Para quienes aún no pueden ver la vida más allá de su economía personal y familiar, la solidaridad no les dice nada. Pero para los miles de hombres y mujeres de Cuba que siguen entregando sus horas como alfabetizadores, médicos o profesionales y técnicos en diferentes especialidades en las lejanas tierras de Africa o en Bolivia o Venezuela, la solidaridad es una forma superior de vivir y de ser cubanos, que es lo mismo que decir hijos de la tierra, hijos del hombre.
Para confirmarlo, allí están los miles y miles y miles de los que fueron enfermos y sanaron, que no leían y leyeron, por la solidaridad cubana. Continuidad de un ejemplo, de un discurso vivo, que se sigue llamando(y nos llama) Ernesto Che Guevara. Hoy lo recordamos, 45 años después, con la esperanza a cielo desplegado en Venezuela, Nicaragua, Brasil, Uruguay, El Salvador, Argentina, Ecuador y Bolivia.
Aun no hay una REVOLUCIÓN, es cierto, pero hacia allí vamos. Cuando el capital financiero ha dado un golpe de estado a nivel mundial para despojarnos aun del pan de cada día, cada paso solidario hacia la libertad de nuestros pueblos, como es el petroleo venezolano correspondiendo a la solidaridad cubana, merece celebrarse con un nuevo paso. Con la seguridad de que siempre estará adelante, comandando, con la estela de sus años: El Che. (Jesús Hubert)
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