrupo, Wolfgang Schäuble, para sacar a
Grecia “temporalmente” del euro, el exministro griego está en la diana
de intereses cruzados desde Bruselas hasta Madrid.
En opinión de Varufakis, las filtraciones tergiversadas y el tratamiento
que recibe por parte de algunos medios es por haber sido "el ministro
de Finanzas que disgustó al presidente del Eurogrupo, Jeroen
Dijsselbloem", y que se opuso con firmeza a "sucumbir a las recetas
fallidas de la troika", proviene del "cártel de banqueros, los medios de
comunicación y los oligarcas cuyos intereses se ven favorecidos por los
rescates, y cuyos caprichos son atendidos por los partidos políticos
pro troika (Nueva Democracia, PASOK y TO POTAMI)".
«Varios abogados ya han solicitado o están a punto de solicitar mi procesamiento por traición ante el Tribunal Supremo»
Varufakis está convencido de que van a por él. Quizás como le ocurrió a
Tsipras en su capitulación semanas atrás en Bruselas, ahora toca la
rendición y escarmiento del controvertido economista que se atrevió a
salirse de la horma. Hacer de él un ejemplo. "Varios abogados ya han
solicitado o están a punto de solicitar mi procesamiento por traición
ante el Tribunal Supremo", afirma Varufakis. Si Varufakis resulta
procesado en un juicio por traición, se sentaría otro precedente más en
la aberrante senda totalitaria impulsada desde Bruselas: la
criminalización de la defensa de los intereses soberanos de un Estado
por parte de sus gobernantes democráticamente elegidos.
"Su propósito”, dice Varufakis refiriéndose a algunos medios de
comunicación, "es deshonrar al 61,5% de los griegos que votaron no en el
referendo del 5 de julio". A su ver, "el desprecio sistémico por parte
de esos medios hacia el no se ha transformado en un desprecio hacia mi
persona. Su odio es comprensible y bienvenido. Me infunde valor para
continuar".
Sin embargo, lejos de ser un personaje
odiado en su país, Varufakis mantiene un alto nivel de popularidad por
el hecho de destacar como un político valiente, fiel a sus ideas y
coherente con cada decisión tomada: su dimisión, su votación en contra
del acuerdo pactado por Tsipras en Bruselas y su “sí” a las medidas a
las que efectivamente había cedido durante sus negociaciones en Bruselas
así lo demuestran.
Ante la pregunta de si no no
podría tratarse de fuego amigo Varufakis se muestra tajante: "No hay
fuego que se pueda considerar 'amigo' si va dirigido, en esencia, en
contra de la resistencia a un rescate inviable y hecho contra la
gente". Además cree que el Gobierno francés ha cedido a Berlín desde
hace algún tiempo con el deseo que les dejen pasar el asunto del
“déficit excesivo».
«La verdad es el único antídoto contra la propaganda. Seguiré contándola»
Si nos atenemos a su trayectoria reciente, lejos de pasar a la
retaguardia, Yanis Varufakis se mantendrá en la primera línea de
combate. Como recalcó hace una semana en
la entrevista para Radio 4G,
Varufakis está convencido de que en su país se ha producido un golpe de
Estado y está dispuesto a luchar en contra de un rescate fallido y en
contra de quienes "disolvieron la democracia" en Grecia, aunque le vaya
la vida en ello. Varufakis se mantiene firme y advierte: "La verdad es
el único antídoto contra la propaganda. Seguiré contándola".
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