Pero hay otras imágenes transfiguradas por el dolor que no son de yeso o de pigmentos coloridos, sino de carne viva y desgarrada, no por apocalípticos soldados romanos, sino por modernos y globalizados misiles, bombas de fragmentación o metralla norteamericana. Imágenes que no se ven así nomás de manera coherente, con explicación de causa y efecto, en nuestra televisión tan amiga de la violencia, la sangre y el dolor convertido en espectáculo.
Javier Corcuera, nuestro compatriota, cineasta comprometido con la causa del hombre, nos da la oportunidad de conocer lo que realmente pasó y sigue pasando en el Irak de carne y hueso. “Invierno en Bagdad”, documental galardonado en diferentes eventos, es la mirada de un ser humano como tú o como yo, que no podremos olvidar que se masacró al pueblo de Irak en base a la mentira monstruosa de las armas de destrucción masiva que no tenía el gobierno de Sadam Hussein.
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