Las pitonisas
y los medios de comunicación masiva no pierden la oportunidad de meternos miedo
con un supuesto e inminente sismo. Entretanto el verdadero sismo mundial que se
avecina, tiene su epicentro en los bancos y el sistema financiero.
Leyendo este importante
artículo del economista mexicano Guillermo Barba, podremos entender también
porque la mega minería es cada vez más voraz, agresiva y depredadora en todo el
mundo, especialmente en nuestros países hambrientos de inversión extranjera.
Este si es un
pronóstico verosímil, que vale la pena
tomar en cuenta (Jesús Hubert)
viernes, 21
de septiembre de 20
Un
tsunami de dinero devastará el mundo
Existe en el
planeta una ola gigantesca, más grande que cualquier tsunami que jamás se haya
producido, y que amenaza con destruir el mundo civilizado como lo conocemos.
Esa onda devastadora, por primera vez en la historia de la humanidad, se está
generando simultáneamente desde varias latitudes, y es justo por ello, que sus
consecuencias serán también sin precedentes.
Se trata, ni
más ni menos, de la inundación global de dinero fíat (dinero de papel y/o
digital), que los principales bancos centrales están inyectando a la economía,
con la supuesta intención de estimular el crecimiento y la generación de
empleos.
Para seguir leyendo, favor de presionar: Más información
Esa gran
mentira, será la versión oficial que escucharemos siempre, pero que esconde una
realidad: jamás la impresión de billetes sin control ha creado riqueza, pues si
así fuera ni el aumento interminable de los precios, ni la pobreza, existirían.
Bastaría con repartir billetes a todos cada vez que lo necesitaran, incluso,
sin tener que trabajar.
Un sueño tan
maravilloso como absurdo, que existe gracias a la batalla temporal que ganaron
los apologistas del sistema de reserva fraccionario, los adoradores de la deuda
y los adictos al consumismo, cuando en 1971 el dólar –y por ende todas las
demás divisas, abandonó por decreto el patrón oro.
Ese molesta
“reliquia barbárica” que les impedía expandir a su entera voluntad la cantidad
de circulante, aunque lo hicieron, pues para ello hacía falta antes tener su
respaldo en el escaso metal físico.
Una vez
removido ese estorbo, pocos se atreverían a desafiar la idea que en otros
tiempos hubiese parecido ridícula, de aceptar como pago por mercancías ya no
otras mercancías, sino meros billetes pintados de verde que los americanos
podrían crear sin límites, y que los demás países estarían obligados a acumular
como “reserva”.
De ese
experimento que ya cumple más de 41 años, puede conocerse de antemano el
resultado volteando a ver lo que ha pasado con todos los que antes intentaron
hacer lo mismo, como la Francia de finales del siglo XVIII (descargue el libro
gratis: http://bit.ly/ojPJDU). Esta vez, no
solo no será diferente, sino que la ruina y miseria que acarreó, serán
mundiales.
Los ejemplos
de esta creación monetaria, llamada ahora “flexibilización cuantitativa” (QE en
inglés), son tan inmediatos que en menos de una semana tenemos dos: la Reserva
Federal (Fed) estadounidense y su tercera ronda QE3 o QE ad infititum; y el
Banco de Japón (BoJ) que decidió ampliar su “estímulo” monetario aumentando sus
compras de activos a 80 billones de yenes.
La siguiente
gráfica de Steen Jakobsen, economista en jefe de Saxo Bank Dinamarca (tomada
del blog de “Mish” Shedlock), es muy clara al exhibir los crecientes
porcentajes de las hojas de balance de la Fed, el Banco Central Europeo (ECB),
el de Japón (BoJ) y el de Inglaterra (BoE) respecto al PIB nominal de sus
países. Pura creación monetaria.
La Fed, que
se había rezagado, tardará solo algunos meses en alcanzar niveles cercanos a
los del ECB y el BoJ. No sería una sorpresa entonces, que el siguiente en la
lista de anuncios de inyección de liquidez, sea el Banco de Inglaterra. Más
agua y fuerza para el “tsunami” financiero.
Todo esto, en
medio de un contexto en el que una nueva recesión global es inminente, como lo
anticipan los pésimos datos económicos revelados esta semana en la eurozona,
que ha sufrido su peor contracción desde junio de 2009; en Japón, cuyas
exportaciones se han hundido por tercer mes consecutivo; en China, que ve su
índice de producción manufacturera en mínimos de 10 meses; y en los propios
Estados Unidos, cuyas manufacturas tuvieron su peor trimestre en tres años.
En suma, pese
a que los resultados demuestran que las flexibilizaciones cuantitativas no solo
no solucionan nada, sino que agravan el problema de fondo (el exceso de
crédito, deuda y consumo), la recurrencia e intensidad de las crisis, los
bancos centrales no se detendrán. No es lo correcto, pero es lo único que saben
y se sienten dispuestos a hacer, pues las presiones que reciben tras bambalinas
son inimagibnables.
Ojalá que
gobernantes y presidentes de esos institutos centrales, entendieran que la
“borrachera” de expansión crediticia se ha terminado, y que cuando se llega a
este punto no queda más que resentir la depresión y pagar las consecuencias de
sus excesos. Cuanto más pronto ocurra esto, por la buena o por la mala, más
cerca se estará de iniciar la verdadera recuperación económica.
Guillermo
Barba
Léeme en
Oroyfinanzas.com
Veme en Canal
40
México D.F.,
Mexico
(*) Guillermo
Barba: Economista mexicano, es columnista de Oroyfinanzas.com,
Quintacolumna.com.mx, Epicentrodemexico.com.mx y comentarista financiero en
Canal 40 TV
http://inteligenciafinancieraglobal.blogspot.mx/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Espero tu amable comentario